Vistas de página en total

jueves, 16 de septiembre de 2010

En tu nombre, Señor…


En tu nombre, Señor…

En tu nombre, Señor, nos reunimos;
en tu nombre queremos reiniciar nuestro camino
en el comienzo de este curso;
en tu nombre, Señor,
queremos ser en verdad fraternidad,
queremos hacer fraternidad.

En tu nombre queremos caminar
porque no somos un grupo cualquiera,
somos los discípulos que te seguimos,
queremos ser tus amigos,
queremos sentirte siempre a nuestro lado,
queremos caminar contigo.

No somos simplemente un grupo de amigos
que quieren estar reunidos,
de forma altruista o quieren hacer cosas buenas;
nosotros creemos en Ti
y por tu nombre y en tu nombre
queremos ir a los demás
con la luz y la fuerza del Evangelio;
somos parte de tu Iglesia,
unos militantes cristianos,
iglesia que camina y peregrina,
con nuestras dificultades y limitaciones;
pero recordamos como acogías en el evangelio
a todos los se sentían cansados y agobiados,
atormentados y con muchas limitaciones;
venimos hasta ti con lo que es nuestra vida,
nuestras limitaciones humanas
y nuestras discapacidades físicas,
pero sabemos que tú nos tiendes la mano
para levantarnos,
para ponernos en camino,
para sentir en ti la fuente
de nuestra salud y de nuestra salvación,
para descubrir la fuerza que nos das
para que vayamos también a los demás,
en tu nombre y anunciando el evangelio;
la fe que tenemos en ti es nuestra fuerza.

Somos pocos y con muchas limitaciones,
pero doce eran tus primeros discípulos
que también se sentían llenos de trabas y dificultades,
pero la fuerza de tu Espíritu
los hizo valientes para anunciar
el Evangelio de tu Reino por todo el mundo;
nos sentimos enviados por ti
en este curso que comienza
sabiendo que la tarea es mucha,
pero contando siempre con la fuerza de tu Espíritu;
por eso no queremos sentirnos agobiados
sino que la paz nunca falte en nuestro corazón,
para tener la serenidad de encontrar el camino,
y poder ir al encuentro de los otros.

Camina a nuestro lado, Señor,
que tu Espíritu nos ilumine y nos dé fuerza,
porque el mundo espera tu Buena Noticia
y nosotros tenemos que ser
anunciadores de tu Evangelio.

Danos tu fuerza, Señor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario