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miércoles, 9 de noviembre de 2016

La Dedicación de la Catedral-Basílica de san Juan de Letrán en Roma nos ayuda a vivir una profunda comunión con el Papa y con toda la Iglesia

La Dedicación de la Catedral-Basílica de san Juan de Letrán en Roma nos ayuda a vivir una profunda comunión con el Papa y con toda la Iglesia

Ezequiel 47,1-2.8-9.12; Sal 45; 1Corintios 3,9-11.16-17; Juan 2,13-22

Si escuchamos la palabra ‘catedral’ todos más o menos tenemos una idea a lo que nos estamos refiriendo aunque muchas veces nos quedemos en la idea de esa iglesia grandiosa, quizá monumental por el arte en que ha sido construida y que existe sobre todo en grandes ciudades; más o menos sabemos que tiene como referencia al Obispo porque viene a ser el centro de ese territorio que es la diócesis en la que está; pero algunas veces existe una confusión entre lo que es una catedral y lo que es un monumento como sucede en algún sitio que llaman catedral a una iglesia simplemente por su carácter monumental sin realmente serlo; nos sucede en alguna ciudad de nuestras islas.
Pero si nos fijamos en el sentido de la palabra y su concomitancia con palabras semejantes, como pueda ser catedrático ya vamos entendiendo su sentido porque la referencia o raíz de la palabra está en la cátedra. La cátedra es el lugar desde donde enseña el profesor, el catedrático; es el lugar del maestro, del que enseña y al que acuden los discípulos, los que le siguen, para aprender de su enseñanza.
La catedral es, pues, la sede de la cátedra de nuestro maestro en la fe que es el Obispo. La catedral hace entonces referencia a la Diócesis, esa porción del pueblo de Dios en un territorio determinado que es presidido y guiado por su Obispo, como verdadero sucesor de los apóstoles, y que con su enseñanza es nuestro maestro en la fe. Ya sea monumento o ya sea un sencillo templo por ser la sede del Obispo la catedral es la cátedra que nos congrega para alimentar nuestra fe bajo la guía del Obispo, como pastor en nombre de Cristo de la Diócesis y para celebrar el culto y la gloria del Señor.
¿Por qué me hago todas estas explicaciones? Es que en este día celebramos la fiesta de una catedral importante para toda la Iglesia. Hoy estamos celebrando la Dedicación de la Catedral y Basílica de san Juan de Letrán en Roma. ¿Por qué tiene importancia? Porque es catedral de Roma, es la sede del Obispo de Roma, en consecuencia del Papa, la catedral del Papa.
Estamos acostumbrados a ver al Papa en el Vaticano, en la Basílica de san Pedro y nos puede parecer que esa es la Catedral de Roma, pero no es así. No siempre el Papa vivió en el Vaticano, pues durante siglos vivió en los palacios de Letrán que están junto a la Catedral Basílica de san Juan de Letrán. Por circunstancias de la historia que no nos vamos ahora a detener a explicar se vino al Vaticano, pero la sede del Obispo de Roma sigue siendo siempre san Juan de Letrán. Es algo que muchas veces los cristianos desconocemos y que necesitamos aclarar porque muchas veces incluso los medios de comunicación nos confunden por ignorancia de los que nos trasmiten las noticias.
Es, pues, esta fiesta que hoy celebra la liturgia de la Iglesia algo importante para todos los cristianos y que hemos de vivir con hondo sentido eclesial sintiéndonos en verdadera comunión de iglesia con el Papa como vicario de Cristo en la tierra y pastor también de toda la Iglesia. Creo que puede ser una buena ocasión para que viviendo esa comunión eclesial también nuestra oración se eleve al Señor por toda la Iglesia, por sus pastores, y en este día de manera especial por el Papa.
Es una ocasión, y esto daría para otras más amplias reflexiones, y pensar cómo nosotros somos ese verdadero templo del Espíritu Santo, morada de Dios, porque en el bautismo así fuimos consagrados, y desde lo más hondo de nuestro corazón saber ofrecer un verdadero culto al Señor desde la santidad de nuestra vida y desde nuestras buenas obras cantar la gloria del Señor.

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