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lunes, 27 de abril de 2015

Jesús es nuestro Pastor pero es también la puerta segura que nos conduce a la vida y la salvación

Jesús es nuestro Pastor pero es también la puerta segura que nos conduce a la vida y la salvación

Hechos,  11,1-18; Sal 41; Juan 10,1-10
Una puerta que se abre ante nosotros pueda quizás llenarnos de incertidumbre ante lo que tras ella nos podemos encontrar; humanamente podríamos pensar que tras la puerta está lo desconocido y eso ciertamente nos puede producir en esa incertidumbre un cierto miedo ante lo que nos podemos encontrar.
Pero cuando hoy Jesús nos dice en el evangelio que El es la puerta desde la fe que tenemos en él no caben los miedos ni las incertidumbres porque sabemos que en El y con El siempre vamos a encontrar vida y sus caminos nos llevarán siempre a la felicidad final y verdadera. El nos lo ha dicho hoy ‘Yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante’. Con El lo que tenemos que hacer es dejarnos llevar, no por supuesto pasivamente sino sabiendo bien y a ciencia cierta lo que nos vamos a encontrar y lo que queremos es hacer ese camino que tras la puerta se abre ante nosotros.
Siguiendo con la alegoría del pastor y de las ovejas al mismo tiempo que nos dice que El es la puerta, también nos ha dicho que es el pastor que entra por la puerta, porque viene en nuestra búsqueda, porque quiere ofrecernos lo mejor para nuestra vida, porque nos conoce y nos ama y siempre querrá regalarnos su vida y su salvación. ‘Quien entre por mí, se salvará, y podrá entrar y salir, y encontrará pastos’, nos dice Jesús. Con El siempre nos sentimos seguros.
Con estas palabras de Jesús podemos pensar en los pastores que en nombre de Jesús tienen la misión de ayudarnos a entrar por esa puerta porque su misión será siempre llevarnos a Jesús y hacernos llegar la gracia de Jesús; en estos días al celebrar al Buen Pastor estamos haciendo oración por los pastores de la iglesia y por las vocaciones. Es la valoración que los cristianos tenemos que hacer de aquellos llamados del Señor para en su nombre ser pastores del pueblo de Dios y como en nuestra oración hemos de tenerlos siempre presentes para que sean fieles a su misión y siempre nos puedan conducir hasta Jesús y su salvación.
Pero se me ocurre pensar que no solo en este sentido hemos de escuchar las palabras de Jesús en el evangelio, sino que ahí hemos de ver la tarea que todos los cristianos tenemos, porque todos hemos de ser signos de esa puerta que es Jesús, y todos tenemos que ayudar a los que están a nuestro lado para que pasando por esa puerta de gracia puedan llegar a la vida, puedan encontrarse también con Jesús y alcanzar la salvación. En cierto modo, con Jesús, todos hemos de ser puerta que ayude a los demás a ese encuentro con Cristo.
Es la misión y la tarea de toda la Iglesia en todo momento, que no puede ser obstáculo sino siempre signo y camino de luz y de vida para todos los hombres. Que el testimonio de nuestra vida sea un signo claro que conduzca a todos hacia esa puerta, hasta Jesús. 

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