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martes, 22 de diciembre de 2015

Cantemos un cántico de amor a Dios que derrama su misericordia sobre nosotros con el cántico de María que es el cántico de la misericordia

Cantemos un cántico de amor a Dios que derrama su misericordia sobre nosotros con el cántico de María que es el cántico de la misericordia

1Samuel 1,24-28; Sal.: 1S 2,1.45.6-7.8; Lucas 1,46-56

Del cántico de María podemos decir muchas cosas y podríamos darle muchas denominaciones según la lectura que de él hagamos. Es grande su riqueza porque es grande lo que siente María en su interior por lo que no cesa de cantar y alabar a Dios. Hoy quisiera yo llamarlo el cántico de la misericordia.
María canta agradecida a Dios - ‘Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador’ - porque en las maravillas que en ella está realizando se ven cumplidas todas aquellas antiguas promesas de la misericordia de Dios que se iba a derramar sobre la humanidad.
‘Auxilió a… su pueblo acordándose de la misericordia prometida desde antiguo a favor de Abrahán y su descendencia para siempre’. Se cumple lo prometido por Dios desde los albores de la humanidad. Y cuando dice Abrahán y su descendencia está hablando de aquel pueblo creyente que tuvo su origen en Abrahán nuestro padre en la fe.
La promesa de Dios en el paraíso tras el pecado de Adán es una promesa de misericordia. El hombre había pecado porque en su orgullo y soberbia no solo se había querido apartar del camino de Dios sino que había querido erigirse a si mismo en Dios. ‘Seréis como dioses’, le tienta la serpiente. Pero no quiere Dios que el hombre permanezca en la muerte y en el pecado. Habrá una victoria que será la de la misericordia y el perdón. Anuncia aquel linaje de la mujer, aquel hijo de la mujer que un día aplastaría con su pie la cabeza de la serpiente, aunque quisiera herirle en el calcañal. Es la victoria del amor y de la misericordia.
Ha llegado la hora en que se cumplen las promesas de Dios y no solo para aquel pueblo sino para toda la humanidad. ‘Su misericordia llega a sus fieles de generación en generación’, canta María. Dios en su misericordia se ha fijado en los pequeños y en los pobres, vuelve su rostro sobre todos los que sufren las consecuencias del mal y del pecado en este valle de lágrimas y nos ofrece el paño de su consuelo que va a enjugar todas esas lágrimas porque en su misericordia llega el perdón y la gracia, llega el sentido de una nueva vida con la salvación que Dios nos ofrece y que se derrama en nosotros por el hijo de María, Jesús que salvará a todos de sus pecados. Aquel hijo de María que se está gestando en sus entrañas será nuestra vida y nuestra salvación, será la manifestación gloriosa de la misericordia eterna de Dios.
Todo se va a transformar porque la muerte es derrotada por la vida. Los que viven oprimidos por cualquier tipo de esclavitud van a ser liberados, y los pequeños y los humildes van a ser exaltados mientras dispersa a los soberbios de corazón y derriba del trono a los poderosos. La imagen la tenemos en María, la pequeña, la humilde, la que se considera la última y la esclava pero en quien se están realizando maravillas. ‘El poderoso ha hecho obras grandes en mí’, canta María. Es María la que va a ser causa de alegría para muchos y todos van a felicitarla de generación en generación porque acogió a Dios en su vida de tal manera que en ella Dios se hizo carne para que pudiéramos palpar a Dios, sentirnos inundados por su amor, envueltos en el manto de su misericordia.
Cantemos un cántico de amor al Señor con el cántico de María.

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