tag:blogger.com,1999:blog-7345551054544527902024-03-19T00:00:34.203+00:00la semilla de cada diaUna semilla de la Palabra de Dios para cada díaUnknownnoreply@blogger.comBlogger5760125tag:blogger.com,1999:blog-734555105454452790.post-62236238712420549722024-03-19T00:00:00.003+00:002024-03-19T00:00:00.353+00:00En ocasiones hay cosas que no entendemos, que incluso nos han hecho daño, sufrir, pero hemos de saber encontrar la luz al final de ese camino porque hay un plan de Dios<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhiJkz6EC4hHH6R9IsE8jLDC6AroQHMALY_aBLsyzxmRTigtVXjS_U7eFA1vd5vRc9iwuRWoaEHnO4q8dJ_z3DDUSPyuik-Y-smLqD6_gdp0Y6GRgeNXeg400f9ASzv9d86LJYGXbfXS51KeomxEaV_njqkodgJhtaSbXsJAAsYVZ6fECB0ZzwJUHXACz3J" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="266" data-original-width="190" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhiJkz6EC4hHH6R9IsE8jLDC6AroQHMALY_aBLsyzxmRTigtVXjS_U7eFA1vd5vRc9iwuRWoaEHnO4q8dJ_z3DDUSPyuik-Y-smLqD6_gdp0Y6GRgeNXeg400f9ASzv9d86LJYGXbfXS51KeomxEaV_njqkodgJhtaSbXsJAAsYVZ6fECB0ZzwJUHXACz3J=w285-h400" width="285" /></a></div><br /><p></p><h2 align="center" style="text-align: center;"><span style="font-size: large;">En
ocasiones hay cosas que no entendemos, que incluso nos han hecho daño, sufrir,
pero hemos de saber encontrar la luz al final de ese camino porque hay un plan
de Dios<o:p></o:p></span></h2>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span style="font-family: "Arial Narrow";"><span style="font-size: large;">2 Samuel 7, 4-5a. 12-14a. 16; Salmo 88;
Romanos 4, 13. 16-18. 22; Mateo 1, 16. 18-21. 24a<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Hay cosas que nos suceden,
acontecimientos en los que nos vemos envueltos, que quizás en ocasiones por lo
imprevisto y sorpresivo nos cambian la vida. ¡Qué difícil cuando tenemos
nuestros planes, cuando tenemos más o menos decidido lo que queremos de la
vida, lo que queremos hacer, que de pronto nos suceda algo, nos llegue una
noticia, nos planteen algo que nos va a cambiar totalmente nuestros planos! Y
nos sucede en más de una ocasión, hay veces en que nos dejamos sorprender y
entramos en esa nueva onda que aparece en nuestro horizonte, pero a veces nos
hacemos de rogar, lo pesamos y sopesamos muchas veces antes de decidirnos, de
entrar al trapo en aquello que nos sucede y que implica y hasta complica
nuestra vida. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Nos hará falta mucha madurez y equilibrio;
queremos ser fieles a nuestros planes, porque era lo que habíamos pensado que
era mejor para nuestra vida, pero quizás tengamos que acomodarnos, darle otro
rumbo a la vida, entrar en un juego, por decirlo así, en el que no habíamos
pensado entrar, ni siquiera lo sospechábamos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Pero ahí están los misterios de Dios
que nos hace sorprendernos tantas veces en la vida; muchas veces incluso
nuestra fe se puede tambalear, porque hasta injusto nos puede parecer el que
tengamos que complicarnos la vida así. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">¿No será lo que estamos viendo hoy en
el evangelio que le sucede a san José? ¿Pero no fue algo semejante lo que le
sucedió a María con la embajada del ángel? Ya nos dice el evangelista, así como
de paso, que José era un hombre justo, con todo lo que entraña esta palabra y
lo que se nos quiere decir. María no había pensado tener conocimiento de hombre
y por eso le cuesta comprender lo que significaban las palabras del ángel.
Ahora José se ve sorprendido porque María, la joven con la que había celebrado
los desposorios, sin haber convivido juntos ahora resultaba que esperaba un
hijo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Y aquí contemplamos la madurez humana
de José. Le da motivo para muchas y hondas reflexiones, busca un equilibrio en
su vida, pero tampoco quiere hacer daño a nadie, interiormente se ve
atormentado, pero es el hombre que se abre al misterio, que se abre a Dios,
porque allá en su interior quiere escucharlo. Será en forma de sueños, pero el
ángel del Señor le ilumina, le hace comprender que detrás de todo eso hay un
plan de Dios, que hay un lugar también para él en ese plan de Dios; ahora le
toca acoger a aquella mujer, pero acoger también al hijo que va a nacer al que
tendrá que mirar como hijo, pues a él se le encomienda la misión de ponerle
nombre, función que estaba reservada al padre. Y José, como María, también dice
sí, recibió a María, su mujer, en casa como le había dicho el ángel.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Un proceso muy hermoso el que
contemplamos. Son mucho más que meras anécdotas para contar. Es descubrir
actitudes que hemos de asumir. Es estar abiertos en la vida a la acción de Dios
y a lo que son sus planes para nosotros, que muchas veces también nos romperán nuestros
planes. Pero tenemos que dejarnos conducir. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Algunas veces nos cuesta, habíamos
soñado con tantas cosas, pero ahora todo cambia y nos puede parecer que quizás
tengamos una vida escondida, o podrá ser también que en esos nuevos planes hay
unos compromisos mayores con nuestras tareas y nueva misión. Todos quizás
habremos pasado por situaciones así en la vida, y después de todo nos damos cuenta
que allí hubo una acción de Dios. Hay que descubrirlo, hay que sopesar bien las
cosas, también tenemos que ser como José un hombre bueno, una persona buena,
pero una persona reflexiva, pero una persona orante, pero una persona abierta
al plan de Dios. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Creo que es un buen pensamiento que
tenemos que rumiar también en este camino de cuaresma que estamos haciendo, en
medio del cual hoy nos ha aparecido la figura de José. Como decíamos antes, en
ocasiones hay cosas que no entendemos, hay cosas que incluso nos han hecho
daño, nos han hecho sufrir, pero hemos de saber encontrar la luz al final de
ese camino. Porque Dios nos está diciendo algo. </span><span style="font-size: 15pt;"><o:p></o:p></span></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-734555105454452790.post-87632567182138629862024-03-18T00:00:00.003+00:002024-03-18T00:00:00.246+00:00Quienes optamos por Jesús tenemos que aprender de la compasión y de la misericordia, que llenará de gozo el corazón para sentir el deseo de emprender una nueva vida<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiPBZTRwABlhYdjcy1Cz-NTaGM_VpU0lPg6MC7ogWQNJTYsakKDEpcdwR5jBGXSfcmazAzeSa8EDSJSQk2DUb8POGGN08H9Byy7tHIqFWZhTua9Wr6v8qfyclF3gzWR5HaeTwDk34Jm7npJJHOY1VzlXMJVxeb5fgzPa8Dw_9iBJ6s45MdUZ8ZJlAS2RcrU" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="168" data-original-width="300" height="224" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiPBZTRwABlhYdjcy1Cz-NTaGM_VpU0lPg6MC7ogWQNJTYsakKDEpcdwR5jBGXSfcmazAzeSa8EDSJSQk2DUb8POGGN08H9Byy7tHIqFWZhTua9Wr6v8qfyclF3gzWR5HaeTwDk34Jm7npJJHOY1VzlXMJVxeb5fgzPa8Dw_9iBJ6s45MdUZ8ZJlAS2RcrU=w400-h224" width="400" /></a></div><br /><p></p><span id="docs-internal-guid-5156f8f7-7fff-cacf-9fd8-947fb7021a10"><h2 dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 4pt; margin-top: 18pt; text-align: center;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 17pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Quienes optamos por Jesús tenemos que aprender de la compasión y de la misericordia, que llenará de gozo el corazón para sentir el deseo de emprender una nueva vida</span></h2><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 12pt; margin-top: 12pt; text-align: right;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 15pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Daniel 13, 1-9. 15-17. 19-30. 33-62; Salmo 22; Juan 8, 1-11</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 15pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Qué intransigentes nos volvemos tantas veces en la vida. Con aquello de que no podemos casarnos con el pecado, vamos a decirlo así, todo lo que nos suene a oscuro pronto le declaramos una guerra sin cuartel. Y hay una línea muy fina y delicada entre lo que es el mal en sí mismo y la persona que haya podido realizar eso malo.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 15pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Cuántos defensores de la ortodoxia, y no lo hablo solo en el sentido dogmático cuando empleo esta palabra, que se vuelven intransigentes y despiadados contra quienes hayan podido cometer un error, hayan tenido fallos en su vida a los que cargaremos con ese sambenito del pecador o del corrupto por toda su vida sin ningún tipo de misericordia. ¿Es que son todos tan perfectos e inmaculados? ¿Nunca hemos cometido un error? Claro que para los errores propios siempre tenemos disculpas, nos hacemos rebajas y no sé cuántas cosas más.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 15pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Lo contemplamos en tantos aspectos de la vida social. Por supuesto, como decíamos antes, no nos podemos casar con el mal, no podemos consentir que se haga daño a los demás, tenemos, es cierto, que ser exigentes con los que son dirigentes de la sociedad para que no caigan en corruptelas, a lo que somos muy tentados. Pero no podemos crear divisiones ni abismos por nuestras condenas, porque siempre tenemos que estar dispuestos al reencuentro, a la recuperación de la persona, al arrepentimiento y a dar la posibilidad de que pueda haber un cambio en quien haya hecho mal.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 15pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Lo que tendría que ser un diálogo de reencuentro y de búsqueda de mejores caminos enmendando los errores cometidos, lo convertimos en exabruptos y condenas, llenamos de violencia aquellos lugares que en la sociedad están llamados al diálogo para la búsqueda de nuevos y mejores caminos para nuestra sociedad.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 15pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">¿Hay formas de rehacer caminos, de recomponer vidas, de dar pie a que de lo viejo que hay en nosotros podamos hacer algo nuevo y mejor?</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 15pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">En el pasaje del evangelio que hoy se nos ofrece aparecen unos intransigentes que traen ante Jesús a una mujer sorprendida en adulterio pero a la que ya traen previamente condenada. La ley de Moisés manda apedrear a las adúlteras, le recuerdan. Claro que en un paréntesis también habría que preguntarse quien hace que una mujer sea adúltera, cuál es la razón de llegar a esa situación. Allí están todos rodeando a aquella mujer acusada y condenada previamente enfrente de Jesús, esperando su palabra. Claro que tendríamos que preguntarnos a quién realmente quieren apedrear en estas circunstancias, porque aquello en cierto modo se está queriendo convertir en un juicio contra Jesús.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 15pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">¿Irá Jesús contra la ley de Moisés? ¿Cuál es la respuesta que puede dar quien nos ha anunciado un nuevo Reino de Dios en el que han de resplandecer unos nuevos valores, unas nuevas actitudes cuando reconocemos que el Dios que es Señor de nuestra vida es el Dios compasivo y misericordioso del que ya también se nos había hablado en la Escritura?</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 15pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Jesús quiere que para comenzar a vivir según los parámetros de ese nuevo Reino de Dios que El nos anuncia y proclama, comencemos a mirarnos con sinceridad por dentro de nosotros mismos. ¿Qué es lo que llevamos en nuestro corazón? ¿No nos había dicho que para comenzar a creer en esa Buena Noticia del Reino de Dios había que comenzar por convertirse, por darle una vuelta al corazón? ¿Cómo se casaría un corazón intransigente e inmisericorde con un Dios que es compasivo y misericordioso en quien creemos y que queremos que en verdad sea el Dios y Señor de nuestra vida?</span></p><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 15pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: 15pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline;"><span> </span>Por eso, ante la insistencia de los acusadores de aquella mujer, simplemente dirá Jesús que </span><span style="font-size: 15pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline;">el que esté sin pecado que tire la primera piedra</span><span style="font-size: 15pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline;">. ¿Quién será capaz de tirar la primera piedra? Alguno todavía nos seguimos encontrando en la vida, en aquellas situaciones de las que antes hablábamos que estaría dispuesto a tirar esa piedra. ¡Cuántas piedras en ese sentido se siguen tirando en el mundo de hoy!</span></div></span></span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-734555105454452790.post-32493086254155964272024-03-17T00:00:00.003+00:002024-03-17T00:00:00.259+00:00Jesús nos habla del grano de trigo que se entierra y muere para germinar nueva vida, Jesús de perderse a sí mismo para poder ganar la vida, ahí está nuestra glorificación<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjxAPrZh4L3nHVJRaFezLBY4awm1V6r6w8J6NVmoz_7kQjjxD9syH4lHAzt0wp9c0uoUpwpXNcPq_wU4iVBWxnKEzJEQvaHNyfVWz_0MopC86dX-X1XEC_ERHcc_v7z-Z8ify1CMMGKaGy6Fzp-Vzpexkxj8qAICdI4uRi0-eu57_4yDMjLqts4TzXLyylf" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="191" data-original-width="263" height="290" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjxAPrZh4L3nHVJRaFezLBY4awm1V6r6w8J6NVmoz_7kQjjxD9syH4lHAzt0wp9c0uoUpwpXNcPq_wU4iVBWxnKEzJEQvaHNyfVWz_0MopC86dX-X1XEC_ERHcc_v7z-Z8ify1CMMGKaGy6Fzp-Vzpexkxj8qAICdI4uRi0-eu57_4yDMjLqts4TzXLyylf=w400-h290" width="400" /></a></div><br /><p></p><span id="docs-internal-guid-ebf7b412-7fff-aab9-4667-41b5bcaa2a47"><h2 dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 4pt; margin-top: 18pt; text-align: center;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Jesús nos habla del grano de trigo que se entierra y muere para germinar nueva vida, Jesús de perderse a sí mismo para poder ganar la vida, ahí está nuestra glorificación</span></span></h2><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 12pt; margin-top: 12pt; text-align: right;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Jeremías 31, 31-34; Salmo 50; Hebreos 5, 7-9; Juan 12, 20-33</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Alguna vez habremos escuchado hablar de alguien, del que quizás nos han contado maravillas, y tenemos deseos de conocer a esa persona. Motivados por esa curiosidad y sobre todo sintiendo admiración en cierto modo ya de entrada sobre esa persona, buscaremos medios y formas para acercarnos a ella, lograr que nos la presenten, intentar entrar en su círculo de amistades para hacernos un hueco y poder acercarnos a ella.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Son cosas normales en nuestras mutuas relaciones, que forman parte del engranaje de la vida social en el que nos movemos; será alguien de quien hemos escuchado que hace muchas cosas buenas por los demás, una persona altruista que se desvive por los otros, o como sucede en la sociedad en la que estamos, un deportista famoso, un político de esos que tienen un arte muy especial para ganarse adeptos y amigos, será alguien del mundo de la cultura si esto está en nuestros intereses, un artista de fama que arrastra masas y de quien pretendemos arrancarle aunque sea un autógrafo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">¿Cómo nos sentiremos cuando le conozcamos o logremos aquello que tanto soñábamos? Seguramente que encantados, aunque también hay el peligro o la posibilidad de que nos sintamos desilusionados porque en persona no es lo que nosotros habíamos imaginado. Muchas veces pudiera ser mucho más lo que nosotros llevamos en la cabeza, en la imaginación, que la realidad de ese personaje que queríamos conocer.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">¿Cómo se sentirían aquellos griegos que querían conocer a Jesús y de los que nos habla hoy el evangelio? Nos relata el evangelista que había dos griegos, quizás en cierto modo cercanos al mundo judío o prosélitos, que a través de Felipe primero y luego también de Andrés quieren acercarse a Jesús. </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">‘Queremos ver a Jesús’</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> fue su petición, y ambos apóstoles se los presentaron a Jesús. Importantes que son también las mediaciones. ¿Nos habremos parado a pensar a través de quienes a lo largo de nuestra vida nos hemos acercado a Jesús o le hemos conocido más? Sería también algo para pensar, pero también para agradecer, quienes han sido mediación en la vida para que nosotros conozcamos a Jesús. Nuestros padres, el testimonio de alguien a nuestro lado, un catequista, el sacerdote que nos ha acompañado, el ejemplo de una persona en la que nos fijamos que calladamente hacía el bien y sin ella siquiera saberlo ha influido en nosotros. Daría para largas reflexiones, como también tendríamos que pensar en cómo habremos sido nosotros mediación para los demás.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Seguramente el encuentro con Jesús de aquellos griegos fue impactante. Fijémonos de lo que comienza a hablar Jesús. Llega la Hora en que ha de ser glorificado el Hijo del hombre. ¿Cuál ha de ser esa glorificación? Los judíos que tan ansiosos estaban por la llegada del Mesías, con su manera tan particular de entenderlo, estarían pensando en esos días de gloria para el pueblo de Israel que por fin se vería liberado de la esclavitud y de la opresión. Días de gloria habían sido los de la salida de Egipto en búsqueda de la libertad, aunque el camino había sido bien duro a través del desierto para llegar a la tierra prometida. ¿Llegarían esos nuevos días de gloria?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Pero Jesús habla del grano de trigo que se entierra y muere para germinar nueva vida. Jesús habla de una entrega que El va a realizar de sí mismo porque es la manera de alcanzar la vida. ¿Recordarían los discípulos aquello que Jesús tantas veces les había anunciado de que el Hijo del hombre iba a ser entregado en manos de los gentiles y les había hablado de padecer y de muerte? Ellos nunca lo habían querido entender, y seguramente serían palabras que estarían bien guardadas quizás por los temores de lo que anunciaban. Habla Jesús de perderse a sí mismo para poder ganar la vida. Pero eran palabras que resultaban duras. Y Jesús les dice que el que quiera servirle que le siga, pero ese es el camino, el de la entrega hasta perder la vida para ganarla.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">En medio de los interrogantes que podrían están surgiendo en el corazón de quienes escuchaban las palabras de Jesús va a surgir momentáneamente algo extraordinario. Se va a oír una voz venida de lo alto que habla de esa glorificación.</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> ‘Lo he glorificado y volveré a glorificarlo’. </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Fue como un trueno, fue algo extraordinario que no acababan de entender, como también les costaba entender las palabras de Jesús; era como la voz de un ángel del cielo, pero todos se sentían como aturdidos. ¿Recordarían los discípulos lo sucedido en lo alto del Tabor? ¿Alguien recordaría las palabras venidas del cielo allá en el Jordán cuando Jesús fue bautizado por Juan? Mas tarde en Getsemaní, ¿recordarían lo que ahora había sucedido?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Allí se estaba manifestando la gloria de Dios. Era como un anticipo de lo que Jesús tanto había anunciado que el Hijo del hombre que había de ser crucificado resucitaría al tercer día. Seguramente después de la resurrección recapitularían todas esas cosas y con la fuerza del Espíritu Santo recibido en Pentecostés llegarían a la plena comprensión.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Nosotros lo escuchamos hoy, en vísperas ya de la celebración del misterio pascual. Es lo que vamos a contemplar y a celebrar. Es la glorificación del Hijo del hombre, pero que va a ser para nuestra gloria, para nuestra salvación, porque en ese amor de Dios que se va a manifestar alcanzaremos el perdón, nos llenaremos de la salvación. Es para lo que tenemos que seguir preparándonos con intensidad en estos días que nos quedan de cuaresma. Es lo que vamos a vivir en la Pascua. Jesús nos está diciendo que cuando sea elevado sobre la tierra, atraerá a todos hacia El.</span></span></p><div><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 15pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></div></span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-734555105454452790.post-22014867397222082932024-03-16T00:00:00.004+00:002024-03-16T00:00:00.141+00:00A las puertas casi de la Pascua estemos dispuestos a que haya verdadera pascua en nuestra vida porque haya una auténtica renovación de nuestra fe más allá de las palabras<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEipkpXvXV1Gtg-TJiEkzPWr7hWjH6gtyCYRWfGerNTjA4F0jD3F-pGcI6tq2N7yfGkVcmA0xa3XmeJrDFTTNEwvJP0BprtrVhQDVQXlVwDfKBf2ocpQvcXlt52bFQajLdLDnq8EEYatCJCFQ9jpaTPFNEspqacZZpzrRz2o652I36vO1mK0dDjlei8McWd2" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="194" data-original-width="259" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEipkpXvXV1Gtg-TJiEkzPWr7hWjH6gtyCYRWfGerNTjA4F0jD3F-pGcI6tq2N7yfGkVcmA0xa3XmeJrDFTTNEwvJP0BprtrVhQDVQXlVwDfKBf2ocpQvcXlt52bFQajLdLDnq8EEYatCJCFQ9jpaTPFNEspqacZZpzrRz2o652I36vO1mK0dDjlei8McWd2=w400-h300" width="400" /></a></div><br /><p></p><span id="docs-internal-guid-cc7d4207-7fff-9c44-eb58-da4fb0de43fa"><h2 dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 4pt; margin-top: 18pt; text-align: center;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">A las puertas casi de la Pascua estemos dispuestos a que haya verdadera pascua en nuestra vida porque haya una auténtica renovación de nuestra fe más allá de las palabras</span></span></h2><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 12pt; margin-top: 12pt; text-align: right;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Jeremías 11, 18-20; Salmo 7; Juan 7, 40-53</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">‘Signo de contradicción’</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> había pronunciado proféticamente el anciano Simeón cuando sus padres lo llevaron a presentar al templo. </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">‘Está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten’,</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> había seguido diciendo el anciano ante la sorpresa de sus palabras que muchos no terminarían de entender.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Así aparecía ya Jesús en aquel niño cuyos padres habían ido a presentar al templo. ¿Necesitaba aquel niño algún tipo de rescate, cuando El era el que venía para salvar al mundo? Pero sus padres habían hecho entonces la ofrenda de los pobres, </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">‘un par de tórtolas’ </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">señalaba el ritual del Levítico. ‘</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Aquí estoy’</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">, había proclamado Jesús mismo, como había anunciado el profeta, </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">‘vengo, para hacer tu voluntad’</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Como no entienden los discípulos cuando Jesús se olvida de hasta comer por atender a cuantos a El acudían, sin embargo recordarán sus palabras para siempre porque así lo había anunciado el profeta</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">. ‘Mi alimento es hacer la voluntad del Padre del cielo’.</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> Podrá convertir las piedras en panes, como le propone el diablo tentador, pero Jesús hablará de otro alimento más importante, hacer la voluntad del Padre. </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">‘No solo de pan vive el hombre, sino también de la Palabra de Dios</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">’, proclamará Jesús allá en la montaña o el desierto de las tentaciones.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Por eso Jesús no dejará de predicar, pero la gente seguirá preguntándose por la identidad de Jesús. ¿Será un profeta? ¿Será el Mesías? Recordamos que cuando pregunta a sus discípulos por lo que dice la gente del Hijo del Hombre, los discípulos le responderán con distintas versiones. Un profeta como los antiguos, un profeta como Juan el Bautista, Herodes temerá si acaso no es una reencarnación del Bautista a quien él había mandado ejecutar, se preguntan ahora aún más, ¿será el Mesías? Hablan del Reino de David, que procede de Belén y el Mesías es como su heredero, pues ha de ser del linaje de David, pero ahora lo conocen como el profeta de Galilea, el profeta de Nazaret, más tarde incluso le llamarán el Nazareno. ¿Quién es aquel Jesús que ahora se atreve ya incluso a predicar en Jerusalén y en el templo?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Un signo de contradicción porque muchos verán en El señales de que viene de Dios, incluso aquellos que han ido a prenderle enviados por los sumos sacerdotes, dirán de El que ‘</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">nadie ha hablado igual, nadie ha hablado como aquel hombre’.</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> Otros querrán prenderle, querrán quitarle de en medio, a ese destino de alguna manera lo conducirán, pero Jesús mismo dirá que nadie le arrebata la vida sino que El es quien la entrega. Su muerte no es un quitarle de en medio ni puede tener sabor de derrota. Al tercer día resucitará como lo había anunciado. El la entrega libremente porque obediente a la voluntad del Padre El subirá al ara del Sacrificio. Incluso el centurión romano encargado de ejecutar la sentencia de Pilato terminará confesando que </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">‘era inocente’</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">, como ya lo había hecho el mismo Pilatos que </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">‘no encontraba culpa en aquel hombre’</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">, aunque firmara la sentencia lavándose las manos como auto justificación delante de todo el pueblo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Y nosotros, cuando estamos concluyendo ya esta cuarta semana de Cuaresma, ¿qué nos decimos y qué nos preguntamos? ¿Será para nosotros también un signo de contradicción, más que nada porque nos damos cuenta de las contradicciones que hay en nuestra vida? ¿Cómo confesamos a Jesús? ¿Cuál es la auténtica proclamación de fe que vamos a hacer en la vigilia Pascual? ¿Qué va a significar esta Pascua que tenemos ya tan cercana para nosotros? ¿Dejaremos que haya pascua en nuestra vida?</span></span></p><div><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 15pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></div></span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-734555105454452790.post-34004640619530883642024-03-15T00:00:00.001+00:002024-03-15T00:00:00.254+00:00No seamos tiniebla que rechaza la luz, dejemos que ilumine los más hondos entresijos de nuestra alma y nos ponga el dedo en la llaga no rechazándola porque nos duela<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEion0mM_WxmsuWlLv2aqCfJlrRBy4bVWWqwbyXW18ZvTKoDnyltHD3ttyVpZRb71y6vWeHsdRQRUa4GQ3NAZuA-draYaFm22QgqKbMchohWbEBjrgmvQ7yyNoFlecvSUKECZ6i6Ra5iqS7rdielF6qstGY5D_QCqbt0tYjO9tdCUHTIzC207cqwoN31E5-0" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="205" data-original-width="246" height="333" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEion0mM_WxmsuWlLv2aqCfJlrRBy4bVWWqwbyXW18ZvTKoDnyltHD3ttyVpZRb71y6vWeHsdRQRUa4GQ3NAZuA-draYaFm22QgqKbMchohWbEBjrgmvQ7yyNoFlecvSUKECZ6i6Ra5iqS7rdielF6qstGY5D_QCqbt0tYjO9tdCUHTIzC207cqwoN31E5-0=w400-h333" width="400" /></a></div><br /><p></p><h2 align="center" style="text-align: center;"><span style="font-size: large;">No
seamos tiniebla que rechaza la luz, dejemos que ilumine los más hondos
entresijos de nuestra alma y nos ponga el dedo en la llaga no rechazándola
porque nos duela<o:p></o:p></span></h2>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span style="font-family: "Arial Narrow";"><span style="font-size: large;">Sabiduría 2, 1a. 12-22; Salmo 33; Juan 7,
1-2. 10. 25-30<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Forma parte de la naturaleza de la
vida, podríamos decirlo así, hay personas o hay situaciones con las que o en
las que nos sentimos cómodos, porque nos parece que hay una sintonía con
nosotros, y otras personas que no nos caen bien, no nos sentimos bien a su
lado, o situaciones por las que tenemos que pasar en las que no nos sentimos cómodos.
<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Y esto en distintos frentes. Porque nos
puede ser agradable una persona porque quizás es amable con nosotros, nos
entendemos cuando hablamos o compartimos cosas o momentos, pero quizá ha
situaciones en las que repelemos a la persona precisamente porque es buena,
porque es entregada, y es que está chocando con nuestra manera de ser, o con
las posturas que nosotros vamos tomando en la vida. Quizás nos hacen ver los
errores que cometemos, el desorden que hay en nuestra vida, o que hay otros
valores mejores que los que nosotros vivimos, y esto se convierte en un
repelente para nosotros, porque de alguna manera su rectitud está denunciando
el mal que hay en nosotros.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Siempre ha sucedido que el que obra con
rectitud se convierte en blanco de los demás, y al que siempre se le quiere
sacar algo, o acumularle algo en su vida que está bien lejos de su
comportamiento. La rectitud de sus vidas se convierte en denuncia de nuestro
mal obrar y por eso con tanta maldad quizá se trata de denigrarlo de la forma
que sea. ¿No es lo que le pasaba a los profetas? <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Es lo que pasaba también con Jesús., Y
Jesús lo sabía. El Reino nuevo de Dios que anunciaba se convertía en una
denuncia de quienes querían vivir anquilosados en sus rutinas y viejas
costumbres, pero que no estaban obrando con la debida rectitud ni con la
necesaria apertura del corazón. Como los profetas habían sido rechazados, así
ahora es rechazado Jesús. Bien nos lo explica Jesús en la parábola de los
viñadores homicidas que no hace mucho hemos meditado, pero que no la podemos
leer solamente mirando a lo que era la situación de entonces del pueblo judío y
su historia, sino que también hemos de saberla leer en la realidad de nuestra
vida.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Cuántas veces nosotros también cuando
ha habido quien con visión verdaderamente profética nos ha presentado la
Palabra de Dios habremos sentido ese mismo rechazo dentro de nosotros; acaso lo
hemos querido disimular, porque miramos a otro lado y siempre queremos aplicar
las cosas a los demás y no a nosotros mismos, o tratamos de hacernos nuestras
rebajas, porque nos decimos que no hay que mirar las cosas con tanta
radicalidad.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Pero, ¿aceptamos o no aceptamos a Jesús
y su mensaje evangélico?<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Hemos escuchado
hoy que en principio Jesús no quiere dejarse ver por Jerusalén, porque aun no
ha llegado su hora, donde sabe que va a tener una fuerte oposición. Sin embargo
Jesús sube también a la ciudad santa para aquella fiesta, y los mismos judíos
se sorprenden de su presencia, pues el pueblo notaba el vacío que las
autoridades y gente principal querían hacerle a Jesús. Se preguntan si acaso ya
habrán aceptado la misión profética o mesiánica de Jesús. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">¿De donde viene Jesús? ¿Cuál es
realmente su misión? ¿El hecho de ser galileo la resta posibilidad de que pueda
ser el Mesías, como en otro momento le dirán los sumos sacerdotes a Nicodemo,
que de Galilea nunca ha surgido un profeta?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Como hoy les dice Jesús <i>‘a mí me
conocéis, y conocéis de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta,
sino que el Verdadero es el que me envía; a ese vosotros no lo conocéis; yo lo
conozco, porque procedo de él y él me ha enviado…’</i> Jesús se siente como el
enviado del Padre. Nos recuerda lo que en otro momento del evangelio hemos
escuchado. El amor que Dios nos tiene es tan grande que ‘<i>nos ha enviado a su
Hijo para que quien cree en El no perezca sino que tenga vida eterna’</i>. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Es la maravilla y la grandeza de
nuestra fe en Jesús. Así lo reconocemos. La Palabra de Dios que planta su
tienda entre nosotros. La Palabra que nos ilumina para arrancarnos de nuestras
tinieblas y darnos vida. La Palabra que tenemos que escuchar. Podemos recordar
muchos momentos del evangelio. No seamos la tiniebla que rechaza la luz.
Dejemos que ilumine los más hondos entresijos de nuestra alma y nos ponga el
dedo en la llaga. No la rechacemos porque nos duela. La medicina nos arde en la
herida pero nos sana. Veamos en todo siempre y por encima de todo el amor de
Dios que nos salva.</span><span style="font-size: 15pt;"><o:p></o:p></span></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-734555105454452790.post-55764563851756704882024-03-14T00:00:00.004+00:002024-03-14T00:00:00.138+00:00Con Jesús no nos equivocamos, en El no haya falsedad ni engaño, es la coherencia plena porque es la Verdad, tenemos asegurado el Camino, tenemos asegurada la Vida<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjs4JziF1aaoeEmRA0OQpU34JnT8hcRs7EAr2c0gkREOWKWnb2g93_tF99Bc1sLI43ZWYQGqffFmBBNuchhkggqNPnOaKmHI1qtKRf9E8ZBdNq1qPjJJw_rVsVjYwqXzQptsGGrMutseRGv6Ki8wYwc-aaxUFIoRJl0MW14Bet5A9tSEolQeJsFSVXFNwW8" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="548" data-original-width="620" height="353" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjs4JziF1aaoeEmRA0OQpU34JnT8hcRs7EAr2c0gkREOWKWnb2g93_tF99Bc1sLI43ZWYQGqffFmBBNuchhkggqNPnOaKmHI1qtKRf9E8ZBdNq1qPjJJw_rVsVjYwqXzQptsGGrMutseRGv6Ki8wYwc-aaxUFIoRJl0MW14Bet5A9tSEolQeJsFSVXFNwW8=w400-h353" width="400" /></a></div><br /><p></p><span id="docs-internal-guid-8753a976-7fff-c431-26f3-28c62de1a9c0"><h2 dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 4pt; margin-top: 18pt; text-align: center;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Con Jesús no nos equivocamos, en El no haya falsedad ni engaño, es la coherencia plena porque es la Verdad, tenemos asegurado el Camino, tenemos asegurada la Vida</span></span></h2><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 12pt; margin-top: 12pt; text-align: right;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Éxodo 32, 7-14; Salmo 105; Juan 5, 31-47</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Lo menos que le podemos pedir a una persona en su actuación pública, y más aún cuando ejerce algún tipo de responsabilidad o de liderazgo en la sociedad es que sea coherente; que haya verdadera congruencia entre lo que dice o le pide a los demás y lo que él hace con su propia vida; lo contrario sería falsedad, actuación desde unos intereses donde parece que para él lo importante es su dominio sobre los demás o lo que personalmente se pueda beneficiar antes que esos valores que trata de enseñar o lo que es el bien de esa sociedad a la que tendría que servir.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Desgraciadamente en el mundo que vivimos vemos demasiadas incongruencias, poca coherencia y realmente esta hace que muchas veces vayamos desencantados por la vida y nos sintamos sin estímulo para luchar por unos ideales. Cuánto daño se puede hacer. No son los buenos ejemplos los que arrastran, sino que más bien nos vemos como engullidos en un mundo de falsedad. Poco podemos caminar hacia una sociedad mejor.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">‘Sabemos que eres veraz’,</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> no les quedó más remedio que reconocer a los escribas y maestros de la ley ante Jesús, aunque sus palabras también iban con unas segundas intenciones porque a la larga lo que querían era coger a Jesús en sus propias palabras. Nosotros sí podemos decir de Jesús que sabemos que es veraz, porque El mismo se nos presentará en algún momento del Evangelio como </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">‘el Camino, y la Verdad, y la Vida’, </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">y nos enseña que siguiéndole no perderemos el camino porque llenos de la Sabiduría de Dios nos llenaremos plenamente de su vida.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Es como se nos presenta hoy Jesús en el evangelio. En el tiempo litúrgico que nos resta de la Cuaresma iremos escuchando en el Evangelio y la Palabra de Dios una serie de textos que nos presentan aquellas diatribas que surgieron entre aquellos que quería quitarlo de en medio y Jesús. Hoy nos está planteando por qué no creemos en El. Nos habla del testimonio de Juan el Bautista que había preparado los caminos del Señor y que nos presentará a Jesús como </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">. Aunque como les dice, ellos tampoco creyeron a Juan, porque siempre estuvieron en desconfianza con él. Recordemos cómo le habían también enviado una embajada pidiéndole que diera razón de por qué bautizaba allá en el desierto.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Pero Jesús nos habla hoy más del testimonio del Padre a través de las obras que Jesús realiza. ¿Quién podía perdonar pecados sino Dios?, se preguntaban un día ante las palabras de Jesús ante el paralítico que habían descendido del techo hasta los pies de Jesús. Ante la incredulidad de aquellos que lo observaban entonces, de alguna manera Jesús les pregunta también ¿y quien es el que puede tener poder para sanar y para curar, para realizar los signos y milagros que Jesús realiza? Como nos dirá Jesús El no hace sino las obras que el Padre le mandó realizar.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Si Jesús nos va proponiendo un camino nuevo que ha de ser siempre por los derroteros del amor, del perdón, de la comprensión, del servicio, de la misericordia, es así cómo Jesús se nos manifiesta. Jesús es el rostro de la misericordia de Dios. Es el Dios que nos mira a los ojos y al corazón desde su mirada de amor y de misericordia. Ya lo vemos cómo no solo curará a todos aquellos que sufren, sino que se acerca a los más pequeños, acoge a los pecadores y para todos tiene palabras de perdón. ¿Qué es lo que dirá en el momento en que lo estén crucificando</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">? ‘Padre, perdónales porque no saben lo que hacen’.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Es el camino, es la Verdad, es la Vida; con El no nos equivocamos, en El no haya falsedad ni engaño, es la coherencia plena porque es la Verdad, tenemos asegurado el camino, tenemos asegurada la Vida, porque le tenemos a El.</span></span></p><div><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 15pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></div></span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-734555105454452790.post-18166313372804705702024-03-13T00:00:00.003+00:002024-03-13T00:00:00.267+00:00Nunca podremos sentirnos abandonados ni olvidados de Dios, porque ahí está Jesús que con los signos y señales que realiza nos recuerda el amor de Dios<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEih5psUhAlO3cxyBPkrUMrYwrlQPA2M8Gj_ukUcJazrgrMUgDN8SMuEiVxq3hd69qsgCg-i9By9NTrJmZyA5oQMGAFcyFMPp1jmcFPXbGWO2mLu6M-D56Qt3r3l8jkoKereBG-hlx3gkhjXEND34QDGZbLByyPCXI_oOkK5B2DkivRYsrzMZYsus1__hZuw" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="474" data-original-width="765" height="248" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEih5psUhAlO3cxyBPkrUMrYwrlQPA2M8Gj_ukUcJazrgrMUgDN8SMuEiVxq3hd69qsgCg-i9By9NTrJmZyA5oQMGAFcyFMPp1jmcFPXbGWO2mLu6M-D56Qt3r3l8jkoKereBG-hlx3gkhjXEND34QDGZbLByyPCXI_oOkK5B2DkivRYsrzMZYsus1__hZuw=w400-h248" width="400" /></a></div><br /><p></p><span id="docs-internal-guid-966b5e47-7fff-2bf2-83ea-f524a2f50273"><h2 dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Nunca podremos sentirnos abandonados ni olvidados de Dios, porque ahí está Jesús que con los signos y señales que realiza nos recuerda el amor de Dios</span></span></h2><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 12pt; margin-top: 12pt; text-align: right;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Isaías 49,8-15; Salmo 144; Juan 5, 17-30</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">No nos gusta ser los olvidados. Ni de la familia, ni de los amigos, ni de aquellas personas que apreciamos y, en cierto modo, tampoco de aquellos con los que nos relacionamos en la vida, ya sea por la convivencia, por las relaciones de vecindad, o por razones laborales.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">¿No nos quedamos los vecinos de un lugar determinado, un barrio, un sector de la ciudad, que las autoridades se han olvidado de nosotros porque no atienden nuestras demandas o necesidades? ¿Cómo reaccionamos ante un amigo al que hace tiempo que no veíamos y que de alguna manera se había distanciado la relación? Ya te olvidaste de los amigos, es casi lo primero que le decimos cuando nos reencontramos de nuevo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Y lo mismo nos sucede en nuestras relaciones familiares y suele ser la queja más común, o de los padres que dicen que sus hijos ya no se acuerdan de ellos, o los hijos por el contrario con la misma queja contra los padres, ya no te acuerdas de mí.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Ese recuerdo que queremos que se mantenga dice mucho de cómo nos sentimos y cómo nos sentimos necesitados los unos de los otros, de su cariño, su presencia, su valoración, el tenernos en cuenta y así mucho más. Y tenemos que decir en el ámbito religioso que es algo que aparece en nuestra relación con Dios, en nuestras prácticas religiosas. Dios no nos escucha, decimos con tanta facilidad tantas veces. Claro que también tendríamos que preguntarnos si nosotros escuchamos a Dios. ¿Nos sentiremos acaso en alguna ocasión olvidados de Dios? ¿O será más bien que Dios es el olvidado de nosotros porque somos nosotros los que realmente no le tenemos en cuenta?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Me estoy haciendo esta consideración que a la larga tendría que llevarme a analizar detenidamente nuestra relación con Dios, desde el texto maravilloso que nos ha ofrecido hoy el profeta. El profeta está hablando a un pueblo que no lo está pasando nada bien; probablemente se trate de la época del exilio a Babilonia y el profeta trata de levantar el animo a aquel pueblo desesperanzado porque se van a abrir caminos por el desierto para un nuevo éxodo, para una nueva vuelta a su tierra desde el lugar del destierro. ¿Se sentían abandonados de Dios? La situación que vivían no era fácil, pero el profeta viene a decirles que Dios no los olvida, que Dios no los abandona, y termina con ese maravilloso texto que nosotros también hemos de escuchar con corazón abierto y con corazón humilde y agradecido.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">‘Exulta, cielo, romped a cantar, montañas, porque el Señor consuela a su pueblo y se compadece de los desamparados. Sion decía: Me ha abandonado el Señor, mi dueño me ha olvidado. ¿Puede una madre olvidar al niño que amamanta, no tener compasión del hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvidara, yo no te olvidaré’.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Una madre nunca podrá olvidar al hijo de sus entrañas. Y eso de alguna manera nos viene a decir también hoy Jesús en el evangelio. Sea cual sea la situación que nosotros vivamos en nuestra vida, ahí está El. Nunca podremos sentirnos ni abandonados ni olvidados ¿Y qué significa su presencia? Recordarnos continuamente que Dios nos ama. Para eso ha venido. Cuando de verdad lo asumamos y lo recordemos siempre, en todo momento y situación, cualquiera que sean las circunstancias de nuestra vida, estaremos entrando en algo nuevo. El Reino de Dios lo llama Jesús. </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">‘Mi Padre sigue actuando y yo también actúo’,</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> nos dice Jesús.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">¿Qué son esos signos y señales que Jesús va realizando con su vida? Las muestras de que Dios nos ama, y porque nos ama irá transformando nuestra vida, y porque nos sentimos amados comenzamos nosotros a dejarnos transformar nuestra vida. ¿No nos ha pedido Jesús desde el principio que tengamos fe y que transformemos nuestro corazón? Acaso somos nosotros los que olvidamos esta invitación y esta llamada de Jesús. Pero aunque nosotros en la práctica tantas veces lo neguemos, como nos diría san Pablo, El no puede negarse a sí mismo, y siempre será fiel en el amor que nos tiene.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">¿Qué más necesitamos nosotros para comenzar a dar respuesta a ese amor de Dios? Sigamos con nuestro programa de Cuaresma y podremos llegar de verdad a la Pascua.</span></span></p><div><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 15pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></div></span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-734555105454452790.post-20832248878052229092024-03-12T00:00:00.005+00:002024-03-12T00:00:00.132+00:00Que no sigan habiendo muletas que no nos dejan caminar por nuestras cobardías, ni camillas en las que sigamos postrados porque nos quedan muchos miedos en el alma<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgEIZ9hRUhQRhH0UP2G8jlEbn214dXusCvx_4DI2xMrDOsr0di5ra8jH-SfOfPJtpSFgkBZq8rNc1NPXeAUzdFAmQlw8xPDxMsuqLqaN5vGmsvUhyk1yZasbqLc66AKupP0_I4zGUa4nLtQjDu1gW8-QkNUmbgMl4cD8EYPyBXahiZ7KwlJlLe6B6O6OzG4" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="167" data-original-width="301" height="223" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgEIZ9hRUhQRhH0UP2G8jlEbn214dXusCvx_4DI2xMrDOsr0di5ra8jH-SfOfPJtpSFgkBZq8rNc1NPXeAUzdFAmQlw8xPDxMsuqLqaN5vGmsvUhyk1yZasbqLc66AKupP0_I4zGUa4nLtQjDu1gW8-QkNUmbgMl4cD8EYPyBXahiZ7KwlJlLe6B6O6OzG4=w400-h223" width="400" /></a></div><br /><p></p><h2 align="center" style="text-align: center;"><span style="font-size: large;">Que
no sigan habiendo muletas que no nos dejan caminar por nuestras cobardías, ni
camillas en las que sigamos postrados porque nos quedan muchos miedos en el
alma<o:p></o:p></span></h2>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span style="font-family: "Arial Narrow";"><span style="font-size: large;">Ezequiel 47, 1-9. 12; Salmo 45; Juan 5, 1-16<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Todos hemos presenciado, o acaso también
nos habremos visto envueltos en esa situación, una aglomeración de gente que
hace cola porque lo necesitan para conseguir algo que consideran muy importante
o vital para sus vidas; los empujones y los revolcones que se montan, sobre
todo cuando llega el momento de comenzar a moverse aquella cola, porque ha
llegado el momento del comienzo del reparto, se ha abierto la puerta, y ahora
todos, aunque hasta ahora quizás se habían mantenido en cola de una forma más o
menos ordenada, al empujón rompen filas, nadie tiene consideración con nadie y
todos pretenden saltar por donde sea para alcanzar aquello que esperaban. Nadie
mira a nadie ni siente compasión por la debilidad con que algunos se muestren
en su necesidad.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">¿Algo así sucedería en aquella piscina
de las ovejas donde tantos enfermos y discapacitados en las más diversas
enfermedades y dolencias esperaban que al agua se removiera para poder entrar
el primero y curarse? Los que mejor podían valerse se adelantaban a todos y no
importaba que hubiera alguien que estuviera allí esperando (en la cola) desde
hacia 38 años y nadie le importaba nadie. Es la queja humilde y resignada de
aquel hombre a quien Jesús le pregunta si quiere curarse.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Más allá de esas colas que hacemos ante
una oficina o ante algún reparto benéfico, ¿este texto estará reflejando algo
de lo que vivimos cada día en la vida? Resignación no falta en muchos que se
ven envueltos en sus problemas sin saber como salir adelante y como solemos
decir no nos queda más remedio que aguantarnos; pero empujones bien que nos
damos en la vida cuando cada uno va buscando solo sus intereses; avariciosos
nos volvemos en tantas ocasiones que nos parece que con lo que tenemos no vamos
a alcanzar nuestros sueños y mercadeamos en lo que sea y por donde sea con tal
de conseguir influencias de quien en un momento dado nos pueda echar una mano,
situaciones de privilegio por los que todos soñamos porque así nos vemos como
por encima de los demás, insolidarios caminamos pensando solo en nosotros
mismos y a lo sumo le echamos una mano, pero las dos no que ya está bien, a
aquellos que pudiéramos considerar más cercanos a nosotros y un día también
podían hacer algo por nosotros. En muchas cosas podemos fijarnos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Es Jesús el que ha venido al encuentro
de aquel hombre, como viene también a nuestro encuentro. Allí donde está el
dolor, donde hay algo que sufre, allí donde hay una situación de sombras, allí
donde hay unos corazones atormentados, allí donde parece que se agotado las
esperanzas y solo queda la resignación o una lucha desesperada que todo lo
puede convertir en violencia, allí donde se producen los peores desequilibrios
que muchas veces nos encierran o nos hacen insolidarios, allí siempre puede
aparecer una luz.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">En aquel caso, en la piscina de Betesda
apareció esa luz para aquel hombre que pudo tomar su camilla, cargar con ella y
echar a andar para su casa. No todos van a reconocer esa luz, porque quizás
está haciendo resplandecer cosas que otros querían ocultar o de las que no
quieren saber nada. Incluso aquel pobre hombre que ahora se ha visto liberado
de su imposibilidad va a sufrir los zarpazos de esa lucha, porque habrá quien
no entienda que haya sido curado en sábado, o no querrán reconocer el poder y
la acción de Jesús. ¿No se siguen dando coletazos contra la Iglesia, contra la
obra de la Iglesia, contra la fe en Jesús en el mundo que hoy vivimos por
tantos a los que parece que les molesta la fe que podamos tener en Jesús? <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">¿No habrá incluso algunas ocasiones que
a los que decimos que tenemos fe en Jesús quizás nos cueste mostrar
abiertamente esa fe porque vamos a encontrarnos un mundo que está enfrente y no
lo soporta? Cuidado con nuestras cobardías, cuando con los brotes de
insolidaridad que nos pueden brotar dentro de nosotros, cuidado que entremos en
esas carreras del mundo y comencemos también nosotros a despreocuparnos de los
demás, simplemente para hacer lo que todos hacen.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">¿Seguirá habiendo muletas que no nos
dejan caminar por nuestras cobardías, camillas en las que sigamos postrados
porque todavía nos quedan muchos miedos en el alma? Tenemos que aprender a
levantarnos, a dejar a un lado de una vez por todas esas muletas y camillas,
algo nuevo tiene que brotar en nosotros cuando en verdad reconocemos a Jesús.
Nos había preguntado Jesús también a nosotros si queríamos sanar, pero ahora
además nos dice:<i> ‘Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te
ocurra algo peor’.</i><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><o:p><span style="font-size: large;"> </span></o:p></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-734555105454452790.post-51929605561306518712024-03-11T00:00:00.012+00:002024-03-11T00:00:00.138+00:00Hay que comenzar a confiar, podemos tener un mundo nuevo, hacer que las cosas cambien, vayamos hasta Jesús, podremos ensalzar al Señor nos ha librado y dado nueva vida<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiTVucYrGUXCBRKWkm0iHs_tkA6pl0MFETNPY2r7-b2gROcu8FNvSzQAr6JL7Q0rEDqZf_QJ2eWecGhoqNv046xCWCr5lkoEdD-aPG9MfbVzWRt3EDRifvp1ijpCkVIRRxYQ4WFFktvW1sQ2Tmf6A38ewxyXZ3iHzywotOPPvKDPZcHbT5RrbBpuXRym-Nt" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="480" data-original-width="480" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiTVucYrGUXCBRKWkm0iHs_tkA6pl0MFETNPY2r7-b2gROcu8FNvSzQAr6JL7Q0rEDqZf_QJ2eWecGhoqNv046xCWCr5lkoEdD-aPG9MfbVzWRt3EDRifvp1ijpCkVIRRxYQ4WFFktvW1sQ2Tmf6A38ewxyXZ3iHzywotOPPvKDPZcHbT5RrbBpuXRym-Nt=w400-h400" width="400" /></a></div><br /><p></p><h2 align="center" style="text-align: center;"><span style="font-size: large;">Hay
que comenzar a confiar, podemos tener un mundo nuevo, hacer que las cosas
cambien, vayamos hasta Jesús, podremos ensalzar al Señor nos ha librado y dado
nueva vida<o:p></o:p></span></h2>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span style="font-family: "Arial Narrow";"><span style="font-size: large;">Isaías 65, 17-21; Salmo 29; Juan 4, 43-54<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Muchas veces en la vida nos sentimos
como paralizados ante la inmensidad de problemas que nos envuelven. Y no es
para menos. Quienes sentimos inquietud por la marcha de nuestra sociedad no
terminamos de apreciar que se van encontrando soluciones de verdad a los
problemas que se van generando en el día a día de nuestro mundo. </span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Nos duele la
falta de paz, nos duele lo difícil que se hace muchas veces la convivencia, nos
duele que no seamos capaces de entender y que quizás los que tienen que darnos
ejemplo e incluso ir como guías delante de nosotros en la búsqueda de una
sociedad más justa lo que hacen muchas veces es embrollar los problemas con
tantas corruptelas, con tanta actuación desde unos intereses muy particulares y
realmente no estemos haciendo todo lo que podamos por tener un mundo mejor, una
sociedad más justa.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Nos sentimos agobiados, por otra parte,
en nuestros problemas personales, porque nos cuesta crecer, ser mejores,
superar muchas cosas que hay en nuestra vida y que realmente son tropiezos para
nuestra maduración y crecimiento personal; y no sabemos como salir. Nos duele
la pobreza, nos duele tanto sufrimiento que vemos en nuestro entorno, nos duele
la falta de paz. ¿Qué hacemos? ¿Podremos tener un día un mundo mejor? ¿Hay
posibilidades de un cambio de verdad en la vida, en la sociedad?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Hoy hemos escuchado un texto precioso
del profeta. Unas palabras que venían a llenar de ilusión y de esperanza a un
pueblo que estaba lleno de sufrimientos. Como todo profeta emplea muchas
imágenes pero que son muy enriquecedoras. Un día aquellos campos resecos van a
producir alimentos; un día no se va a llorar por la muerte de los niños; un día
comenzará a renacer la ilusión y la esperanza del pueblo porque comprenderán
que todo puede cambiar. Son hermosas las palabras del profeta y convendría
releerlas mirando la situación que vivimos y que nace la esperanza en nosotros
de que todo puede cambiar. ¿Cómo?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">El texto del evangelio nos ayuda. Jesús
ha vuelto a Galilea y anda por Caná; un hombre, un funcionario real se
encuentra con un gran problema, la enfermedad de muerte de un hijo. ¿Cómo se
siente un padre cuando se encuentra con una situación así y sin esperanza de solución?
¿Podremos estar viendo ahí retratada nuestra vida, la situación de nuestro
mundo de la que hablábamos antes? Es así como tenemos que leer el evangelio. Su
tabla de salvación está en Jesús de quien ha oído hablar que cura a los enfermos;
a El acude. <i>‘Señor, baja antes de que se muera mi niño’, </i>es la petición
insistente de aquel hombre. Y Jesús le dice que vuelva a su casa que su hijo
está curado. Lo comprobará con los criados que le salen al encuentro con la
noticia y creyó aquel hombre y toda su familia, nos dice el evangelista.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Y nosotros ¿a quien acudimos? ¿Podremos
encontrar en Jesús la esperanza de esa nueva vida, de ese mundo mejor? Es la Buena
Nueva que precisamente nos está anunciando Jesús. Tenemos que creer, y para eso
darle la vuelta a nuestra vida, y el Reino de Dios se hará presente en
nosotros. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Pero creer es algo más que una palabra.
Hay que ponerse en camino, hay que levantarse de nuestros agobios, hay que ir
en búsqueda de la luz y no querer permanecer siempre en las tinieblas, hay que
darse cuenta de que hay que dar pasos para esa conversión del corazón, de
comenzar a poner actitudes nuevas en nuestra vida, de tener una mirada distinta,
de creer en el cambio y comenzar a realizarlo aunque sea a partir de pequeñas
cosas, hay que despertar la ilusión y la esperanza porque mientras sigan
dormidas no comenzaremos a dar pasos, hay que bajarnos de los pedestales de
nuestro orgullo, de nuestra autocomplacencia, de nuestra autosuficiencia en los
que nos hemos subido. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Hay que comenzar a confiar. Podemos
tener un mundo nuevo. Podemos hacer que las cosas cambien. Dejémonos conducir
por el Espíritu de Jesús, por su Palabra. ¿Qué es lo que realmente queremos ir
haciendo ahora en este camino de Cuaresma? No son solo unos días que van
pasando inexorablemente en el calendario, sino un tiempo en que cada día hemos
de dar un paso, hacer algo nuevo, despertar nuestra fe, escuchar a Jesús.</span><span style="font-size: 15pt;"><o:p></o:p></span></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-734555105454452790.post-24518999453286431592024-03-10T00:00:00.003+00:002024-03-10T00:00:00.145+00:00No olvidemos nunca que es Dios el que primero nos ha amado y nos ha regalado su gracia y su perdón, correspondamos a tanto amor<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhHWNN68L8OIf4kbQZA-Im6YPcnAH7MkIlAHoBIUqib9-h1zzf614a0zqPXLTZIoQGQvRbN0u0N4q7OOwVbWNH27HddT_YIjxnZs3j_q8Yufsy0uZx445vzIBUkxYuMsjketdgO5prhv9vfVVolAO-Q6024EdRfyvg5IKrWvQOdXgE60XDPRuKk4pAsCSZQ" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="663" data-original-width="1000" height="265" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhHWNN68L8OIf4kbQZA-Im6YPcnAH7MkIlAHoBIUqib9-h1zzf614a0zqPXLTZIoQGQvRbN0u0N4q7OOwVbWNH27HddT_YIjxnZs3j_q8Yufsy0uZx445vzIBUkxYuMsjketdgO5prhv9vfVVolAO-Q6024EdRfyvg5IKrWvQOdXgE60XDPRuKk4pAsCSZQ=w400-h265" width="400" /></a></div><br /><p></p><h2 align="center" style="text-align: center;"><span style="font-size: large;">No
olvidemos nunca que es Dios el que primero nos ha amado y nos ha regalado su
gracia y su perdón, correspondamos a tanto amor<o:p></o:p></span></h2>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span style="font-family: "Arial Narrow";"><span style="font-size: large;">2Crónicas 36, 14-16. 19-23; Salmo 136;
Efesios 2, 4-10; Juan 3, 14-21<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Si nosotros nos sentimos en deuda con
alguien, ¿hasta donde seríamos capaces de llegar para condonar esa deuda? Lo
que en principio estoy considerando es que soy yo el que estoy en deuda, no lo
que otros me deban a mí, ¿hasta donde llegamos? Buscaríamos medios, buscaríamos
personas que nos ayuden, influencias que podamos obtener quizás de otras
personas a las que acudimos para que quizás intercedan por nosotros… <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Pero pensemos más, pensemos en que con
quien nos sentimos deudores es alguien con quien habíamos tenido una buena relación,
pero surgieron los problemas que surgieron, y ahora está por medio esa deuda,
sabiendo además que era o es un persona que nos amaba y quería mucho. ¿Qué
podemos hacer? ¿Qué podemos aportar por nuestra parte desde nuestra pobreza y
pequeñez?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Pero aquí está lo que es la maravilla
del amor. Estábamos comentando que era alguien que nos amaba, que nos quería,
que fuimos nosotros con nuestra miseria los que provocamos esa deuda. Y viene
el Dios generoso que mantiene su amor para con nosotros, no quiere nuestra
muerte aunque lo merezcamos por grande que sea nuestra deuda. Aparece el Dios
lleno de misericordia y compasión, que por gracia, o sea gratuitamente,
simplemente porque nos ama nos regala el perdón. Es más, para regalarnos ese perdón
y esa vida, nos entrega a su Hijo amado y preferido. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Como nos ha dicho hoy el evangelio ‘<i>tanto
amó Dios al mundo, tanto nos amó Dios, que nos entregó a su propio Hijo, para
que todo el que cree en El no perezca sino que obtenga la vida eterna’</i>.
Maravilla del amor de Dios. Como alguien ha escrito, <i>‘amar a alguien es
decirle tú no morirás jamás’.</i> Eso nos está diciendo Dios, que nos ama y
quiere que tengamos vida, no quiere la muerte. ‘<i>No vino Jesús para juzgar y
condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por medio de El’</i>. Nos lo
está repitiendo continuamente en el evangelio. Sí,<i> a</i>hí está, Dios nos
ama y quiere la vida para nosotros. Por eso <i>‘todo el que cree en el Hijo de
Dios no perece sino que obtiene la vida eterna’</i>.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Ahí está la maravillosa reflexión que
nos hace san Pablo en la carta a los Efesios. <i>‘Dios, rico en misericordia,
por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos
ha hecho revivir con Cristo, estáis salvados por pura gracia’</i>. Por pura
gracia; es un don gratuito. No es lo que nosotros hagamos, no son los méritos
que vayamos acumulando por otro lado al alcanzar la condenación de la deuda; es
un regalo de Dios, por eso decimos gracia. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Es algo que no consideramos lo
suficiente.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Por eso luego seguimos
siendo tan mezquinos; no lo hemos asimilado bien, nos parece algo tan natural,
que nos hemos acostumbrado, y realmente no somos agradecidos lo suficiente.
Tendría que ser algo que se nos quedara como grabado a fuego en el alma para no
olvidarlo jamás. Pero somos reincidentes en nuestro pecado. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Nosotros seguimos prefiriendo la
tiniebla y rehusamos tantas veces la luz; es que la luz nos descubriría la
realidad de nuestras obras; nos queremos ocultar, pero es señal de que seguimos
en tinieblas y no nos dejamos iluminar. A veces nuestro pecado además puede ser
exceso de confianza, porque nos decimos, bueno, el Señor es bueno y siempre nos
perdona. Pero estamos jugando con el amor de Dios y no tendríamos que hacerlo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Es lo que tenemos que vivir y es la
vida que tenemos que repartir. Cuando así nos sentimos amados de Dios no
podemos menos que nosotros comenzar a amar de la misma manera. Es ahí donde
mostramos el amor que le tenemos a Dios, en esa nueva vida que comenzamos a
vivir, en esa tarea de amor en la que nos vemos comprometidos para ir sembrando
esas semillas de amor en el mundo. </span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Nos cuesta muchas veces porque se
entremezcla la cizaña en nuestros sentimientos y en nuestras actitudes. Ya nos
prevenía Jesús de que eso iba a suceder así, pero nos previene para que no nos
dejemos embaucar por el mal que se nos presenta con tantas apariencias
engañosas. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Ojalá nosotros de verdad podamos irle
diciendo a los que amamos que queremos que vivan, que tengan vida para siempre,
que no haya muerte en sus vidas. Pero eso no pueden ser solamente palabras
bonitas que les digamos; han de ser las actitudes profundas que nosotros
tengamos plantadas en nuestra vida que vayan creando vida allá por donde vamos.
<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Por eso tenemos que sobresalir en
generosidad y desprendimiento por los demás, por eso nuestros gestos y nuestras
palabras, cada cosa que hagamos han de estar siempre envueltas en la delicadeza
y en la ternura. </span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Tenemos de una vez por todas que ir quitando acritud de la
manera como tenemos de comportarnos con los demás, una acritud que aparece en
palabras violentas y malsonantes, en gestos despectivos, en discriminaciones
que aparecen en nuestra manera de tratar según a quien, en desconfianzas que
algunas veces camuflamos en sonrisas forzadas, en tantas posturas con las que
creamos distanciamientos y ponemos barreras a pesar de nuestra buena cara. Algo
hondo tiene que cambiar dentro de nosotros para que afloren siempre esos buenos
sentimientos, para que dejemos a nuestro paso siempre el perfume de nuestro
amor.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Recordemos siempre, es Dios el que nos
ha amado y nos ha regalado su perdón, respondamos con nuestro amor.</span><span style="font-size: 15pt;"><o:p></o:p></span></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-734555105454452790.post-74655460751767258422024-03-09T00:00:00.003+00:002024-03-09T00:00:00.143+00:00Nos sentimos humildes acogiéndonos a la misericordia porque somos pecadores pero en nuestra humildad también somos agradecidos porque Dios realiza maravillas en nosotros<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEj4AfQH-tsxwFu_2m1kbq8WhRjLgS-yPZdmspbnD4q1bv6oA0RiKI0UiD5vOGZIjUUQYI9dZ3rLsu5Be-aPanP16KubIcVQjsAw72YfXSQWEBiRcKY1wpvRaumnpyeWQ52t0S_HKqwTTrTNLPTKv_D6NSqU1kEK11rDM-yP2tMKoOEset1n2noDYJ_E5wtA" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="392" data-original-width="583" height="269" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEj4AfQH-tsxwFu_2m1kbq8WhRjLgS-yPZdmspbnD4q1bv6oA0RiKI0UiD5vOGZIjUUQYI9dZ3rLsu5Be-aPanP16KubIcVQjsAw72YfXSQWEBiRcKY1wpvRaumnpyeWQ52t0S_HKqwTTrTNLPTKv_D6NSqU1kEK11rDM-yP2tMKoOEset1n2noDYJ_E5wtA=w400-h269" width="400" /></a></div><br /><p></p><span id="docs-internal-guid-f4254afd-7fff-2405-eaf4-20e2a612edde"><h2 dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 4pt; margin-top: 18pt; text-align: center;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Nos sentimos humildes acogiéndonos a la misericordia porque somos pecadores pero en nuestra humildad también somos agradecidos porque Dios realiza maravillas en nosotros</span></span></h2><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 12pt; margin-top: 12pt; text-align: right;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Oseas 6, 1-6; Salmo 50; Lucas 18, 9-14</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Claro que sí, nos gustaría ser impecables, perfectos, sin cometer ningún error, que todo lo hiciéramos bien siempre, pero no seamos autosuficientes ni orgullosos, que bien sabemos de la pasta que estamos hechos, por decirlo de alguna manera, no somos perfectos, no podemos ir por ahí dándonosla siempre de que somos poco menos que perfectos, que todo lo hemos hecho bien en la vida, y que somos mejores que los demás.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Nos puede suceder a todos, y bien vemos en la vida que nos encontramos con personas así, que siempre se creen perfectos, que consideran que siempre pueden estar dando consejitos a los demás para que sean buenos, porque así se creen que son ellos. Qué mal nos sentimos cuando nos encontramos personas así, autosuficientes y siempre llenas de orgullo. Pero cuidado nosotros de alguna manera queramos presentar muchas veces esa fachada ante los demás y cuánto nos cuesta reconocer nuestros fallos, nuestros errores, los tropiezos que vamos teniendo tantas veces en la vida.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Hay muchas reacciones en general en la gente ante actitudes así. Y es que nos hacemos insoportables con nuestros orgullos y vanidades, aunque nos creamos que vamos deslumbrando a los demás. Pero también nos encontramos con los que no soportan que a su lado haya personas buenas, no perfectas porque ya decíamos que nadie es perfecto, pero a quien no siempre lucha lo suficiente por superarse, sabe quizás que no está haciendo bien pero no pone mucho de sí mismo para salir de ese estado, su propia impotencia les lleva a la desconfianza y a la descalificación de los demás.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">No sé por qué, bueno la raíz en cierto modo está en esto que estamos diciendo, se ataca con tanta fiereza a los que intentan hacer el bien, son asiduos de la Iglesia e intentan vivir con la mejor rectitud su vida cristiana. Bien sabemos cómo hay siempre quien trata de descalificar todo lo bueno, echar cenizas allí donde puede brillar alguna luz, porque en cierto modo a los que viven en tinieblas les molesta la luz. También es cierto que a quienes intentan hacer las cosas bien no les falta la tentación también de la vanidad y del orgullo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Hoy nos propone Jesús en el evangelio una pequeña parábola. Habla de los dos que subieron al templo a orar, y mientras uno no hacía sino vanagloriarse poco menos que a voz en grito delante de todos diciendo lo bueno y la justo que era por algunas de las cosas que hacía, el otro desde un rincón del templo casi no se atrevía a levantar su rostro porque se sentía pecador y no hacía sino pedir la compasión de Dios. Y nos termina diciendo Jesús en la parábola que éste bajó a su casa justificado, por la humildad de sentirse pecador, mientras el otro no.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Creo que el mensaje está claro. No podemos andar por la vida con esas vanidades y menos podemos presentarnos delante de Dios queriendo auto justificarnos siempre de lo que hacemos. No es con una lista de méritos en las manos como tenemos que presentarnos ante de Dios. Es desde la humildad desde donde nuestro corazón será agradable a Dios, como también nos hacemos más agradables ante los que nos rodean.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Nos sentimos pecadores y nos acogemos a la misericordia de Dios, con la certeza y la garantía de que el Señor es siempre compasivo y misericordioso. Pero en esa actitud humilde ante de Dios también tenemos que saber reconocer la obra de gracia que Dios realiza en nosotros.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">¿No lo hizo María, como canta en el Magnificat, que el Señor se fijo en la pequeñez de su esclava e hizo obras grandes y maravillosas en ella? también la gratitud es una forma de mostrar nuestra humildad; porque somos verdaderamente humildes somos agradecidos, porque reconocemos la acción de Dios en nuestra vida. Y no es que vayamos con una lista de méritos delante del Señor, pero si hemos de saber reconocer los pasos que vamos dando viendo en ellos una obra de Dios que nos ha dado fuerza, que nos ha regalado su gracia y así podemos ir avanzando en la vida.</span></span></p><div><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 15pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></div></span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-734555105454452790.post-3518774354994331452024-03-08T00:00:00.003+00:002024-03-08T00:00:00.130+00:00Escuchemos en la sinceridad del corazón como Dios es nuestro único Señor por el amor que nos tiene y con ese mismo amor amemos también a nuestro prójimo<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhOP9hgk2UkGAYzQ29EdtxyFR686xTWjjfOTfOABcXPiYKjNXRS3jCmPPMD-q8LnYAEBloYsZRehZAm2w5UJ2gm5ZBHNP3-U1M3ztM91UaY7fN4oj8hXycPlwcTS-_a-KcdbIQ9kN-bVdz_V7KJqx6FRMcTxFLpbB34efBxvHlHihxl23tK_8Rez2TjQ2SB" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="180" data-original-width="240" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhOP9hgk2UkGAYzQ29EdtxyFR686xTWjjfOTfOABcXPiYKjNXRS3jCmPPMD-q8LnYAEBloYsZRehZAm2w5UJ2gm5ZBHNP3-U1M3ztM91UaY7fN4oj8hXycPlwcTS-_a-KcdbIQ9kN-bVdz_V7KJqx6FRMcTxFLpbB34efBxvHlHihxl23tK_8Rez2TjQ2SB=w400-h300" width="400" /></a></div><br /><p></p><span id="docs-internal-guid-df37679c-7fff-baf6-d90c-ba34db344921"><h2 dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 4pt; margin-top: 18pt; text-align: center;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Escuchemos en la sinceridad del corazón como Dios es nuestro único Señor por el amor que nos tiene y con ese mismo amor amemos también a nuestro prójimo</span></span></h2><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 12pt; margin-top: 12pt; text-align: right;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Oseas 14, 2-10; Salmo 80; Marcos 12, 28b-34</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Tenemos que comenzar por escuchar. Eso que nos cuesta tanto. Somos muy charlatanes, en todos los sentidos. Y quizás lo que hacemos es escucharnos a nosotros mismos. Si por la vida fuéramos con oído más atento, con nuestros sentidos más abiertos para captar y sentir lo que palpita a nuestro alrededor, otras seguramente serían nuestras actitudes, las posturas que tomamos ante los demás, las razones que encontramos para darle un nuevo sentido a la vida. Pero nos hemos creado nuestro castillo de sueños y de ilusiones y algunas veces está en el aire. Nos hemos hecho nuestras ideas y según nuestro yo queremos siempre actuar, y hay algo distinto, hay otra cosa, hay otra forma de mirar. ¿Por qué no nos ponemos a escuchar, por qué no nos ponemos a escuchar a Dios?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Fijémonos en el texto del evangelio que hoy se nos propone, e incluso fijémonos también en la lectura profética. Un escriba se acerca a Jesús para preguntarle cuál es el primer mandamiento, cuál es lo primero que tenemos que cumplir. Y Jesús responde con literalmente con un texto de la Escritura, texto por otra parte que todo buen judío conocía y repetía muchas veces al día, porque era siempre su manera de orar a Dios y hacerle presente en su vida, aunque muchas veces se quedar en un repetir formalmente unas palabras sin fijarse en su verdadero contenido.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Y Jesús, en esta ocasión, comienza repitiendo textualmente lo que decía la Escritura Santa. ‘</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">El primero es: Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser’.</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> Fijémonos cómo comienza el texto, primero que nada tenemos que escuchar y según lo escuchado actuaremos en consecuencia con ese amor a Dios sobre todas las cosas.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">‘Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor’</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">. Escuchar y reconocer es mucho lo que implica. Sí, es un acto de fe, para reconocer que nuestro Dios es nuestro único Señor. ¿Qué significa esto? ¿Por qué es el único Señor? Con una palabra tenemos que responder, por su amor. Es una manera de recordar y reconocer todo lo que ha sido la historia de amor de Dios para con su pueblo a través de toda su historia. Cuando Moisés transmite estas palabras al pueblo tienen aún reciente como se han visto liberados de Egipto, cómo con la acción de Dios pudieron atravesar el mar Rojo abriéndose sus caminos ya para siempre para la libertad; como Dios se ha hecho presente en su travesía por el desierto, costosa es cierto, pero allí ha estado el Señor como una columna luminosa y como un nube que les daba sombra para suavizar el camino. Ahí recuerdan toda la historia de la salvación, que es toda una historia de amor, y Dios es el único Señor, al que adorar y al que amar con el todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente, con todo su ser.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Escuchemos nosotros también. Escuchemos toda esa historia de amor de Dios en nuestra vida. Si nos detenemos y nos ponemos a escuchar será mucho lo que tenemos que reconocer. Cada uno tiene su historia, sus luchas, sus fracasos, sus esfuerzos, sus trabajos, sus tropiezos, sus momentos de sombras pero también sus momentos de luz. Recordemos con sinceridad, escuchemos lo que sentimos en el corazón. Es mucho lo que hay en lo que se ha manifestado ese amor de Dios. ¿Cómo no le vamos a amar también sobre todas las cosas?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Pero escuchemos también que esa voz que resuena fuerte en nuestro interior nos hace mirar algo más; tenemos que mirar en nuestro entorno, tenemos que mirar a los que caminan a nuestro lado, tenemos que mirar a nuestro prójimo. Y no los podemos dejar fuera de ese amor. Es que no sería verdadero el amor que le tuviéramos a Dios si no amamos a los hermanos que son también sus hijos, si no somos capaces de amarnos como nos amamos a nosotros mismos. Es con lo que concluye la respuesta de Jesús.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Ojalá escuchemos también desde esa voz de Dios que por nuestro amor a nosotros nos dice también </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">‘no estás lejos del Reino de Dios’.</span></span></p><div><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 15pt; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></div></span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-734555105454452790.post-79915884285420053812024-03-07T00:00:00.004+00:002024-03-07T00:00:00.135+00:00Hemos de mantener una lucha constante para permanecer en la fidelidad del amor y no dejar que la malicia enturbie de nuevo el corazón<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhJ00iMvMfx0MVpgKqL0Z1_8cHf6BlKWpwkTNHIEU-74ooag-orX2dlx7_hygNbJ5D43dwpPJ8nBnPocEEAuiwKA9T91Qgu3N7tw4VWvYpr6E9zh5-AQ5Hs7rCqR-axf5y_dADytM6wsqFgsCLdQ-JImAaxz6VV9vSelU_A6MY7tp3s0z1iDkXHbMMjkifS" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="184" data-original-width="274" height="269" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhJ00iMvMfx0MVpgKqL0Z1_8cHf6BlKWpwkTNHIEU-74ooag-orX2dlx7_hygNbJ5D43dwpPJ8nBnPocEEAuiwKA9T91Qgu3N7tw4VWvYpr6E9zh5-AQ5Hs7rCqR-axf5y_dADytM6wsqFgsCLdQ-JImAaxz6VV9vSelU_A6MY7tp3s0z1iDkXHbMMjkifS=w400-h269" width="400" /></a></div><br /><p></p><h2 align="center" style="text-align: center;"><span style="font-size: large;">Hemos
de mantener una lucha constante para permanecer en la fidelidad del amor y no
dejar que la malicia enturbie de nuevo el corazón<o:p></o:p></span></h2>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span style="font-family: "Arial Narrow";"><span style="font-size: large;">Jeremías 7,23-28; Salmo 94; Lucas 11,14-23<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Alguna vez habremos visto algo delante
de nosotros y, aunque ha sido un hecho real y palpable, no un sueño ni nada
imaginado, sin embargo hemos dicho no me lo puedo creer. Nos quedamos atónicos,
sin saber qué decir, qué explicación podemos dar, pero no nos lo terminamos de
creer. Algo que nos sorprende, inesperado, que no esperábamos en aquella
situación, que no esperábamos de aquella persona y así nos quedamos sin
palabras. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Estoy haciendo referencia a esto, en la
que no hemos metido ninguna maldad por medio, pero parece que no siempre vamos
con ese corazón limpio de malas intenciones; porque quizás por desconfianza que
nos tenemos los unos de los otros, quizás porque hemos tenido quizás algún
contratiempo con esas personas, quizás porque recordamos viejos enfrentamientos
en nuestra relaciones vecinales o en nuestras relaciones laborales, hay
personas, como decíamos, de las que desconfiamos, hay personas que no las
miramos bien, hay personas a las que podemos ver realizar las mayores
maravillas y las cosas más hermosas del mundo, a las que enseguida ponemos,
como solemos decir, un pero; vemos segundas intenciones, vemos intereses
ocultos que solo nosotros vemos por lo turbia que ya está de antemano nuestra
mente, y si podemos quitarle el mérito se lo quitamos, si podemos desprestigiar
en esas andamos, si podemos sembrar desconfianza en los demás ya nos estamos
frotando las manos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">La malicia que se ha metido en nuestro corazón
ya no nos deja ver la verdad y lo bueno. Reconozcamos que cosas así nos suceden
a nosotros o las vemos en nuestro entorno con demasiada frecuencia; y no
digamos nada cuando se meten las ideas políticas por medio con sus
enfrentamientos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Es lo que estaba sucediendo en torno a
Jesús y de lo que nos habla hoy el episodio del evangelio. Jesús le ha hecho
recobrar el habla a un mudo; el evangelista nos lo relata con el lenguaje
propio de la época, pues nos habla de la expulsión de un demonio; en fin de
cuentas siempre podemos decir que es la liberación de un mal, de una carencia
que tenía aquella persona para expresarse y comunicarse con los demás. Eran los
signos anunciados por los profetas y que en aquel texto de la sinagoga de
Nazaret se nos recordarán.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Hay personas que saben ver la acción de
Dios en aquella acción de Jesús y su reacción son las alabanzas a Dios como
vemos tantas veces en el evangelio. Pero hay quien no quiere aceptarlo, no
quieren ver lo que está sucediendo delante de sus ojos, no querían aceptar a
Jesús. Y vienen las reacciones, como decíamos antes la ceguera, la
desconfianza, el desprestigio, la intención oculta, etc… Ahora dicen que Jesús
obra milagros expulsado demonios y lo hace con el poder del príncipe de los
demonios, son las incongruencias en que caemos en la vida cuando nos ciega la
malicia del corazón. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Pero Jesús querrá dejarnos un mensaje.
Dejémonos purificar, pero cuidemos mantener esa pureza y esa santidad de
nuestros corazones. Tantas veces vamos dando pasos en nuestra vida de superación,
de crecimiento espiritual, tenemos momentos hermosos y llenos de fervor, pero
si nos descuidamos pronto podemos caer de nuevo por la pendiente de la tibieza,
de la frialdad de nuestros corazones dejando meter de nuevo el mal en nuestra
vida. Es una lucha constante, es cierto, pero es el sabernos mantener en
fidelidad al amor que hemos recibido para mantenernos siempre en el buen
camino. Si nos descuidamos pronto vamos a darnos cuenta que en lugar de recoger
buenos frutos con el Señor lo que estamos haciendo es desparramar esa gracia de
amor que el Señor nos ha regalado. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Cuidado, nos dice Jesús, que <i>el que
no está conmigo está contra mí, y el que no recoge conmigo desparrama</i>.
¿Queremos caer por esa pendiente de nuevo dejando meter la malicia en nuestros
corazones? <i>‘Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor y no endurezcáis el
corazón’</i>.</span><span style="font-size: 15pt;"><o:p></o:p></span></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-734555105454452790.post-76919029807244567342024-03-06T00:00:00.004+00:002024-03-06T00:00:00.150+00:00Un acicate y un reto para ahondar más en nuestra fe, en el conocimiento de Dios y su voluntad, para profundizar en el evangelio y querer hacer un camino de vida cristiana<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhCY-MSvmdR1ECxkvpIuYQAeqPQgZSAPpi6NAi-JJi6epCFIrUm_9Gz3SYAo-Wj41v2RNb7CKzrKgt1Lf6FEZdH4Ci0aBI0rR4CiLnhxafe1z2qqgTEpOf5uaEfwLg2JzTsotWtypuM1sm7Pz53Q6Cp-bopTJ5j8ZAqa5cofo6Um1QC2i6CLW-y6jQWzIag" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="395" data-original-width="890" height="178" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhCY-MSvmdR1ECxkvpIuYQAeqPQgZSAPpi6NAi-JJi6epCFIrUm_9Gz3SYAo-Wj41v2RNb7CKzrKgt1Lf6FEZdH4Ci0aBI0rR4CiLnhxafe1z2qqgTEpOf5uaEfwLg2JzTsotWtypuM1sm7Pz53Q6Cp-bopTJ5j8ZAqa5cofo6Um1QC2i6CLW-y6jQWzIag=w400-h178" width="400" /></a></div><br /><p></p><h2 align="center" style="text-align: center;"><span style="font-size: large;">Un
acicate y un reto para ahondar más en nuestra fe, en el conocimiento de Dios y
su voluntad, para profundizar en el evangelio y
querer hacer un camino de vida cristiana<o:p></o:p></span></h2>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span style="font-family: "Arial Narrow";"><span style="font-size: large;">Deuteronomio 4, 1. 5-9; Salmo 147; Mateo 5,
17-19<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Bien sabemos con cuanta facilidad pueden
aflorar en nosotros unas raicillas de rebeldía que poco menos quieren hacer de
nosotros unas gentes sin ley porque nos queremos quitar de encima todas las
normas y leyes que nos pensamos que nos oprimen y nos quitan la libertad.
Pueden ser raicillas personales, pero también constatamos que son movimientos
que se suceden en nuestra sociedad en la que todo se quiere cambiar, y para eso
lo primero que hacemos es anular normas y leyes con el señuelo de la libertad
en que cada uno tenemos el derecho de hacer de nuestra vida lo que queramos;
pero también somos conscientes que muchas veces no es anular sino sustituir por
cosas caprichosas desde ideologías particulares y que tratan de imponer sea
como sea a los demás y creo que al final estaremos cayendo en peor esclavitud,
porque no entra la razón sino el capricho personal, el hacerme yo notar y
finalmente crear peor desestabilidad.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Hoy nos ofrece el evangelio y la
palabra de Dios que se nos proclama en todo su conjunto unos textos
maravillosos que nos hablan de vida y de sabiduría que en el fondo vienen a engrandecer
a la persona porque quien se deja conducir por los mandamientos del Señor
siempre estará buscando el bien, siempre caminará por caminos de respeto y de
valoración, y estará dándonos en lo más hondo de nosotros mismos la libertad
más verdadera y que más nos engrandece. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Ya le decía Dios a su pueblo a través
de las enseñanzas de Moisés que quien escucha los mandamientos del Señor y los
cumple tendrá vida y encontrarán la verdadera sabiduría. Merece la pena
detenerse a leer con atención este texto del Deuteronomio. <i>‘Israel, escucha
los mandatos y decretos que yo os enseño para que, cumpliéndolos, viváis y
entréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os
va a dar…’</i> <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Escuchar y cumplir para tener vida,
para alcanzar aquellos sueños de plenitud que estaban latentes en el corazón
del hombre. Ese entrar a tomar posesión de la tierra que el Señor les va a dar
es la culminación de un camino hacia la libertad que han realizado en un camino
de desierto, pero desde que fueron liberados de la esclavitud de Egipto. Nos
habla de esclavitud y de libertad, nos habla de vida y de posesión de una
tierra como signo de esa libertad. Y continuará diciéndoles<i>: ‘Observadlos y
cumplidlos, pues esa es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de
los pueblos…’</i> de manera que todos lo reconocerán. <i>‘Ciertamente es un
pueblo sabio e inteligente esta gran nación’. </i><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Con razón nos dirá Jesús en el sermón
del monte, que hoy en parte escuchamos en el evangelio. ‘<i>No creáis que he
venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar
plenitud…</i>’ En Jesús encontramos esa Sabiduría, en Jesús encontramos esa
vida porque El ha venido para que tengamos vida y vida en plenitud. Por eso nos
dirá en otro momento que El es el camino, y la verdad, y la vida, y quien le
sigue alcanzará vida eterna. En Cristo se nos ha revelado la verdad del hombre,
como tantas veces nos repetía san Juan Pablo II. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">No nos dejemos seducir por tantos
cantos de sirena que en el mundo podemos o vamos a encontrar que nos van a
decir que cuando han quitado la religión de sus vidas es cuando han encontrado
vida porque ahora sin mandamientos ni nada que los coarte hacen solamente lo
que les apetece sin que nada ni nadie tenga que decirles cómo han de actuar. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">¿Qué es lo que nos encontramos muchas
veces? Gentes esclavizados de sus caprichos, de su vanidad o de su amor propio,
gente que solo piensa en si mismo y pronto podrán comenzar a avasallar a los
demás tratando de imponer sus criterios, su modo de vida; nos encontraremos una
nueva esclavitud cuando con tanta ligereza no siempre respetemos la dignidad de
las personas, de toda persona, sea quien sea y venga de donde venga. Algunos te
dirán que abandonaron la religión para ser más libres pero son personas que
nunca tampoco vivieron una verdadera religión, nunca supieron encontrar ese
sentido de Dios en sus vidas, gentes que aunque algunas veces se llamaran
cristianos o hicieran algunos actos de culto realmente ya estaban viviendo sus
vidas sin Dios. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Aunque nos duela en el corazón
respetamos sus opciones y sus decisiones porque respetamos su libertad, como
queremos también que los demás respeten nuestro camino, y no nos vamos a dejar
convencer. Es para nosotros un acicate y un reto para ahondar más en nuestra
fe, en el conocimiento de Dios y de lo que es su voluntad, para profundizar en
el evangelio y de verdad querer hacer un camino de vida cristiana. Este tiempo
de Cuaresma que estamos recorriendo es una llamada a la que tenemos que saber
dar respuesta para de verdad llegar a la Pascua y haya de verdad paso de Dios
por nuestra vida.</span><span style="font-size: 15pt;"><o:p></o:p></span></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-734555105454452790.post-87397741882640258962024-03-05T00:00:00.003+00:002024-03-05T00:00:00.240+00:00Seamos capaces de entrar en la línea del perdón que es comenzar a amar al otro con un amor como el de Dios<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEghzn0a4LR6ROdETRX6pPktOVUToAmF9XBbMq8svoaYYm3aoIZFh0QUBJiMlDGhN-Fc513gzIalHVrxcI18ybTCLstoh0XJBMl8u5IeXiDjlChPcw3Gmpu75KWUHQCGJ4RMNCY6YXkaS2JbcpjZDsUhnsBZUf-gAz3Eh5DDZURB4WcCxQ65a2a5Inm0h_si" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="168" data-original-width="299" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEghzn0a4LR6ROdETRX6pPktOVUToAmF9XBbMq8svoaYYm3aoIZFh0QUBJiMlDGhN-Fc513gzIalHVrxcI18ybTCLstoh0XJBMl8u5IeXiDjlChPcw3Gmpu75KWUHQCGJ4RMNCY6YXkaS2JbcpjZDsUhnsBZUf-gAz3Eh5DDZURB4WcCxQ65a2a5Inm0h_si=w400-h225" width="400" /></a></div><br /><p></p><h2 align="center" style="text-align: center;"><span style="font-size: large;">Seamos
capaces de entrar en la línea del perdón que es comenzar a amar al otro con un
amor como el de Dios<o:p></o:p></span></h2>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span style="font-family: "Arial Narrow";"><span style="font-size: large;">Daniel 3, 25. 34-43; Salmo 24; Mateo 18,
21-35<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Aunque no pretendemos enmendar la forma
como nos lo plantea el evangelio se me ocurre pensar ¿qué es lo que querríamos
nosotros, sin en un arranque de humildad – y ya sabemos cuanto nos cuesta eso también
– nosotros fuéramos capaces de reconocer nuestro error y nuestro pecado y
acudiéramos en búsqueda de perdón? ¿Qué tipo de perdón sería el que nosotros desearíamos
para nosotros mismos? ¿Con qué amplitud?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Parece que la medida que queremos
cuando es a favor nuestro es bien distinta de la que nosotros solemos ofrecer a
los demás. Cuando queremos que nos perdonen seguro que lo que deseamos es que
nos perdonen y ya no vuelvan a tener en cuenta aquellos errores, o aquellos
delitos como queramos llamarlos, que nosotros hemos cometido. Sin embargo qué
raquíticos somos cuando se trata de ofrecer nuestro perdón a quien nos haya
podido haber ofendido. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Es lo que se nos está planteando hoy en
el evangelio. Jesús nos ha hablado a lo largo del evangelio de ese amor que
generosamente siempre tenemos que ofrecer a los demás; y el amor entraña el
perdón. Recordemos que en el sermón de la montaña nos ha hablado del amor a los
enemigos, y nos ha enseñado también a rezar por aquellos que nos han injuriado
y ofendido. Cuando entramos en la órbita del amor que nos enseña Jesús entramos
en la línea de la generosidad del corazón y generosidad es perdonar. Mientras
no seamos capaces de entrar en esa órbita, mientras no seamos capaces de
cambiar los parámetros de nuestra vida, se nos hará imposible el perdón. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Los discípulos de Jesús parece que
comenzaban a tenerlo un poco claro, aunque aun costaba dar el brazo a torcer.
Cuando Pedro se adelante a hacerle la pregunta a Jesús podríamos decir que de
alguna manera está ya queriendo dárselas de generoso. Lo que enseñaban los
maestros de la ley en sus interpretaciones de la Escritura comenzaba con la ley
del talión. Ya era una rebaja, porque de alguna manera no podía sobrepasarte en
la medida de la ofensa que tú habías recibido. <i>‘Ojo por ojo y diente por
diente’</i>, no dos ojos por uno ni mucho menos. Pero eso incluso ya Jesús lo
había abolido cuando nos hablaba del amor a los enemigos y de orar por aquellos
que nos habían ofendido. En algo tenía que diferenciarse un seguidor de Jesús
porque lo otro lo hacía cualquiera. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Como decíamos Pedro va de generoso,
cuando habla de<i> ‘hasta siete veces’,</i> porque lo que enseñaban los
maestros de la ley era mucho más restringido, y además no era lo mismo a un
hombre que a una mujer, a un judío que a un gentil. Pero Pedro aun se está
quedando corto con el sentir de Jesús<i>. ‘No te digo hasta siete veces sino
hasta setenta veces siete’</i>. La medida es bien distinta porque eso entrañará
una generosidad y un perdón universal. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Pero como hemos escuchado en el
evangelio Jesús propone una parábola. Un criado que es perdonado por su amo y
señor de una deuda bien cuantiosa, pero que luego no es capaz de perdonar al
compañero que le debía una pequeña cantidad.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Las diferencias son grandes, pero duro es el corazón de aquel hombre que
no ha sabido valorar el perdón que él ha recibido de su señor. Y es aquí donde
estamos siendo retratados. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Con qué facilidad venimos a rezar la oración
que Jesús nos enseñó pero haciéndonos, por así decirlo, algunos paréntesis para
no escuchar en nuestro interior algo que estaremos diciendo con nuestros
labios. <i>‘Perdona nuestras ofensas’</i> le decimos nosotros al Señor
queriendo que Dios sea generoso con nosotros, pero de alguna manera nos comemos
las palabras que siguen porque para nada las tenemos en cuenta<i>, ‘como
nosotros perdonamos a los que nos ofenden’.</i> Qué poca atención le prestamos
a estas palabras.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Necesitamos la humildad, primero que
nada, de reconocer nuestro pecado, y llamémoslo así con esa palabra, que da la
impresión que algunas veces la rehuimos como si le tuviéramos miedo. Es nuestro
pecado, somos pecadores. Hemos de tener la valentía de reconocerlo. Pero hemos
de saber reconocer también la grandeza del amor de Dios para con nosotros, de
su generosidad en el perdón. Eso que tanto deseamos, pero que también con la
misma generosidad hemos de saber también ofrecerlo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Es la medida del amor de Dios la medida
con que nosotros hemos de saber amar a los demás. Porque lo queremos hacer a la
manera de Dios, que es compasivo y misericordioso como tantas veces decimos con
los salmos en nuestras oraciones; es lo que además Jesús nos propone, ser <i>compasivos
y misericordiosos como nuestro Padre del cielo es compasivo y misericordioso</i>.
<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Entramos en esa órbita del amor. Y como
decíamos al comenzar nuestra reflexión, eso mismo que pedimos a Dios para
nosotros seamos capaces de ofrecerlo con generosidad a los demás. Las cosas se
verán de otra manera, aparecerá pronto la línea del perdón, que es comenzar a
amar con un amor como el de Dios.</span><span style="font-size: 15pt;"><o:p></o:p></span></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-734555105454452790.post-14425619257428137152024-03-04T00:00:00.007+00:002024-03-04T00:00:00.240+00:00El paso por el tamiz de la humildad nos llevará a descubrir nuestra verdadera grandeza, hará posible el encuentro con Dios, y facilitará nuestra relación con los demás<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgYEojXVeSyOFbvfmZsK_S1G6HU7zS6D2Y4Qvx9L7C6R2dRmuVrdt8qh2c88mDYV5sfLyTT7-R7fm8f0AHolGhdgnFvPoRs3gUFA1aNi8M2OnG0hwiF3P60mBKOVeRz8rfDfnVscUrfNa3ZtJqf2V89WRjIB-9RuASACvTs0iSntTyfNYE7qmbPM6AnQj6v" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="405" data-original-width="540" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgYEojXVeSyOFbvfmZsK_S1G6HU7zS6D2Y4Qvx9L7C6R2dRmuVrdt8qh2c88mDYV5sfLyTT7-R7fm8f0AHolGhdgnFvPoRs3gUFA1aNi8M2OnG0hwiF3P60mBKOVeRz8rfDfnVscUrfNa3ZtJqf2V89WRjIB-9RuASACvTs0iSntTyfNYE7qmbPM6AnQj6v=w400-h300" width="400" /></a></div><br /><p></p><span id="docs-internal-guid-bb5e6867-7fff-8fbd-6766-610e83b1b929"><h2 dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 4pt; margin-top: 18pt; text-align: center;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">El paso por el tamiz de la humildad nos llevará a descubrir nuestra verdadera grandeza, hará posible el encuentro con Dios, y facilitará nuestra relación con los demás</span></span></h2><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 12pt; margin-top: 12pt; text-align: right;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">2Reyes 5, 1-15ª; Salmo 41; Lucas 4, 24-30</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">No es fácil muchas veces pasar por el tamiz de la humildad. Es muy fino y delicado, por su entramado hay que hacerse muy pequeño para poder traspasarlo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Cuánto nos cuesta reconocer la realidad de nuestra vida, cuánto nos duele cuando nos hacen agachar nuestra cabeza, cuánto nos cuesta pasar por la puerta estrecha porque cada vez andamos más inflados. Si viene alguien con halagos y alabanzas, aunque buenamente digamos – y no sé si sería de bocas a fuera como suele decirse – que no lo merecemos, que habíamos hecho lo que teníamos que hacer y no se cuantas cosas más, sin embargo en el fondo estamos agradeciendo esas alabanzas y si pudiéramos se las restregaríamos en el rostro a tantos que pensamos nosotros que no nos valoran ni nos tienen en cuenta. En el fondo nuestro orgullo se quiere alimentar y nuestro ego parece que necesita inflarse. Eso de la humildad acaso pensamos que no es para nosotros.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Como nos narra el texto del libro de los Reyes, hasta Israel ha llegado un hombre muy embebido en su soberbia, pero que sin embargo está enfermo; viene porque una esclava de su mujer le ha dicho que en Israel hay un profeta que puede curarlo. Allá viene con sus credenciales de poder, pero finalmente tiene que llegar hasta la pobre casa del profeta. No sale a recibirlo, como él esperaba con todas las credenciales de grandeza que le acompañaban, sólo el profeta le manda a decir que vaya al río Jordán y se lave siete veces. Herido en su orgullo quiere marcharse, porque en su tierra hay ríos más importantes que aquel para él minúsculo río del Jordán; convencido por sus acompañantes poco a poco va descendiendo de sus pedestales y pasa por el tamiz de la humildad bañándose en el Jordán y sintiéndose curado. Vendrán luego la gratitud y los reconocimientos, pero solo cuando ha pasado por ese tamiz de la humildad se ha encontrado con la gracia y el poder del Señor.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Es a ese episodio al que hace referencia Jesús en su visita, precisamente, a su pueblo y a la sinagoga de Nazaret. Se sienten inflados en su orgullo las gentes de Nazaret por lo que han oído que Jesús ha ido realizando en otros lugares. Pero en su orgullo persiste la desconfianza, como sucede tantas veces. Parece que el orgullo y la soberbia solo nos hacen creer en nosotros mismos porque nos sentimos grandes. Y Jesús no realiza en Nazaret ninguno de aquellos milagros que ellos esperaban. Como hemos dicho les recuerda el episodio de Naamán el leproso sirio, pero no aprenden la lección. Más bien tratarán de quitarse de en medio a Jesús porque se sienten heridos en su orgullo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: large;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEie49KWdfyYt4y8mi778eHM6z19yAs69tsGVcAxVWC-C8WOr0EeT85qDeh5ybm9kKP5EThifG1yWoVgZSifROofJI7IVE3Mzo5r2WjKEmedwv6N5rnK8l18Te4ZjVvr1OYg7O01iwnKjLWyfKkxv2tOFqPI5YidiDP5ahcjPWvghDH1J7fQtopiRSw_JbmD" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img alt="" data-original-height="374" data-original-width="600" height="198" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEie49KWdfyYt4y8mi778eHM6z19yAs69tsGVcAxVWC-C8WOr0EeT85qDeh5ybm9kKP5EThifG1yWoVgZSifROofJI7IVE3Mzo5r2WjKEmedwv6N5rnK8l18Te4ZjVvr1OYg7O01iwnKjLWyfKkxv2tOFqPI5YidiDP5ahcjPWvghDH1J7fQtopiRSw_JbmD=w320-h198" width="320" /></a></span></div><span style="font-size: large;"><br />Cómo comenzamos a tirar dardos contra los demás cuando nos vemos humillados, fácilmente nos volvemos violentos y destructivos. Aparecerán pronto los resabios y descalificaciones. </span></span><span style="font-size: large;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">‘Es el hijo del carpintero’</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">, dirán de Jesús, </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">‘aquí están sus parientes’</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">, como queriendo siempre minimizar los que nos parece grande o nos sentimos heridos por su luz.</span></span><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">¿Qué nos sucede tantas veces con aquellas personas que decíamos que apreciábamos? pero cuando no actuaron como nosotros esperábamos qué pronto nos volvemos contra ellas y cómo todo fácilmente se transforma en resentimientos y en odio. Eran tan amigos y ahora no se pueden ver, porque no supieron pasar por ese tamiz de la humildad su amistad y los pequeños roces o la falta de entendimiento y comprensión se convierten en desaires que crean abismos y distanciamientos.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Pero ¿no nos sucede de manera semejante en nuestra relación con Dios? Lo primero que aparece muchas veces es decir que Dios no nos escucha y no sabemos aceptar con humildad lo que son los planes de Dios para nuestra vida; cómo se enfría fácilmente nuestra religiosidad, como nos vamos alejando poco a poco cayendo en una tibieza espiritual que se hace pendiente que nos lleva al abandono de todo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Sólo cuando tengamos un corazón humilde podremos llegar a reconocer la grandeza del amor de Dios y cómo en nosotros, sin que sepamos reconocerlo, sin embargo Dios siempre está haciendo maravillas. </span></span></p><div><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 15pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-734555105454452790.post-83365695557722273892024-03-03T00:00:00.003+00:002024-03-03T00:00:00.232+00:00A ese templo de religión y cristianismo que nos hemos construido Jesús tendría que venir a derribar muchas cosas y a hacernos cambiar muchas actitudes<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgiapaffxU4kDmAe1wI6C73jnYIIJTyIEi3-TwqHZxlaMuJ59eX3lxXOCcR6Vt0cgi9tK81ddP2Um24vUqDWA1a39FFC_tF9eTlqTgH0LAo-PDssBOeiIjMUX093acGS5ZrdiGmUZcC7C5h0Y6EhIoML1fJ8ZG8GgpZW1XTBuXQS8ppOxxz7x7uUnXkz2B5" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="844" data-original-width="1500" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgiapaffxU4kDmAe1wI6C73jnYIIJTyIEi3-TwqHZxlaMuJ59eX3lxXOCcR6Vt0cgi9tK81ddP2Um24vUqDWA1a39FFC_tF9eTlqTgH0LAo-PDssBOeiIjMUX093acGS5ZrdiGmUZcC7C5h0Y6EhIoML1fJ8ZG8GgpZW1XTBuXQS8ppOxxz7x7uUnXkz2B5=w400-h225" width="400" /></a></div><br /> <p></p><h2 align="center" style="text-align: center;"><span style="font-size: large;">A ese
templo de religión y cristianismo que nos hemos construido Jesús tendría que
venir a derribar muchas cosas y a hacernos cambiar muchas actitudes<o:p></o:p></span></h2>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span style="font-family: "Arial Narrow";"><span style="font-size: large;"> Éxodo 20, 1-17; Salmo 18; 1Corintios
1, 22-25; Juan 2, 13-25<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Cuidado que el árbol no nos deje ver el
bosque; cuidado que la anécdota se convierta en el atractivo y no nos deje
profundizar en el mensaje para que nos llegue a nuestra vida en la situación
concreta en que vivimos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Tentados estamos en darle vueltas y más
vueltas al episodio que se nos narra hoy en el evangelio, con las explicaciones
de por qué aquellos animales para los sacrificios o el motivo de aquellos
cambios de monedas en el templo y nos quedemos en lo que pudiera ser anecdótico
y solo un signo que nos lleva a algo más profundo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">¿En qué situaciones nos podemos
encontrar hoy y que encuentren como un eco en lo que nos narra el evangelio?
muchas veces quizás hayamos podido convertir todo lo que atañe a nuestra relación
con Dios y en lo que convertimos muchas veces nuestra vida cristiana en unas costumbres
– siempre nos lo han enseñado así, nos decimos -, en unos ritos que repetimos –
porque eso es la tradición -, en unas cosas que tenemos que cumplir – porque
cuando cumplimos ya nos quedamos satisfechos y parece, por ejemplo, que el
domingo no es domingo porque no hemos venido a Misa, aunque nos la pasáramos
pensando en las musarañas -. Y en eso reducimos muchas veces todo lo que es ser
cristiano.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">¿Dónde ha estado en nuestras
celebraciones un encuentro vivo con Dios sintiendo el gozo de su presencia allá
en lo más hondo de nosotros? ¿Qué marca ha dejado en nuestra vida esa Palabra
de Dios que se ha proclamado en la celebración? ¿Cuando salimos de la Iglesia
ya vamos con el propósito de algo nuevo y distinto que allí en la Palabra de
Dios encontramos? ¿Qué recuerdo nos queda el domingo por la tarde de esa
Palabra que escuchamos en la Misa de la mañana? Y así podríamos hacernos muchas
más preguntas. ¿En qué estábamos, o donde estábamos mientras se iba realizando
el rito de la celebración? ¿Nos habremos quedado en un culto vacío?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Pero
bien nos damos cuenta que todo nuestro ser cristiano no se reduce al
cumplimiento, y volvemos con la misma palabra, de unos ritos o unas
celebraciones. El evangelio de Jesús es una propuesta de vida, es un sentido
nuevo para lo que hacemos y para lo que es toda nuestra vida. El evangelio es
una buena noticia – porque así mismo lo significa la palabra – de una vida
nueva que llamamos el Reino de Dios.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>¿El
Reino de Dios se nos queda en que le pongamos una hermosa corona a nuestra
imagen preferida de Jesús o de la Virgen o los santos? Entre vosotros no será
como en los reinos de este mundo, les dice Jesús en muchas ocasiones a los discípulos.
Y nos hablará de unas actitudes nuevas que hemos de tener los unos con los
otros. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Es lo que en verdad tenemos que
descubrir. Cuando estamos reconociendo que Dios es el único Señor de nuestra
vida estamos abriendo los ojos a mirar con una mirada distinta cuanto nos
rodea, a mirar con una mirada nueva y distinta las personas que están a nuestro
lado o componemos nuestro mundo. Ya nos decía Jesús que no es en la búsqueda de
lugares de honor o de primeros puestos cómo vamos a manifestar en verdad que
Dios es el único Señor de nuestra vida. Es cuando seamos capaces de ver a Dios
en aquellos que están a nuestro lado y amarlos con ese amor de Dios. Por eso
nos hablará de hacernos los últimos y los servidores de todos. Como lo hizo
Jesús. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Nuestro trabajo, nuestras
responsabilidades, lo que vamos haciendo en la vida adquieren un nuevo sentido
y un nuevo valor. Ya no podemos ir pensando solo en nosotros mismos y en
nuestras ganancias personales; ya tenemos que comenzar a pensar como estaremos
contribuyendo con lo que es nuestra vida al bien de ese mundo porque es al bien
de cuantos nos rodean. Con qué responsabilidad tenemos que tomarnos la vida y
cuanto hacemos; con cuanta responsabilidad nos sentimos de ese mundo que está
en nuestras manos. Mucho tendría que cambiar cuando de verdad nos encontramos
con el evangelio de Jesús nuestra vida, lo que hacemos y todo lo que son
nuestras responsabilidades.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Ya nuestra vida no son simplemente unas
costumbres o unas rutinas; ya no nos podemos quedar en hacer unas cosas por
cumplimiento o realizar unos ritos para quedarnos como tranquilos en nuestra
conciencia porque ya cumplimos. Ya no es solo que en un momento quizá de
generosidad hagamos unas ofrendas, llevemos unas flores, ofrezcamos unas cosas,
sino que la ofrenda tiene que ser algo más hondo, no de cosas, sino de nosotros
mismos desde lo más hondo de nosotros. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Volvemos a lo que podríamos llamar la
anécdota del evangelio de hoy, ¿no tendría que venir Jesús a ese templo de
religión y de cristianismo a nuestra manera que nos hemos construido a derribar
muchas cosas, a echar fuera muchas pobres actitudes porque el culto que le
debemos a Dios tiene que ser algo más hondo y profundo que ofrezcamos con toda nuestra
vida? ¿Cómo se tendría que renovar ese templo de Dios que somos nosotros y qué
nuevas actitudes y valores tendríamos que hacer florecer?</span><span style="font-size: 15pt;"><o:p></o:p></span></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-734555105454452790.post-27498421310454220782024-03-02T00:00:00.001+00:002024-03-02T00:00:00.152+00:00Aprendamos a descubrir un nuevo rostro misericordioso de Dios, a mirarnos con humildad y esperanza de poder ser mejores y despertar nuevas actitudes hacia los demás<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEidAEZTDIU4EQfBL5PYJO-b9GBlWjqX4aF2KM8qnmojGqlxu0eBQalrYDBjVQrKT3sWu6gG1QCcb2hBNUFw8urHESVVN3Ui_skeeyZf4HmGMVVlGqLw4HuwWWpvrMEV6PmoVCIynKvDLN5XyJAjrpKmblSJ1IJBPkoEHcK5zMEDWu6CRal_1DNycGLv2CAn" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="375" data-original-width="500" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEidAEZTDIU4EQfBL5PYJO-b9GBlWjqX4aF2KM8qnmojGqlxu0eBQalrYDBjVQrKT3sWu6gG1QCcb2hBNUFw8urHESVVN3Ui_skeeyZf4HmGMVVlGqLw4HuwWWpvrMEV6PmoVCIynKvDLN5XyJAjrpKmblSJ1IJBPkoEHcK5zMEDWu6CRal_1DNycGLv2CAn=w400-h300" width="400" /></a></div><br /><p></p><span id="docs-internal-guid-61ca271e-7fff-a265-c9ed-aa886434a9fb"><h2 dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 4pt; margin-top: 18pt; text-align: center;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Aprendamos a descubrir un nuevo rostro misericordioso de Dios, a mirarnos con humildad y esperanza de poder ser mejores y despertar nuevas actitudes hacia los demás</span></span></h2><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 12pt; margin-top: 12pt; text-align: right;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Miqueas 7, 14-15. 18-20; Salmo 102; Lucas 15, 1-3. 11-32</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Que aspiremos a cosas mejores no podemos decir que es malo, pues siempre tendría que haber en nosotros un deseo de superación y de crecimiento, lo que nos haría buscar lo que sea mejor; que mejoren nuestras condiciones de trabajo entra dentro de las normales y justas reivindicaciones en cualquier situación laboral; de entrada no podemos juzgar a quien no se encuentre a gusto en un sitio y quiera cambiar, eso está dentro de nuestras inquietudes humanas que es lo que nos lleva también a una mejora en las relaciones entre unos y otros e incluso a un desarrollo de nuestro mundo y en consecuencia también de nosotros mismos. Siempre andamos inquietos, parece lo normal de la vida.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Hoy se nos presenta una parábola en el evangelio en la que se nos comienza hablando de un hijo que lo tenía todo en casa de su padre, pero que un día decide romper; no se encuentra satisfecho, aspira para su vida otra cosa y parece como que se siente coartado en el hecho de estar bajo la autoridad del padre. Quiere hacer una renuncia a todo, pero comienza con exigencias que le llevan a una ruptura y a hacer que su vida se deslice por una pendiente muy resbaladiza que le lleva finalmente a malgastar cuanto ha recibido de herencia familiar y vivir de mala manera.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">No escogió buen camino ni buenas formas para emprender su nueva vida que al final se convirtió en un infierno para él. Las rupturas violentas son muy dañinas porque nos dejan muchas huellas y malos recuerdos en el alma.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Y mientras estaba en aquel infierno de carencias y necesidades, se dio cuenta de la gran carencia de su vida pero no quería reconocerlo. Aunque pueda parecer lo contrario cuando añora los tiempos de trabajo junto a su padre está añorando un cariño que ahora le falta y le parece imposible recuperar.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Cuántas veces cuando nos vemos hundidos nos parece imposible que podamos recuperar aquello que habíamos tenido y que perdimos. Cuántas veces nos cuesta dar el paso para reconocer nuestros vacíos, nuestras soledades, la basura que hemos echado sobre nosotros mismos y nos cuesta sacudirnos de esos miedos para dar un paso adelante. A lo más vamos a ver si hacemos algunos arreglos y con el disimulo de unas cosas queremos comenzar de nuevo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Pero había un padre que estaba esperando; había quien, a pesar de todo el dolor del corazón, seguía esperando y quería seguir confiando; había un padre que no había perdido la sensibilidad del alma y era capaz de sintonizar la presencia de un hijo que volvía aunque se tratara de disimular. Allí está el padre que ve de lejos, allí el padre que siente la presencia aunque nos parezca que nos queremos introducir por la puerta de atrás pero que sin embargo nos hacemos sentir; allí está el padre que no sabe de resentimientos ni echará nunca en cara porque el que vuelve siempre es el hijo aunque antes le hubiéramos dado por perdido; allí está el padre que no solo está esperando al hijo que viene de lejos sino que sale también en búsqueda del que aparentemente aún está en la casa, pero que sin embargo también en sus resentimientos había puesto grandes abismos de por medio.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Esta parábola que hoy nos propone Jesús cuya primera finalidad es hablarnos del amor de Dios siempre misericordioso que siempre nos busca, no le importa bajar a nuestro lado aunque parezca que puede manchar la blancura intachable de su amor – no le importa a Jesús mezclarse con prostitutas y pecadores porque es el médico que viene a sanar a los que están heridos -, y que siempre estará con los brazos bien abiertos para recibirnos como hijos a pesar de que seamos tan pecadores porque para nosotros siempre tendrá una túnica nueva pura y blanca con la que revestirnos de nuevo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Pero esta parábola puede decirnos mucho más. Siempre podemos volver a Dios, siempre podemos reemprender de nuevo del camino que nos haga encontrar la salud para nuestro espíritu, siempre podremos levantarnos de nuestros infiernos y de nuestras postraciones porque podemos tener la esperanza de un padre bueno que nos está esperando con los brazos abiertos. Grande es la misericordia del Señor.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Pero la parábola nos enseña también actitudes nuevas que nosotros hemos de tener con los demás. Ya sabemos que la motivación de la parábola fueron aquellos que criticaban y juzgaban la actitud de Jesús que buscaba a los pecadores.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Algunas veces nosotros somos así también, porque no terminamos de mirarnos con sinceridad a nosotros mismos, con nuestros juicios y condenas, con los abismos que vamos creando en la vida con tantos a nuestro alrededor, de las discriminaciones que seguimos haciendo porque aquel no me parece bueno, porque el otro quizás un día hizo algo que no me gusto, porque quizás el que estaba a mi lado se separó de mí y yo no soy capaz de dar un paso para acercarme a él para que no vuelva a haber esa distancia.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Unas actitudes nuevas, una nueva forma de mirar, una nueva prontitud para acercarme al otro sea quien sea. Muchas cosas nuevas también tendrían que haber en mí. Es algo en lo que yo también tengo que aspirar a ser mejor.</span></span></p><div><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 15pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></div></span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-734555105454452790.post-65958925868342542472024-03-01T00:00:00.003+00:002024-03-01T00:00:00.146+00:00Con nuestro trabajo, nuestro tiempo, nuestros valores tenemos que saber también dar frutos para los demás, es la riqueza que ofrecemos al mundo que nos rodea<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjYMOOP_PIzM91OFc8Wog2PgKfMrwccFKKtXH6abk_mh0pKbbXdO1o4dSKWrusjPSM5KWGTUKqZnk6XSSegxF2WCtL6JPTihleABT0y3AcbX1MvJyJroOptlhE3gkqwRlUsFB22qfZ3BQ7v-Dc_fcKMX-cLpjl82vKLfbEgMi4WQctcNWh5YGbYE5k3wkPt" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="332" data-original-width="498" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjYMOOP_PIzM91OFc8Wog2PgKfMrwccFKKtXH6abk_mh0pKbbXdO1o4dSKWrusjPSM5KWGTUKqZnk6XSSegxF2WCtL6JPTihleABT0y3AcbX1MvJyJroOptlhE3gkqwRlUsFB22qfZ3BQ7v-Dc_fcKMX-cLpjl82vKLfbEgMi4WQctcNWh5YGbYE5k3wkPt=w400-h266" width="400" /></a></div><br /><p></p><span id="docs-internal-guid-e95eadcc-7fff-0a43-6aa9-b3dd60d670ec"><h2 dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 4pt; margin-top: 18pt; text-align: center;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Con nuestro trabajo, nuestro tiempo, nuestros valores tenemos que saber también dar frutos para los demás, es la riqueza que ofrecemos al mundo que nos rodea</span></span></h2><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 12pt; margin-top: 12pt; text-align: right;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Génesis 37, 3-4. 12-13a. 17b-28; Salmo 104; Mateo 21, 33-43, 45-46</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Se me ocurre comenzar esta reflexión – porque primero que nada me la hago para mí – preguntándome qué hago con mi tiempo, qué hago con las cosas que tengo, las posesiones que pueda tener, qué hago con mi trabajo, con mis valores y cualidades; podría pensar, podríamos pensar – porque os invito a que también os hagáis esas preguntas – que es mi tiempo, que es mi trabajo, que son mis cosas y yo puedo hacer lo que me apetezca. Nos parece que no tenemos que rendir cuentas a nadie. Pero, ¿somos dueños y propietarios o somos administradores?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Es cierto que es mi vida, tengo que sentirme responsable de mi vida, de lo que soy, de lo que tengo; busco en el fruto de lo que hago, es cierto, un rendimiento podríamos decir personal. Pero ¿podemos vivir así aislados del mundo que me rodea de manera que lo que yo haga no tenga repercusión en los demás? Creo que son reflexiones que tenemos que hacernos en la vida y encontrar así el verdadero valor de lo que somos y de lo que hacemos.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Además, ese rendimiento, como lo llamábamos antes, no se puede quedar en lo material porque sabemos que es mucho más hondo lo que somos, lo que tenemos y lo que conseguimos. La persona nunca se queda solo en unos, llamémoslos así, rendimientos materiales; hay, tiene que haber un crecimiento y enriquecimiento interior, algo profundo en nosotros que dará grandeza a nuestra vida y con lo que estaremos enriqueciendo espiritualmente nuestro entorno, a cuantos nos rodean. Por eso, tendríamos que seguir preguntándonos si somos unos meros propietarios o somos unos administradores.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Me estoy haciendo esta reflexión desde la parábola que se nos ofrece hoy en el evangelio que tendría que hacernos pensar mucho y en muchas cosas. Un propietario de una finca que la prepara de la mejor manera posible, nos habla de plantar una viña, de poner una cerca, de hacer una bodega, y la arrienda a unos agricultores que han de trabajarla. La expresión de que la arrienda significa como aquellos viticultores un día han de rendir cuentas al dueño de la viña de los frutos recogidos.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Pero vemos el desarrollo de la parábola; aquellos trabajadores de la viña se niegan a rendir cuentas, vemos la violencia con que actúan para intentar quedarse con la viña y sus frutos, pues hasta quitan de en medio al que sería el heredero de aquella finca. Se han sentido dueños absolutos, cuando ha sido algo que se ha confiado a sus manos y a su trabajo para obtener unos frutos del que todos se beneficiarían.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">¿No estará reflejando esa actitud egoísta e insolidaria con que muchas veces vamos por la vida cuando solo pensamos en nosotros mismos y en nuestras ganancias? Por eso decía que nos da mucho que pensar. Nos enseña cuál ha de ser en verdad el valor de nuestro trabajo y nuestra vida; nos enseña cómo vivimos en un mundo en el que todos tendríamos que sentirnos solidarios los unos con los otros, y como nuestra vida, nuestro tiempo, nuestro trabajo no solo nos va a beneficiar a nosotros mismos, porque es normal que obtengamos unos frutos, sino que esos frutos de nuestra vida son una riqueza para todo nuestro mundo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Es que incluso con nuestro trabajo material estaremos desarrollando algo que va más allá de esos rendimientos podríamos decir económicos o materiales, porque está el desarrollo de nuestra persona, esa riqueza espiritual desde la realización de nuestras responsabilidades, ese bien para un mundo que queremos hacer mejor y con el que estamos contribuyendo desde nuestro yo, desde nuestras capacidades, desde todo lo que es el desarrollo de nuestra vida.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Pero es además cuanto podemos hacer y en cuanto nos podemos comprometer para y por los demás. Es nuestro trabajo, es cierto, pero es también lo que en ese mí tiempo, el que podría querer solo para mí, podría hacer por los demás. Eso que llamamos voluntariado o compromiso social, eso que en nuestras comunidades en nuestro tiempo podemos hacer desinteresadamente por los demás, ese compromiso que vamos a tener y realizar con nuestra comunidad, esa sociedad en la que hacemos nuestra vida y de la que no nos desentendemos.</span></span></p><div><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 15pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></div></span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-734555105454452790.post-89529878032974811322024-02-29T00:00:00.003+00:002024-02-29T00:00:00.151+00:00El cristiano va siempre con los ojos bien abiertos, no vuelve su rostro hacia otro lado al pasar junto a los demás y sus manos siempre están tendidas para sanar y para compartir<p><span style="font-size: large;"> </span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: large;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjVODNGhtLc3DpdKCKQE0AlEUN_ggkb_L7ZnJkz8w_9QkHkL-C_CvmNAkrKyYkdOS02Szut-JdYyPjehFeUvTMrB4LcPM4qrL0sqBtnUYFFZ1MkU5eQlbreRTk6Gd1yIQax54qv4UQZgwOLVQa9r5aCYODISdrQ-CNmfy5q73LgB6d4hGVIk6VgTizXiay3" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="335" data-original-width="220" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjVODNGhtLc3DpdKCKQE0AlEUN_ggkb_L7ZnJkz8w_9QkHkL-C_CvmNAkrKyYkdOS02Szut-JdYyPjehFeUvTMrB4LcPM4qrL0sqBtnUYFFZ1MkU5eQlbreRTk6Gd1yIQax54qv4UQZgwOLVQa9r5aCYODISdrQ-CNmfy5q73LgB6d4hGVIk6VgTizXiay3=w263-h400" width="263" /></a></span></div><span style="font-size: large;"><br /></span><p></p><h2 align="center" style="text-align: center;"><span style="font-size: large;">El
cristiano va siempre con los ojos bien abiertos, no vuelve su rostro hacia otro
lado al pasar junto a los demás y sus manos siempre están tendidas para sanar y
para compartir<o:p></o:p></span></h2>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span style="font-family: "Arial Narrow";"><span style="font-size: large;">Jeremías 17, 5-10; Salmo 1; Lucas 16, 19-31<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">No sabía nada, nos disculpamos tantas
veces; no me había enterado, nadie me dijo nada, seguimos auto justificándonos,
porque aquello que sucedió, la muerte de aquella persona, de aquel vecino
quizás a la puerta de nuestra casa, nos sorprendió porque no lo esperábamos. </span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Pero quizás tenemos que interrogarnos a nosotros mismos, ¿es que tú te habías
interesado alguna vez por esa persona? ¿Fuiste capaz de notar su ausencia y
preocuparte por lo que podía pasarle? Vivimos tan absortos en nuestras cosas
que muchas veces no nos enteramos de lo que sucede a la puerta de nuestra casa.
Es una lástima que vayamos con tanta insensibilidad por la vida. Quizás luego
hasta nos quejamos porque nadie me atiende, me visita, o se interesa por mí. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Quizás cuando escuchamos la parábola
que nos ofrece hoy el evangelio pronto nos hacemos nuestros juicios sobre la
actitud de aquel hombre, al que luego encima llamamos el rico epulón. Nos
parece incomprensible que estuviese banqueteando y haciendo fiesta en su casa
mientras a su puerta estaba el pobre Lázaro, al que solo los perros le lamían
las llagas, porque nadie hacia nada por él pasando necesidad y poder alcanzar
alguna migaja que cayese de la mesa de aquel rico a cuya puerta estaba. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Luego en el desarrollo de la parábola
veremos al pobre en el seno de Abrahán mientras el rico estaba sumergido, por
decirlo de alguna manera, en el abismo del infierno, deseando que alguien
viniera a calmar lo amargo de sus labios. Un abismo inmenso los separaba ahora
en la eternidad, como consecuencia de aquel abismo que había creado aquel
hombre en vida entre él y los que estaban a su alrededor. Suspiraba porque a
sus hermanos no les sucediera lo mismo y allí estaba pidiendo que fuera enviado
Lázaro como mensajero a sus hermanos para que no cayeran en su mismo error y en
sus mismos abismos. <i>‘Tienen a Moisés y los profetas, que los escuchen’</i>,
se le dice desde lo alto, pero él insiste en que si un muerto se les aparece
ellos creerán. <i>‘Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerán
ni aunque resucite un muerto’</i>, se les señala.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">¿Qué se nos está queriendo decir con
esta parábola? Amplio y diverso es el mensaje. ¿Cómo rompemos esa espiral de
insensibilidad en que nos metemos en la vida? Algunas veces decimos, yo no hago
mal a nadie, yo no molesto, no me meto con nadie, y con eso queremos
justificarnos. Aquel rico no hacía mal a nadie, él vivía su vida de puertas
para adentro, lo que sucedía es que no era capaz de prestar atención a lo que
sucedía a su alrededor. </span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">No podemos decir que somos buenos solamente porque no
hacemos mal, porque no molestamos, no hablamos mal ni criticamos ni levantamos
calumnias, tampoco tenemos resentimientos en el corazón contra nadie porque a
nadie queremos mal, sino que dejamos que cada uno viva su vida y no nos metemos
con los demás. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Pero bien creo que podemos comprender
que cuando queremos entrar en la órbita del amor que nos enseña Jesús no es eso
solo lo que tenemos que hacer; eso sería un amor pasivo e inactivo, podríamos
decir, pero el amor verdadero tiene que ponernos en camino, el amor verdadero nos
tiene que llevar al encuentro con los demás, el amor verdadero tiene que llevar
a hacer el bien aunque no nos pidan nada, pero el amor verdadero tiene
sensibilidad en el corazón y ve donde tiene que poner la mano para sanar, para
levantar, para servir de apoyo en el camino, para consolar, para compartir. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">El amor verdadero no nos puede dejar
con los brazos cruzados y es demasiado que nos cruzamos los brazos en la vida,
porque no nos queremos meter en líos, porque no queremos complicarnos nuestra
vida, porque nos aislamos y vivimos encerrados en nuestro círculo. Por eso
Jesús nos dirá que tenemos que saber hacernos los últimos y los servidores de
todos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">El cristiano verdadero es el que va
siempre con los ojos bien abiertos, no vuelve su rostro hacia otro lado cuando
pasa al lado de los demás, y sus manos siempre están tendidas para sanar y para
compartir.</span><span style="font-size: 15pt;"><o:p></o:p></span></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-734555105454452790.post-48725473078955953402024-02-28T00:00:00.003+00:002024-02-28T00:00:00.131+00:00En este camino de subida a Jerusalén de esta cuaresma miremos que no andemos perdidos porque no sabemos escuchar con corazón abierto a Jesús<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjdKQVkS_YizzU36L64-gBgPnY7KnA1yfoVx4OuapsEPYWglNKmzg9EjZPyN6rIDU6v76FeBn7_dxKE0oDlapJ-WTYvgxZiTqiPkIwlAYZrFQRtVJjuaIeq4OTVV6jV2vNc39an88ZKB5Z-Xtkr4ZUK-K70SdGpYdPfuBuZ-qXFjXXC-J7PB1zGy-EJ490h" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="362" data-original-width="644" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjdKQVkS_YizzU36L64-gBgPnY7KnA1yfoVx4OuapsEPYWglNKmzg9EjZPyN6rIDU6v76FeBn7_dxKE0oDlapJ-WTYvgxZiTqiPkIwlAYZrFQRtVJjuaIeq4OTVV6jV2vNc39an88ZKB5Z-Xtkr4ZUK-K70SdGpYdPfuBuZ-qXFjXXC-J7PB1zGy-EJ490h=w400-h225" width="400" /></a></div><br /><p></p><h2 align="center" style="text-align: center;"><span style="font-size: large;">En
este camino de subida a Jerusalén de esta cuaresma miremos que no andemos
perdidos porque no sabemos escuchar con corazón abierto a Jesús<o:p></o:p></span></h2>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span style="font-family: "Arial Narrow";"><span style="font-size: large;">Jeremías 18, 18-20; Salmo 30; Mateo 20,
17-28<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Nos cuesta escuchar lo que no nos
interesa, lo que nos parece que nos hace daño o no va según nuestras
conveniencias. Y es que a veces da la impresión que andamos como perdidos en la
vida; y no se trata de que nos hayamos ido a las montañas o al bosque y
perdimos el camino y ahora no sabemos donde estamos y cómo salir de ese
atolladero; no se trata de que nos hayamos metido en la gran ciudad que no conocíamos
y caminando entre calles y calles entretenidos en todo lo que va apareciendo a
nuestros, ahora no sabemos donde estamos y cómo podemos volver por nuestro
camino.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Es otra cosa; vamos haciendo un camino
en la vida porque nos entusiasmamos por algo que nos parecía que nos podía
interesar, encontramos a alguien con carisma y nos atrajo, pero cuando nos va
dando las verdaderos motivaciones nosotros andamos como soñando con otras cosas
y al final ni prestamos atención a aquello que se nos dice o que se nos
propone. Seguimos tras aquella persona, porque quizás nos atrae su simpatía, su
alegría, pero cuando nos habla de algunas exigencias, eso ni lo escuchamos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">¿Les estaría pasando a los discípulos así?
Estaban entusiasmados por Jesús, escuchaban sus enseñanzas y se quedaban
encantados con sus parábolas, los milagros que hacía despertaban un interés
pero les parecía que aquella era un camino que les llevaría a triunfos y a que
ellos pudieran alcanzar también esas glorias humanas que podían ver en otros.
Ahora marchaban a Jerusalén, y les parecía que aquello iba a ser un camino
victorioso. En Galilea la gente andaba entusiasmada por Jesús y las multitudes
le seguían por todas partes; su fama llegaría también a Jerusalén y allí no iba
a ser menos, pensaban ellos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Por eso cuando ahora habla Jesús de su
sentido de la subida a Jerusalén donde el <i>Hijo del Hombre iba a ser
entregado incluso en manos de los gentiles</i>, no lo entendían. Ellos seguían
con sus mismos pensamientos. Estaban como obcecados. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Por eso se adelante la madre de
aquellos dos hermanos, los Zebedeos, y se postra ante Jesús porque quiere hacer
una petición para sus hijos. <i>‘¿Qué deseas? ¿Qué pides?’</i> le pregunta
Jesús. ¿Era un camino de triunfo y de gloria el que iban haciendo, al menos así
lo pensaban ellos? Pues participar de esa gloria; y por aquello de que eran
parientes de Jesús, que ocuparan los primeros puestos, uno a la derecha y otro
a la izquierda, de ese poder que vislumbraban para Jesús. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;"><i>‘No sabéis lo que pedís’</i>, es la primera respuesta de Jesús. Respuesta que se
convierte en pregunta. Había hablado Jesús poco menos que de un bautismo de
sangre, porque había hablado de entrega que llevaría al sufrimiento y a la muerte,
¿estarían ellos dispuestos a ese bautismo de sangre? <i>‘¿Podéis beber el cáliz
que yo he de beber?’</i> Y en el entusiasmo de sus sueños dicen que están
dispuestos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Están dispuestos y, como les dice
Jesús, lo beberán. Pero en el Reino de Dios las cosas no son como nosotros a
nuestra manera humana soñamos o imaginamos. Hay algo distinto que tenemos que
hacer y que tendremos que llegar a vivir. No podemos andar a la manera de los
reinos de este mundo. Bien lo sabemos; cómo la gente aspira al poder y es aspirar
a riquezas y a dominio sobre los demás, es buscar honores y reconocimientos.
Así andamos, así lo estamos viendo todos los días, como la corrupción va
entrando en los corazones, el egoísmo y el orgullo es lo que impera, y surge
todo lo que surge que lo estamos viendo en las noticias de todos los días.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">En el camino de Jesús otros son los
parámetros, otro es el estilo y la manera de hacer las cosas. Es el espíritu de
servicio el que tiene que imperar en el corazón; y eso nos tiene que hacer
humildes, ser capaces de hacernos los últimos para mejor servir a los demás,
dejar de pensar en nosotros mismos para buscar el bien y lo bueno que tenemos
que hacer. Y eso no es fácil, porque son muchas las cosas que de un lado y de
otro estarán tirando de nosotros, nos atraerán y nos tentarán. De muchos
orgullos y pedestales tenemos que bajarnos; otros caminos con los pies
descalzos tenemos que hacer.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Estamos subiendo a Jerusalén, porque
estamos haciendo el camino que nos lleva a la pascua en esta cuaresma.
¿Estaremos dispuestos a emprender el camino a la manera de Jesús? ¿Cuáles serán
en verdad nuestras aspiraciones? ¿Andaremos también a la manera de los hijos
del Zebedeo?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Mirad que no andemos también perdidos,
porque no sepamos escuchar con corazón abierto a Jesús.</span><span style="font-size: 15pt;"><o:p></o:p></span></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-734555105454452790.post-75377294358067501912024-02-27T00:00:00.006+00:002024-02-27T00:00:00.240+00:00Hagamos las cosas como si nada hiciéramos teniendo conciencia que lo que buscamos siempre es ayudar a los demás porque es la humildad la que engrandece a la persona<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgisZxun9dxxwFI1UxqvO2xqHAntABnE0ttH-zMXv4Dudl3XDm6cnGMANT75MNuwdYjE49OOU-YSpbt02QjlQZWRz9fGJRKol-yF44bjlMkdpvpXwFkzoCnM-EDosK62Vm6ig8RMLc6np3IOvNG6HDsNyd8iIdNHUxJrJ-5g3G3YxJ0r3EPfTlUf2G_Mmrf" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="340" data-original-width="800" height="170" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgisZxun9dxxwFI1UxqvO2xqHAntABnE0ttH-zMXv4Dudl3XDm6cnGMANT75MNuwdYjE49OOU-YSpbt02QjlQZWRz9fGJRKol-yF44bjlMkdpvpXwFkzoCnM-EDosK62Vm6ig8RMLc6np3IOvNG6HDsNyd8iIdNHUxJrJ-5g3G3YxJ0r3EPfTlUf2G_Mmrf=w400-h170" width="400" /></a></div><br /><p></p><span id="docs-internal-guid-6444890b-7fff-ed80-fc6c-a98d1098aa9e"><h2 dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 4pt; margin-top: 18pt; text-align: center;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Hagamos las cosas como si nada hiciéramos teniendo conciencia que lo que buscamos siempre es ayudar a los demás porque es la humildad la que engrandece a la persona</span></span></h2><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 12pt; margin-top: 12pt; text-align: right;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Isaías 1, 10. 16-20; Salmo 49; Mateo 23, 1-12</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">No sé si ya me habréis escuchado aquel refrán que dice que una cosa es predicar y otra dar trigo, pero es una cosa que hemos de tener muy en cuenta cuando se trata de dar un consejo, cuando pretendemos enseñar algo a los demás, o cuantas veces vamos por la vida pontificando de hombre buenos, capaces de ir de grandilocuentes por la vida, o queriendo decir cosas bonitas para los demás, pero que luego no nos las aplicamos a nosotros mismos. Y cuando os estoy diciendo todo esto, primero me lo estoy diciendo a mí que como humano puedo tener también esa tentación de vanidad.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Y es que nunca podemos pretender ir diciéndole cosas a los demás que nosotros no somos capaces de hacer. Es cierto que hasta del mayor pecador podemos aprender una lección, tener un buen aprendizaje para nuestra vida, no queriendo hacer lo malo que él hace, pero si somos capaces de tener una buena palabra para los demás con lo que tratamos de ayudar, comencemos por nosotros mismos, para que no nos quedemos en aquello que decíamos al principio de mucho predicar, pero de poco dar trigo, de poco manifestar en el fruto de nuestra vida aquella semilla que pretenderemos plantar en el corazón de los demás.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Es de lo que quiere hablarnos Jesús cuando nos previene de las actitudes y posturas de los fariseos. Ya en otra ocasión dirá que andemos con cuidado de la levadura de los fariseos. Hay levaduras que son buenas y ayudan a hacer fermentar la masa del pan, pero cuando la levadura está maleada lo que hace es estropear la masa. Y es lo que tenemos que cuidar con esas apariencias de vanidad que nos encandilen y nos confundan, esa palabrería vacía porque no es verdadero fruto de una buena semilla sembrada en el corazón y que se nos puede convertir más bien en cizaña. Y así estamos recordando el sentido de las parábolas que nos ofrece Jesús a lo largo del evangelio.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">‘</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">No hagáis lo que ellos hacen’</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">, les dice Jesús. Pueden decir incluso cosas buenas y bonitas, gratas quizás de escuchar, pero que no son buena semilla sino que está maleada con las malas intenciones. Y las intenciones se manifiestan en lo que hacen; dicen, pero no hacen; imponen cargas sobre los demás, con pesadas y repetitivas normas, pero no son capaces de poner un dedo para moverlas, para ayudar; por eso no serán semilla buena.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Son otras las actitudes que hemos de tener en el corazón, son otros los valores que tenemos que desarrollar. Y nos habla Jesús de la sencillez con que hemos de obrar en la vida alejando toda sombra de vanidad, y todo el fuego del orgullo. </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">‘Todo lo que hacen es para que los vea la gente’</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">, les dice. Y le menciona la floritura de sus ropajes y de sus mantos, a los que llenan de orlas con palabras de la ley escritas, que allí parecen florituras, pero que en la práctica de la vida son terrenos estériles y baldíos incapaces de dar buenos frutos.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Búsqueda de reverencias y reconocimientos, búsquedas de títulos que nada dicen o que no merecen. Cuidado no llenemos nuestras paredes de títulos y diplomas que luego desmerecemos por el vacío de lo que hacemos o de lo que pretendemos enseñar. Que son cosas que nos siguen tentando hoy.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Nada de puestos de relumbrón donde nos puedan ver y con los que estamos buscando el halago, sino verdadero espíritu de servicio para saber poner en el último lugar, allí donde mejor podamos prestar una ayuda o tender con más facilidad la mano a los que van renqueando por la vida en sus carencias o en sus debilidades. ¿Es eso realmente lo que pretendemos hacer?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Por eso terminará diciéndonos Jesús que el que se enaltece será humillado, pero el que se humilla será enaltecido. Hagamos las cosas como si nada hiciéramos, pero teniendo conciencia que lo que buscamos siempre es ayudar a los demás, aunque tengamos que ponernos de rodillas a sus pies.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><br /></p></span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-734555105454452790.post-12540412835045702342024-02-26T00:00:00.003+00:002024-02-26T00:00:00.135+00:00La generosidad de nuestro amor no puede tener límites ni medidas porque nuestro modelo e ideal es el amor compasivo y misericordioso de Dios<p><span style="font-size: large;"> </span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: large;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhL0fGB6b6-1t5zaJDaxK5COd_rokyciWIG4e66VY4NoAy4Sw8_K8qp0PqZFAQyVqf_7ppQmBnQ78kfYlNV8aZWq99AA8bk2yNrk737lRITu_pk_8yJpEp7n7K-A-4Vz1o5g937og5DoFYT0kWTuzSLP9TTF0TS1pqhxkh_AyMyoRBvsAtcmKRLAYMyH4OS" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="693" data-original-width="900" height="308" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhL0fGB6b6-1t5zaJDaxK5COd_rokyciWIG4e66VY4NoAy4Sw8_K8qp0PqZFAQyVqf_7ppQmBnQ78kfYlNV8aZWq99AA8bk2yNrk737lRITu_pk_8yJpEp7n7K-A-4Vz1o5g937og5DoFYT0kWTuzSLP9TTF0TS1pqhxkh_AyMyoRBvsAtcmKRLAYMyH4OS=w400-h308" width="400" /></a></span></div><span style="font-size: large;"><br /></span><p></p><span id="docs-internal-guid-54f1cb0a-7fff-8eeb-5432-4993099a39c3"><h2 dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 4pt; margin-top: 18pt; text-align: center;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">La generosidad de nuestro amor no puede tener límites ni medidas porque nuestro modelo e ideal es el amor compasivo y misericordioso de Dios</span></span></h2><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 12pt; margin-top: 12pt; text-align: right;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Daniel 9, 4b-10; Salmo 78; Lucas 6, 36-38</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Todo tiene un precio, todo tiene una medida, parece que la gratuidad ha perdido la moda.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Es cierto que nos gusta que nos regalen; pero eso, que nos regalen, recibir nosotros; a lo más tratamos de corresponder con la misma moneda, con la misma medida; estamos viendo hasta donde llegó el otro, para ver hasta donde tenemos que llegar para no quedar mal; andamos con muchos convencionalismos; hasta algunas veces nos invitan a una boda y el convencionalismo exige que yo tenga que llevar un determinado regalo, de lo contrario quedaría mal; y así andamos de cabeza buscando con qué contentar a los demás; o sea que no lo hacemos por nuestra generosidad, sino por esos protocolos que nos hemos impuesto como normas de nuestra sociedad.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Vamos a ver hasta donde llega de generoso el otro, pero a mi que no me midan. Muchas cosas más podríamos decir en este sentido, en cómo nos hemos construido nuestra sociedad, y en el fondo al final lo raquíticos que somos con nuestro amor.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">No son esas las medidas de las que nos habla Jesús en el evangelio. El sentido del amor que tiene que dar sentido a nuestra vida y que de ninguna manera puede ser mezquino. Y es que Jesús el modelo que nos propone es la generosidad de Dios. Es lo que nos muestra Jesús con su vida, con su actuar. Por eso decimos que Jesús es el rostro misericordioso de Dios. ¿Hasta dónde llegó con su amor?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Hoy nos dice clara y tajantemente Jesús.</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> ‘Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso’</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">. Y desde ahí tenemos que sacar las consecuencias. Y la medida es la misericordia de Dios que es infinita. ¿No decían los salmos que diéramos gracias a Dios porque es eterna su misericordia? Creo que si experimentamos en nuestra vida lo que es la misericordia de Dios con nosotros, realmente otra sería nuestra manera de actuar con los demás. Y entenderíamos todas las cosas que Jesús nos propone en el evangelio de cómo tiene que ser nuestro trato con los otros. Tenemos que comenzar por aprender a disfrutar de lo que es la misericordia de Dios, poniéndonos con humildad ante El para reconocer nuestro pecado y para reconocer la grandeza de su amor y de su perdón. Ya decía el profeta que</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"> ‘nuestro Dios, es compasivo y perdona, aunque nos hemos rebelado contra él’. </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">No lo olvidemos.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Decíamos que de ahí tenemos que sacar todas las consecuencias. Y hoy nos habla Jesús como no podemos ir por la vida juzgando y condenando, nos habla de la autenticidad de nuestro perdón, de la generosidad con que tenemos que darnos y compartir no sólo nuestras cosas sino nosotros mismos con los demás; por eso nos habla de una medida colmada, generosa, rebosante, que se desborda. Y nos asegura que nuestra generosidad va a encontrar generosidad en los demás.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Algunos desconfían y no quieren ser los primeros que comiencen con esa nueva forma de actuar y siempre estarán esperando que sean los otros los que comiencen; pero eso nos está indicando la pobreza de un amor así; diríamos que eso no es amor, sino interés y el amor nunca puede ser interesado. Vayamos, pues, haciendo el bien, como se suele decir sin mirar a quien.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Alto nos pone el listón que hemos de saltar. Pero ese es el estado de superación que tiene que vivir el que aspira a cosas altas, el que quiere llenarse del amor de Dios y amar con un amor igual.</span></span></p><div><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 15pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></div></span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-734555105454452790.post-78733213481553857822024-02-25T00:00:00.005+00:002024-02-25T00:00:00.234+00:00Subamos hoy a la montaña y disfrutemos del Tabor para que un día también podamos subir al Calvario, el camino de la vida estará siempre iluminado por la luz de la Pascua<p> </p><div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhNbKf8XWoES-Xav8e56pyf1AWTsYJCxeWkHzB4UzcPUurnVTFpqARgA7G3LFhmSM8szw4WOJZlYzLEa3tofxzkgpoG0EwBOiDeNqR1ZDGL91wIWK5oupsFBY5en22bQ8sreH-vc1tySFZ-khCweLvjsedhM2eKkSLDPiwOmjcBsfnbVvd-Bp2OselUHFWH"><img alt="" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhNbKf8XWoES-Xav8e56pyf1AWTsYJCxeWkHzB4UzcPUurnVTFpqARgA7G3LFhmSM8szw4WOJZlYzLEa3tofxzkgpoG0EwBOiDeNqR1ZDGL91wIWK5oupsFBY5en22bQ8sreH-vc1tySFZ-khCweLvjsedhM2eKkSLDPiwOmjcBsfnbVvd-Bp2OselUHFWH=w315-h400" width="315"></a></div><br><p></p><h2 align="center"><span>Subamos
hoy a la montaña y disfrutemos del Tabor para que un día también podamos subir
al Calvario, el camino de la vida estará siempre iluminado por la luz de la
Pascua</span></h2>
<p align="right"><span><span>Génesis 22, 1-2. 9-13. 15-18; Salmo 115;
Romanos 8, 31b-34; Marcos 9, 2-10</span></span></p>
<p><span>Si no sabemos subir a la montaña y no
disfrutamos de su altura, me atrevo a decir que no sabremos caminar bien por la
llanura. Puede parecer atrevida esta afirmación, porque a algunos no les gusta
subir a la montaña; significa esfuerzo y deseos de superación, porque la subida
se hace dura, cuanto más vayamos subiendo parece que más dificultad encontramos
y necesitamos el esfuerzo de la superación en cada momento para ser capaces de
ir más allá y más arriba; hay quien tampoco sabe disfrutar de la altura y no es
capaz de contemplar nada, le parece que todo está como difuminado y no será
capaz de contemplar los detalles, por eso digo no va a saber caminar por la
llanura.</span></p>
<p><span>Esto tendría que ser imagen del camino
de la vida. Ascensión, pero sabiendo que hemos de caminar por la llanura de la
vida que no siempre va a estar tan llana porque también serán muchos los
obstáculos y tropezones que vamos a encontrar. Aquella subida, como decíamos,
nos habrá enseñado. Pero es tarea necesaria la Ascensión, el estar en actitud y
postura de subida, de querer ascender porque buscamos otras visiones, otras
perspectivas, porque queremos encontrar un sentido que nos haga al mismo tiempo
ahondar en lo más profundo para encontrar el sentido y la fuerza para ese
camino.</span></p>
<p><span>Es tradicional en la liturgia de la
Iglesia que en este segundo domingo de Cuaresma nos encontremos con el
evangelio de la transfiguración. Jesús también nos invita a subir al Tabor,
como irá luego también delante de nosotros en la subida del calvario. Ahora
será una subida que nos lleva a la contemplación de la Transfiguración, como la
subida del Calvario será la subida a la Pascua. Que es el camino que vamos
haciendo a lo largo de la Cuaresma, un camino hasta la Pascua.</span></p>
<p><span>No podemos olvidar que este episodio en
los relatos de los distintos evangelistas siempre viene como enmarcado por los
anuncios que hace Jesús de su subida a Jerusalén y de lo que allí ha de pasar.
Por eso este momento del Tabor viene a ser algo así como un anticipo de la
Pascua. Alguno de los evangelistas nos dirá que lo que hablaban Jesús y Moisés
y Elías que aparecen en este momento de la Transfiguración es de lo que en
Jerusalén ha de suceder. Y finalmente Jesús les dirá los discípulos<span> </span>que han contemplado este momento de
Transfiguración que no han de hablar de ello hasta después de la resurrección,
aunque ellos seguirán siempre sin terminar de entender las palabras de Jesús. </span></p>
<p><span>Pero allí en lo alto, después del
camino duro de la Ascensión, se va a contemplar la gloria del cielo. Una voz
desde lo alto va a señalar a Jesús como el Hijo amado de Dios a quien hemos de
escuchar. Sin embargo, los discípulos que ya estaban pensando en quedarse allí
para siempre – ‘haremos tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para
Elías’ – se sentirán sobrecogidos con la voz del cielo cayendo por tierra, pero
cuando Jesús los levanta les dirá que hay que bajar de nuevo. </span></p>
<p><span>Una subida con la dureza del camino de
la ascensión, un momento de gloria cuando estando Jesús en oración se
transfigura en la presencia de sus discípulos, un anuncio del cielo de que hay
que seguir el camino de Jesús, todo lo cual va a ser como anticipo de todo lo
que entraña el camino de subida a Jerusalén, con el calvario y con la Pascua
como meta. </span></p>
<p><span>En el Tabor tenemos mucho que aprender
para el sentido del camino de nuestra vida, y ahora de nuestra cuaresma. Subida
que es ascesis, que es camino de superación, camino de mirar a lo alto, pero también
para ponernos en sintonía de escuchar la voz que nos viene de lo alto. Es la
manera de aprender para luego saber hacer el camino ordinario de todos los
días. Será así como podremos seguir realizando el camino de cada día, con sus
luchas, con sus dificultades, con sus momentos de desánimo y decaimiento; pero
camino que tenemos que saber hacer con esperanza, porque estamos seguros de lo
que nos vamos a encontrar en la Pascua. </span></p>
<p><span>Ya hemos contemplado como el anticipo
en la transfiguración del Tabor; el centurión después del Calvario podrá
exclamar que quien había muerto pendiendo de una Cruz era un hombre justo, un
inocente, que era como vislumbrar la acción de Dios, el paso de Dios en
aquellas circunstancias, pero nosotros de antemano tenemos la certeza, lo<span> </span>hemos escuchado en la voz venida del cielo,
que a quien luego contemplaremos colgado del madero es verdaderamente el Hijo
de Dios. Y claro, finalmente lo veremos resucitado y podremos decir ¡es el
Señor!</span></p>
<p><span>Subamos, pues, a la montaña y
disfrutemos del momento. Subamos hoy al Tabor para que un día también podamos
subir al Calvario y no nos escandalicemos ni nos escondamos en aquellos momentos
duros. La Pascua estará siempre iluminando el camino de nuestra vida. ¿Qué
vamos a hacer en el camino que nos queda de Cuaresma? Escuchemos al Hijo amado
del Padre.</span><span></span></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-734555105454452790.post-83685362006072750562024-02-24T00:00:00.003+00:002024-02-24T00:00:00.242+00:00Sanemos las heridas del corazón, pongamos en nuestra oración a las personas que nos cuesta amar, seremos nosotros los enriquecidos con una nueva forma de amor<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjVmak5cA3i6M5r2QLE7Np6EaOw_G1mt4dX0LQlVjyGLWhYmwMfaB20HaNQ8RufOQDIU5FW7CmxqTPEeJ1UG8FscxCJtJVIKNMUufkLM892xcQ89LWl4zthDPp0KQvGz1SwugeGq-rB8rTPOi9hWsGM-SYTAUhYkrGuMgHWor6QbiRXFh18h8kw-BgH62gT" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="450" data-original-width="900" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjVmak5cA3i6M5r2QLE7Np6EaOw_G1mt4dX0LQlVjyGLWhYmwMfaB20HaNQ8RufOQDIU5FW7CmxqTPEeJ1UG8FscxCJtJVIKNMUufkLM892xcQ89LWl4zthDPp0KQvGz1SwugeGq-rB8rTPOi9hWsGM-SYTAUhYkrGuMgHWor6QbiRXFh18h8kw-BgH62gT=w400-h200" width="400" /></a></div><br /><p></p><span id="docs-internal-guid-6c2383db-7fff-9ebb-e8c5-8aa4a4811d9c"><h2 dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 4pt; margin-top: 18pt; text-align: center;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Sanemos las heridas del corazón, pongamos en nuestra oración a las personas que nos cuesta amar, seremos nosotros los enriquecidos con una nueva forma de amor</span></span></h2><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 12pt; margin-top: 12pt; text-align: right;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Deuteronomio 26, 16-19; Salmo 118; Mateo 5, 43-48</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Amigo de mis amigos. Seguro que alguna vez habremos escuchado esta autodefinición en los perfiles de las redes sociales. ¿Solo amigo de mis amigos? ¿Tan reducido es nuestro marco de vida? Porque parece como si no abriéramos la puerta a nuevos amigos porque ya tengo mi círculo cerrado. Da que pensar.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Como el que dice que soy bueno con los que son buenos conmigo, ayudo a los que me ayudan. ¿Quién comienza? ¿Estaré esperando a que el otro comience y luego según yo vea decidiré si también lo voy a ayudar, también voy a ser amigo? Donde por otro lado decimos que somos amigos de todos, parece que no es tan cierto, porque ya estamos de entrada poniendo unas limitaciones.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">De ahí fácilmente se pueden desprender muchas consecuencias. Y es que si alguien no se ha portado como amigo conmigo, es más, haya podido hacer algo que no me gusta o que me haya molestado, quizás hasta porque yo tenía un día malo, ya eso se lo estaremos guardando para siempre, crearemos distanciamientos y rupturas, ya será una persona a la que no aguanto y ya le puse una marca, por decirlo de alguna manera, y con él ya no voy a contar más.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Qué duro nos lo ponemos a nosotros mismos. ¿Sabes a quién le hace más daño ese resentimiento o ese rencor que le estás guardando a una persona? A ti mismo. Sí, porque esa posible herida que tengas en el alma no la has sabido curar, sino que más bien en tu resentimiento lo que haces es hurgar en esa herida y cada vez te va a doler más. Mientras no la cures cada vez que vas a pasar por aquel lugar o vas a tener un encuentro con esas personas lo que estarás haciendo es reavivar en ti esas heridas que seguirán siendo un tropiezo para tu vida, un pus que seguirá sacando lo peor de ti mismo haciéndote tú mismo desagradable para los demás.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Una herida infectada es a nosotros mismos a los que duele, pero además puede causar incluso repugnancia para los que están a tu lado. Cura esas heridas, sánate a ti mismo alejando de tu corazón esos malos recuerdos y esos resentimientos. Son heridas, es cierto, que cuesta curar, pero donde tienes que tener paz es en tu corazón, al que tienes que sanar es tu corazón, olvida, perdona, abre una página en blanco.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Pon una nueva apertura en tu corazón, emplea a borbotones la medicina del amor, saca a flote la capacidad de ternura que aun queda en tu corazón, comienza a mirar con ojos nuevos, no te fijes tanto en las debilidades de los demás sino mírate a ti mismo y reconoce cuantas debilidades hay en ti, cuántas cosas hay que te cuestan mucho, y comienza a dar pasos de vida.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Es de lo que nos está hablando hoy Jesús en el evangelio. Nos habla del amor y de un amor que tiene que ser universal y generoso; un amor que siempre será un regalo que ofrezco, como me siento regalado cuando me aman, me siento regalado cuando descubro todo el amor que Dios me tiene a pesar de tantas debilidades e infidelidades que hay en mi. Si así nos sentimos amados de Dios ¿por qué no amar con un amor generoso también a los demás, a todos sin distinción?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 6pt; margin-top: 6pt; text-align: justify; text-indent: 35pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: large;">Jesús nos habla de amor y de perdón, Jesús nos ama de que pongamos en nuestra oración a aquellos a los que nos cuesta amar, aquellos que quizás un día me ofendieron o me hicieron daño. No los podemos borrar de nuestro corazón, aunque esa sean la tentación que sintamos cuando por algo nos veamos defraudados. Seguro que cuando los pongamos en nuestra oración, comenzaremos poco a poco a amarlos también. Ya no será solo amar a los que me aman que eso lo hace cualquiera, ya no será el ser amigo solo de los que ya son mis amigos; nuestro círculo se va a abrir y los beneficiados somos nosotros que así nos vemos enriquecidos.</span></span></p><div><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 15pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></div></span>Unknownnoreply@blogger.com0