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jueves, 4 de mayo de 2017

Comulgar a Cristo en la Eucaristía es comulgarle en nuestra vida porque llenos de El encontramos el sentido y la fuerza para nuestro existir

Comulgar a Cristo en la Eucaristía es comulgarle en nuestra vida porque llenos de El encontramos el sentido y la fuerza para nuestro existir

Hechos, 8, 26_40; Sal. 65; Jn. 6, 44-51
El pan es el mejor signo y la mejor expresión para significar el alimento que necesitamos. Cuando hablamos del pan de cada día estamos refiriéndonos a todo el alimento que necesitamos para subsistir. Nos referimos a esa comida con que nos alimentamos, es cierto, pero seguramente que estaremos queriendo decir mucho mas.
Alimento de la vida son los pensamientos y las ideas que marcan la razón y el sentido de nuestro existir; incluimos en ello nuestra cultura que nos recrea y nos alimenta espiritualmente y en ello va el sentido de la vida, el por que de las cosas o de nuestro vivir, las motivaciones mas profundas que podamos tener en nosotros o que en la apertura de nuestro espíritu seremos capaces de recibir de los demás.
Creo que algo de todo esto, aunque quizás lo haya expresado un poco espontáneamente y de una forma un tanto El es el pan de vida. Ya nos descarta que el quiera darnos solamente un pan material que alimente nuestros cuerpos, aun con lo importante que es. Compara el pan del cielo, el mana que les dio Moisés a sus padres en el desierto, con el pan que El quiere darnos. Quienes comieron aquel pan, murieron; El nos ofrece un pan que nos dacha vida para siempre.
Y es que en Jesús, en su palabra vamos a encontrar esa luz que de sentido a nuestra vida; es su evangelio, es su buena nueva, su buena noticia que alegra nuestro corazón porque nos da un sentido para nuestro vivir. Es la palabra que va iluminando lo que hacemos y loo que vivimos. Ahí encontramos ese alimento, esas razones y esa fuerza para esa nueva existencia, para ese nuevo vivir. Por eso nos dirá que alimentándonos de El tendremos vida eterna, tendremos vida en plenitud, porque encontraremos la realización mas honda de nuestra existencia.
Es pan de vida porque además nos dirá que comiendo ese pan, le estamos comiendo a El, comiendo su vida, su sentir, su ser, su espíritu que nos llenara de plenitud.  Por eso El se hace Eucaristía y nos dirá que comamos su carne, que comamos su cuerpo, que es comerle a El, que es llenarnos de su vida para siempre.
Tenemos mucho que reflexionar sobre el sentido de la Eucaristía, sobre el comer a Cristo para tener vida para siempre. Lo hemos convertido demasiado en un rito que al final si no lo vivimos con hondura hará que le perdamos su sentido y su fuerza.
No es comer por comer, comulgar porque ahora toca o porque todos los hacen; si queremos comulgar a Cristo en la Eucaristía es porque antes le hemos comulgado en nuestra vida; y eso significara que nos hemos llenado tanto del sentido de Cristo que ya para nosotros no hay otro existir; llenarnos del sentido de Cristo que es ver las cosas como las ve Cristo, amar con el amor de Cristo, vivir una entrega a la manera de Cristo, llegar a trasparentar de verdad en nuestra vida a Cristo mismo de manera que quien nos vea, llegue a descubrir a Cristo en nosotros.
Hoy nos dice Jesús: ‘Yo soy el pan vivo bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo les daré es mi carne para la vida del mundo’. Que así comamos a Cristo, su pan, su vida. Que así encontremos ese sentido y esa fuerza para nuestro existir.

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