Vistas de página en total

lunes, 26 de febrero de 2018

Cuántas cosas buenas recibimos de los otros casi sin darnos cuenta, vayamos de forma positiva por la vida con nuestro agradecimiento y nuestra ternura

Cuántas cosas buenas recibimos de los otros casi sin darnos cuenta, vayamos de forma positiva por la vida con nuestro agradecimiento y nuestra ternura

Daniel 9,4b-10; Sal 78; Lucas 6,36-38

Quienes hayan experimentado el amor en sus vidas, porque se hayan sentido amados incluso sin merecerlo, no pueden hacer otra cosa que amar de la misma manera. Yendo directa y brevemente sin mas preámbulos al mensaje que nos trata de trasmitir hoy el evangelio esa es la enseñanza de Jesús y la razón de su mandamiento del amor.
Como nos decía el profeta Daniel a nosotros nos abruma hoy la vergüenza… porque hemos pecado contra ti… aunque nosotros nos hemos rebelado, el Señor, nuestro Dios, es compasivo y perdona…’ ¿Cuál es la respuesta que nosotros tendríamos que dar?
Muchas veces en la vida nos endurecemos por dentro; juzgamos y condenamos, estamos al acecho de lo que los otros puedan hacer mal o en lo que nos puedan ofender, vamos con mala cara por la vida como si fuéramos furiosos con todo el mundo, nuestras reacciones se llenan de violencia, las palabras que salen de nuestra boca son siempre negativas con nuestros desprecios y discriminaciones, andamos siempre quejándonos de todo porque todo  nos parece mal. No podemos ir así de negativos por la vida; esa visión de amargura con la que caminamos parece que quiere contagiar de amargura y violencia a los demás; tenemos que romper ese círculo para comenzar a ver la vida con una mayor positividad.
Sepamos ser agradecidos. Siempre hay una flor que nos pueda alegrar el camino; podemos descubrir una sonrisa, tenemos que aprender a distinguir ese gesto de humildad y de generosidad que alguien puede tener con los demás, saber apreciar lo que los otros están compartiendo con nosotros que parece que no nos damos cuenta porque en la vida no vamos ni de solitarios ni de autosuficientes.
¿Cuántas personas han colaborado con su trabajo y su buen hacer para que tú puedas comerte ese trozo de pan? Y así podíamos pensar en mil cosas más. Es cierto que todo ese trabajo ha sido debidamente retribuido que se expresaré en un coste para tu poder tener ese pan, pero  no pensemos en lo económico simplemente, sino en cuanto cada persona va dejando de si para hacer eso de lo que tu ahora te estas beneficiando. ¿No tendríamos que aprender a apreciarlo? De la misma manera que tu estás poniendo tu granito de arena con tu quehacer en lo que beneficia a los demás.
Otras tienen que ser las actitudes y posturas con que hemos de andar por la vida. Sepamos descubrir las señales del amor. Y hoy Jesús nos pide que manifestemos nosotros esas señales de amor con nuestra compasión, con nuestra misericordia, con la ternura que tratemos a los demás. Y nos recuerda Jesús, como Dios que es compasivo y misericordioso. Comenzábamos recordando lo que nos decía el profeta Daniel, reconociendo nuestro pecado y nuestra indignidad sintiendo vergüenza por lo que hemos hecho, pero al mismo tiempo recordando el amor generoso de Dios.
Es lo que nos enseña y nos pide Jesús. Y esa compasión y misericordia, esa ternura con que hemos de ir por la vida se manifiesta en nuestros juicios que nunca pueden ser condenas, en nuestro perdón generoso como generoso es el amor de Dios. Como  nos dice Jesús ‘dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante. La medida que uséis, la usarán con vosotros’.
ro es que tenemos que reconocer que es la medida que ya Dios ha usado con nosotros con toda la generosidad y ternura de su amor. Sintámonos de verdad amados y comenzaremos a amar nosotros también.

No hay comentarios:

Publicar un comentario