Igual
que eligió a los apóstoles con la realidad de sus vidas, sigue Jesús contando
con nosotros a pesar de nuestras debilidades, porque todo es un regalo del amor
de Dios
Colosenses 2, 6-15; Salmo 144; Lucas
6, 12-19
Hay momentos en la vida en que tenemos
que tomar decisiones importantes y nos damos tiempo para pensarlo, para
reflexionarlo; hay cosas que no podemos hacer solamente a impulsos podríamos
decir momentáneos, aunque algunas veces tengamos esa tentación; nos sucede algo
que nos impresiona, contemplamos algo que nos llama la atención y nos duele, y
nos sentimos impulsados al momento pensando que algo que tenemos que hacer; es
bueno que haya esa inquietud, que surjan incluso esos impulsos signos de la
vitalidad que llevamos dentro, pero al mismo tiempo ponemos los pies sobre la
tierra para que no sean solo sueños, y lo reflexionamos y lo maduramos; que
tenemos que contar con alguien para algo que vamos a emprender y que
consideramos importante, nos pensamos bien a quien vamos a escoger, sus
posibilidades, sus valores y cualidades, aunque por supuesto dejamos siempre la
libertad de decidir a quien escojamos su aceptación o no de lo que le
proponemos. Las cosas nos las tomamos con la debida responsabilidad.
Hoy lo contemplamos en Jesús. Y nos
dice el evangelio se que se fue al monte a orar y allí se pasó la noche en oración.
Luego escogerá entre todos los discípulos que le seguían a doce a los que
constituye apóstoles. Fue una decisión importante, nos lo manifiesta esa noche
de oración de Jesús, de la que tanto tendríamos que aprender en nuestras
decisiones. Jesús quiere contar con aquellos que llama apóstoles a los que
veremos que va instruyendo de camino para la misión que les va a encomendar; el
Reino anunciado por Jesús ha de continuar y en las manos de aquellos apóstoles
está.
Cuenta Jesús con ellos y con su
libertad; cuenta Jesús con ellos que también son humanos y tienen sus
debilidades; habrá alguno que se queda en el camino porque al final le
traiciona, habrán otros que siempre estarán pensando en sus sueños y ambiciones
y donde Jesús continuamente estará enseñando, los llamará los hijos del trueno
por esa intensidad con que viven el seguimiento de Jesús; todos con sus
debilidades que cuando ven venir al lobo, como se suele decir, en el momento del
prendimiento de Jesús se dispersan y le dejan solo; alguno a pesar de cuanto
Jesús había confiado en él llegará a negar el conocerle, aunque siempre le
había costado entender lo de la entrega de Jesús hasta la muerte. Pero Jesús
sigue confiando en ellos, y a ellos se manifestará de manera especial después
de su Pascua para que en verdad se sientan fortalecidos en su fe. Así luego se
dispersarán por el mundo cumpliendo el mandato de Jesús de anunciar el
evangelio del Reino de Dios.
Me hace pensar todo esto que venimos
reflexionando en mi vida. Por una parte como hemos de enraizarnos en Jesús y en
su evangelio, cómo tenemos que fortalecernos interiormente y dejarnos iluminar
por la luz que nos viene del cielo ante cada una de esas decisiones que hemos
de ir tomando en nuestra vida que quiere ser un camino de fidelidad. Pero también
con corazón agradecido quiero ser consciente como el Señor sigue contando
conmigo, con mis defectos y con mis debilidades, con lo que es mi vida unas
veces turbulenta y otras veces adormecida, con sus buenos momentos de luz pero también
con ese lado oscuro que todos tenemos fruto de nuestras torpezas y debilidades.
Quiero sentir que el Señor quiere
seguir contando conmigo y siempre abre ante mí horizontes amplios donde poder
realizar mi vida y vivir mi fidelidad con todas sus consecuencias. Muchas veces
los caminos se tuercen y hay que tomar otras decisiones, que en ocasiones
pueden ser hasta dolorosas, pero en nuestra fidelidad queremos seguir adelante,
agradeciendo a Dios que siga contando conmigo y me vaya abriendo caminos que a
veces eran insospechados para mí.
Lo pienso para mi mismo, como me hace
mirar con una mirada distinta a los que están a mí alrededor o caminan conmigo,
para hacerme comprensivo, para descubrir valores y aprender lecciones, para
servir de apoyo y estimular también a los demás a vivir su fidelidad. El Señor
sigue viniendo a nosotros para curar nuestras heridas y ponernos de nuevo en
camino. Doy gracias a Dios por las posibilidades que me sigue dando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario