También hoy nos dice Jesús ‘cuento contigo’ invitándonos a seguir sus pasos para vivir y anunciar la Buena Nueva
Efesios 4, 1-7. 11-13; Sal 18; Mateo 9, 9-13
‘Cuento contigo’, así cuando menos lo esperamos, sin haber
pensado en tal posibilidad, llegó alguien a tu vida y te lo dijo. Así la
sorpresa quizá en principio casi nos dejó sin respuesta. Alguien quería contar
contigo. ¿Un proyecto nuevo? ¿Una tarea o responsabilidad a desempeñar? Unas
nuevas posibilidades se abrían en la vida delante de nosotros cuando menos lo
esperábamos. Ponían su confianza en nosotros, en nuestras posibilidades. Y allí estaban esperando nuestra respuesta.
Puede que algo así nos haya sucedido en la vida y nos vimos
verdaderamente sorprendidos porque no imaginábamos que alguien pensara en
nosotros y quisiera contar con nosotros. Nos sentimos sorprendidos y quizá con
miedo a la responsabilidad; ¿valdríamos nosotros para desempeñar tal tarea?,
preguntas que se nos agolpaban en nuestro interior, pero quizá en el fondo
sentimos alguna satisfacción, alguna alegría de que alguien quisiera contar con
nosotros.
Por esa confianza que ponían en nosotros merecía una respuesta
positiva aunque sintiéramos al mismo tiempo que grande era la responsabilidad.
Con cierto temor y responsabilidad pero con alegría dimos el paso hacia
delante. Experiencias así tenemos, seguro, en nuestra historia personal.
Lo escuchamos hoy en el evangelio. Mateo estaba en su garita de
cobrador de impuestos en su tarea de cada día que no le era fácil en medio de
aquel pueblo hostil a lo que fuera pagar
impuestos a los romanos. Todo transcurría con la normalidad de siempre si
algunas trifulcas con los que tenían que pagar se puede llamar normalidad. Pasa
un grupo por delante, pero el que parece líder del grupo se detiene y se dirige
a él. ‘Sígueme’, le dice. Quiero contar contigo. El sabe que es Jesús,
el profeta de Nazaret que por Galilea va recorriendo caminos y aldeas
anunciando algo nuevo que llama el Reino de Dios. Ha oído hablar de sus
enseñanzas, aunque quizá no le prestara mucha atención porque lo suyo era su
negocio, su trabajo de recaudador, ha escuchado también de sus obras
maravillosas, de sus milagros y sabe que la gente lo admira, que hay muchos que
le siguen y ya tiene un grupo de incondicionales junto a él. Por su condición
de publicano no se atreve, porque sabe lo rechazado que es por mucha gente,
aunque también ha oído hablar de que Jesús acoge a publicanos y pecadores.
Se siente, es normal, sorprendido. Jesús quiere contar con El, que
forme parte del grupo de los que le siguen, aunque ésta no es la normalidad de
lo que está acostumbrado. Sus palabras más que una invitación parecen una
orden. ‘Sigueme’, aunque su mirada es la del que invita, del que te dice
que quiere contar contigo. ¿Qué hacer? ¿Se levantará de su garita y se marchará
con El? Muchas cosas podían estar pasando también por su mente y su corazón.
Con decisión se levantó. Con decisión y con alegría, como apreciamos
por lo que nos dice el evangelio. Celebró un banquete en su casa en el que
Jesús estaba a la mesa con sus discípulos, aunque también estaban sus antiguos
amigos. No importa ya lo que pensaran los demás, los comentarios de los
fariseos y los escribas. Allí estaba la alegría de su decisión. El camino nuevo
que emprendía siguiendo a Jesús. Formaría parte del grupo de los Doce y un día
nos transmitiría escrito el evangelio de Jesús, esa Buena Nueva que a El le
cautivó para seguirle.
Hoy celebramos a san Mateo, apóstol y evangelista, estimulo para
nuestra respuesta y nuestro seguimiento del camino de Jesús. También nosotros
nos dice Jesús, ‘cuento contigo’.