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lunes, 19 de enero de 2015

Ayuno es algo mas que sacrificio porque hemos de hacerlo ofrenda de amor y solidaridad

Ayuno es algo mas que sacrificio porque hemos de hacerlo ofrenda de amor y solidaridad

Hebreos, 5, 1.10; Sal. 109; Marcos, 2, 18-22
Ayuno puede significar sacrificio, penitencia al mismo tiempo que puede significar solidaridad, amor, ofrenda, al tiempo que acción de gracias y oración.
Cuando ayunamos nos estamos privando de algo que incluso puede ser bueno como es el alimento, estamos diciendo ‘no’, repito, incluso a algo bueno, pero no está enseñando a decir no a otras cosas más importantes o que no pueden ser buenas para nosotros; con ese sacrificio además podemos reparar lo que hayamos hecho mal, con lo que podemos convertirlo en una ofrenda que hagamos al Señor.
Pero también decíamos que podría significar solidaridad, porque al privarnos de algo sufrimos en nosotros una carencia de algo que podríamos necesitar para nuestra vida con lo cual podríamos recordar a aquellos que tienen esas carencias quizá no de forma voluntaria sino por necesidad; nos tendría que hacer comprender mejor a los pobres, a los que carecen de esas cosas necesarias para una vida digna, a los que pasan hambre, en una palabra.
Pero nos tendría que llevar a la oración y a la acción de gracias, reconociendo que si ahora nos privamos de algo es porque lo tenemos, porque somos unos agraciados, con lo que tendríamos que dar gracias al Señor por cuanto tenemos, cuanto hemos recibido de sus manos. Es una ocasión para unirnos al Señor en nuestra oración y en nuestra acción de gracias pero también en una súplica por aquellos que nada tienen y con los que tendríamos que sentirnos solidarios de una forma efectiva. Que en la oración del padrenuestro que rezamos ese ‘pan nuestro de cada día’ que pedimos no sea un pan ‘mio’, sino un pan para todos porque todos somos hijos de ese mismo Padre, Dios, y todos tenemos que sentirnos solidariamente hermanos.
Me estoy haciendo esta reflexión a partir de lo que nos dice hoy el evangelio, en que algunos vienen a plantearle a Jesús por qué sus discípulos no ayunan como lo hacían los discípulos de Juan Bautista o de los fariseos. Jesús les habla de la alegría que viven ahora sus discípulos porque están con El, como los amigos del novio que participan de la fiesta de bodas del amigo. Ya tendrían que hacerlo en otro momento, pero ahora quiere que comprendan su verdadero sentido. No se puede convertir en algo meramente ritual, sino que hay que darle un verdadero sentido al ayuno como sacrificio o como ofrenda que nosotros hagamos y que además siempre tendría que llevarnos a la solidaridad y a la acción de gracias a Dios por cuanto de El recibimos.
Jesús nos pide unas actitudes nuevas, unos valores nuevos que den un sentido nuevo a nuestra vida. Con el evangelio estamos encontrando un sentido nuevo a cuanto hacemos. Así hemos de convertir nuestro corazón al Señor.
Ya tendremos oportunidad de profundizar más en el sentido del ayuno.


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