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sábado, 9 de abril de 2022

Vamos mañana a subir a Jerusalén con Jesús poniendo toda la sinceridad de nuestra vida y todo lo que es toda nuestra vida y la vida de nuestro mundo hoy con esperanza

 


Vamos mañana a subir a Jerusalén con Jesús poniendo toda la sinceridad de nuestra vida y todo lo que es toda nuestra vida y la vida de nuestro mundo hoy con esperanza

Ezequiel 37, 21-28; Sal.: Jer 31, 10. 11-12ab. 13; Juan 11, 45-57

¿Qué hacemos? Es quizás la disyuntiva en la que nos encontramos muchas veces en la vida. Se abren distintos caminos ante nosotros, hay diversas cosas que podemos hacer, nos llegan diferentes ofertas y tenemos que decidirnos. Aunque estemos en la duda muchas veces. Todo nos parece igual de bueno o al menos es aceptable y eso mismo quizás aumenta nuestra duda.

Pero también lo podemos pensar en referencia a otras personas. ¿Qué va a hacer él? ¿Qué decisión tomará? Pero, claro, nosotros andamos en suposiciones, por lo que en otras ocasiones le hemos visto hacer, por lo que puedan ser sus gustos, pero lo esperamos o no lo esperamos, vendrá o no vendrá, qué es lo que va a hacer, sigue siendo para nosotros la incertidumbre.

En el evangelio estamos escuchando el relato de lo que van a ser momentos decisivos para Jesús. Se acerca la Pascua por El tantas veces anunciada. Y aquello que no entendían los discípulos que Jesús les decía que iba a pasar está a punto de realizarse. Ahora ha sido un momento decisivo después de la resurrección de Lázaro en Betania y la gente está muy entusiasmada por Jesús. Y los dirigentes judíos temen lo peor, que la gente los abandone y se vaya con Jesús, o que se pueda armar una revuelta en la que intervengan los romanos y pudiera haber incluso  una masacre. Por eso se ha reunido el consejo de los Sumos Sacerdotes que tienen que tomar una decisión. Les cuesta, porque saben cómo anda la gente detrás de Jesús. Será el Sumo Sacerdote el que fuerce la decisión, porque ‘no tiene que morir por todo el pueblo’. No sabe él que con sus palabras está dando cumplimiento a las Escrituras.

Pero Jesús se ha retirado más allá de Betania, más allá del Jordán y cuando la gente sube a Jerusalén porque ya se acerca la fiesta de la Pascua, se preguntan si Jesús vendrá o no vendrá a la fiesta. Es la disyuntiva con la que comenzábamos de alguna manera nuestra reflexión. Pero creo que esto tiene que hacernos reflexionar sobre la vivencia de nuestra pascua.

También quizá algunos se preguntan ¿qué hacemos? Se nos ofrecen también unas posibilidades de otras cosas en estos días que ya por tradición todo el mundo llama Semana Santa. Pensar en Semana Santa para un cristiano es pensar en estos días en que celebramos la pasión y la muerte del Señor, en que celebramos la Pascua con su resurrección. Para otros, semana santa significan unas vacaciones, unos viajes, unos días de playa, a lo más quizá para algunos ir a contemplar unas procesiones en algunos lugares que puedan ser más famosos o tener una tradición distinta; miremos lo que abunda estos días en las noticias y cómo es tratado el tema de la Semana Santa.

Y ahí en medio estamos nosotros, nos encontramos ya a las puertas del comienzo de las celebraciones y nos preguntamos también ¿qué hacemos? Puede que muchos hayamos tomado la decisión de quedarnos en casa, de participar en las celebraciones de nuestra parroquia, en los actos que se realicen allí donde vivimos. Pero, repito, la pregunta sigue estando ahí, ¿qué hacemos?

Porque también podemos tener diversas formas de estar o de participar. Son unas tradiciones, es algo que siempre hemos vivido en la familia, son unas celebraciones que reconocemos son hermosas e incluso emocionantes, pero ¿hasta donde llegamos? ¿Nos quedamos simplemente ahí? ¿Daremos un paso más para hacer todo eso parte de mi vida? como ya nos hemos preguntado en otro momento ¿Cómo uniremos nuestras celebraciones religiosas y litúrgicas con lo que estamos viviendo en estos días? ¿Llegaremos a descubrir la pasión de Cristo en el sufrimiento que estamos contemplando, en las expectativas angustiosas que todos podamos tener por la situación que vivimos?

Vamos mañana a subir a Jerusalén con Jesús en su entrada en la ciudad. Vamos a ir poniendo toda la sinceridad de nuestra vida pero poniendo ahí lo que es toda nuestra vida y la vida de nuestro mundo hoy. Y vamos a celebrar la pascua como en verdad tiene que ser para un cristiano, algo que vivimos con esperanza, porque la fuerza de todo está en el amor.

Vamos a orar de verdad, vamos a poner de verdad a Cristo en nuestro corazón con esperanza de resurrección; no nos podemos quedar en la muerte, no quiere Cristo que nos quedemos en el dolor y en la muerte sino que lleguemos a la vida, para eso resucitó El. Vamos a darle intensidad profunda a lo que vamos a vivir en estos días.

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