No podemos olvidar que el ser humano con sus valores y su dignidad ha de estar por encima de todo y lo hemos de preservar siempre con la mejor relación con los demás
1Corintios 4, 6b-15; Sal 144;
Lucas 6, 1-5
Mientras en la vida nos encontramos con gente que no acepta ninguna
norma o regla que trate de regir su conducta viviendo en un subjetivismo total
y absoluta que se puede convertir en anarquía, por otra parte nos encontramos
con otros que todo tienen que tenerlo reglado y reglamentado hasta en los más mínimos
detalles de manera que no sabrían hacer nada que se saliera o no estuviera
contemplado en esas normas, preceptos o reglamentos.
Creo que llevar al extremo ambas posturas es algo peligroso y que si
bien necesitamos unas normas que nos den las pautas de lo que ha de ser nuestra
conducta, la formación de una buena conciencia hará que descubramos lo que
verdaderamente es bueno y aquello de lo que nos hemos de apartar. Las normas
aunque necesarias en el conjunto de una vida social sin embargo no nos han de
atar y esclavizar de tal manera que pareciera que el objetivo de nuestra vida
sea simplemente el cumplir unas normas. Ya se que esto que estoy comentando daría
para más abundantes reflexiones y podría ser tema de un dialogo muy
interesante.
Hoy nos encontramos con este tema en el evangelio cuando vienen a
echarle en cara a Jesús que sus discípulos están haciendo lo no permitido por
la ley porque en sábado al pasar por un sembrado han cogido unas espigas y las
van estrujando para obtener unos granos que echarse a la boca. Era sábado, el sábado
no se puede trabajar, estaba reglamentado todo hasta casi los pasos que pudiéramos
dar para no convertirlo en trabajo y aquel gesto tan humano y tan sencillo se
podía considerar como que estaban espigando o segando el trigo con lo que había
que considerarlo un trabajo. Vemos aquí como se lleva hasta un extremo casi
esclavizador las normas del cumplimiento del descanso del sábado.
‘El Hijo del Hombre es señor del sábado’, termina diciéndoles Jesús
para ayudarnos a entender el autentico sentido del descanso sabático, en este
caso. ¿Leyes y normas que regulen nuestra convivencia y nuestra relación
social? Está bien y son necesarios. Una cosa creo que es importante y hemos de
tener bien en cuenta. El ser humano con sus valores y con su dignidad ha de
estar por encima de todo. Y lo que nos tiene que preocupar es ayudar a mantener
esa dignidad de todo ser humano, de toda persona. Por eso es tan importante
nuestra apertura a los demás, la consideración de las personas, el valor de lo
que tenemos como propio si no está en función de esa dignidad de todo ser
humano.
¿Cómo puedo yo apoderarme de tal manera de esas cosas que poseo que
mientras a mi quizá hasta me sobra porque llego a acumular hay otros seres
humanos que pasan necesidad? Y así podríamos seguir haciéndonos muchas
preguntas por ejemplo sobre a qué dedicamos nuestro tiempo de descanso y si en
nuestros planes y objetivos está el ir al encuentro con los demás sobre todo
para compartir con aquellos que mayor necesidad tienen de ese encuentro y de
esa presencia. Muchas veces no son solo las necesidades materiales las que
tenemos que atender, sino la soledad, el abandono, la discriminación que de
alguna manera pueden estar sufriendo tantos cerca de nosotros y casi no nos damos
cuenta.