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martes, 2 de mayo de 2017

Quienes comemos el pan de vida que Cristo nos ofrece estamos llamados a quitar interferencias que nos alejen y poner sintonías que creen lazos de verdadera fraternidad

Quienes comemos el pan de vida que Cristo nos ofrece estamos llamados a quitar interferencias que nos alejen y poner sintonías que creen lazos de verdadera fraternidad

Hechos de los apóstoles 7, 51-59; Sal 30; Juan 6, 30-35
¿Por qué tengo que creerte? Alguna vez nos encontramos con una reacciona así, ya que alguien nos interpele por lo que le digamos, o ya nosotros mismos reacciones de esa manera ante alguien que nos quiere hacer creer una cosa que nosotros no vemos clara ni nos convencen sus argumentos. Queremos pruebas y pruebas que nos convenzan, no solamente palabras; hay cosas que nos pueden parecer inverosímiles y no las aceptamos así porque así. Y para creer en una persona y aceptarla tenemos que ver clara su vida, aunque muchas veces también sabemos dar un margen de confianza. En fin de cuentas creer en alguien es poner nuestra confianza en esa persona.
‘¿Y qué signo vemos que haces tú, para que creamos en ti? ¿Cuál es tu obra?’ Es la reacción de los judíos, y en este caso los de Cafarnaún, ante las palabras de Jesús, a pesar de la experiencia que con El habían tenido en la tarde anterior. Ahora Jesús les ha hablado tras sus interpelaciones diciéndoles que ‘la obra que Dios quiere es ésta: que creáis en el que él ha enviado’, que pongan toda su fe en El.  
Una vez mas piden señales, ponen como comparación lo que Moisés había hecho por ellos en el desierto cuando les dio el mana para que comieran. Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Les dio a comer pan del cielo’.
Jesús quiere hacerles comprender cual es el verdadero pan que viene del cielo y que les dará vida para siempre. ‘No fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo’.
Habrán entendido o no habrán entendido las palabras de Jesús pero ellos ahora quieren comer de ese pan. ¿Será como la mujer samaritana que cuando Jesús le ofrecía un agua viva que calmaría su sed le pedía esa agua para no tener que venir todos los días al pozo a buscarla? ¿Querrán ese pan porque así se evitaran el tener todos los que amasar el pan?
Jesús afirmara rotundamente: ‘Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed’. Es importante creer en las palabras de Jesús; es importante creer en Jesús. Sin esa fe lo del pan de vida no se entenderá. Sin esa fe en Jesús nos estaremos quedando siempre solamente en el pan material, pero Jesús quiere darnos algo más. El significado de las palabras de Jesús va mas allá de pan material con el que alimentamos cada día nuestro cuerpo. Comiendo a Jesús, creyendo en Jesús se saciara plenamente nuestra vida, porque alcanzaremos la vida que no se acaba, que nos llena de plenitud.
¿Buscamos razones para creer en Jesús? Su vida y su amor es la razón más profunda. Su vida es la manifestación más maravillosa de lo que es el amor que Dios nos tiene. Abramos de verdad los ojos de la fe que es algo más que ver cosas u obras materiales. Pongamos toda nuestra confianza en El, que nos dio su vida, que nos regalo su amor, que verdaderamente nos llena de plenitud.
Igual que en la vida tenemos que ir aprendiendo a confiar en los demás, vayamos poniendo nuestra confianza en Dios. Pero aprendamos, si, a confiar en los otros, a abrir nuestro espíritu a todo lo bueno que podamos recibir de los demás, a quitar desconfianzas e interferencias, a poner buena sintonía en nuestro espíritu para captar todos los mensajes de vida que de los otros podamos recibir. Los que creemos en Jesús estamos llamados a crear redes de sintonía entre unos y otros para que al final lleguemos a esos lazos de hermandad que a todos nos harán más felices. 

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