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jueves, 5 de junio de 2025

Unidad que es garantía de paz, unidad que es verdadero camino en el amor para conseguir la paz, unidad aurora de paz para un mundo nuevo

 


Unidad que es garantía de paz, unidad que es verdadero camino en el amor para conseguir la paz, unidad aurora de paz para un mundo nuevo

Hechos 22, 30; 23, 6-11; Salmo 15; Juan 17, 20-26

Qué difícil se nos hace, pero también tenemos que decir, qué fácil sería lograr que en nuestro mundo haya paz. difícil lo estamos viendo en la realidad de cada día, parece que cada día estamos más abocados a la guerra, al enfrentamiento, a la falta de entendimiento, a la acritud y la violencia, a crear abismos que nos separan y murallas que nos dividen, en los grandes problemas de la humanidad, en las relaciones entre naciones y pueblos, en esa vida que tenemos que ir construyendo en nuestro ámbito en medio de la sociedad o entre los más cercanos; no somos capaces de vivir unidos, de darnos cuenta que habitamos un mismo planeta y un mismo mundo que tendríamos que compartir o que entre todos tenemos que construir. Aflora la falta de amor, el egoísmo y la insolidaridad, los resentimientos y recelos, las desconfianzas y las envidias, y no somos capaces de ponernos a trabajar juntos.

Si fuéramos capaces, sin embargo, de ser conscientes de todo eso que provocamos nosotros mismos y darnos cuenta donde está la llave que nos lleve a construir esa unidad, otro gallo nos cantaría. Si supiéramos utilizar esa llave del amor comenzaríamos a mirarnos de otra manera, a buscar la manera de acercarnos y comenzar a construir esa necesaria unidad. Ya sé que hemos hecho del amor una palabra ambigua que no nos lleva precisamente a ser esos constructores.

Todo el mundo habla de amor, es cierto, pero se nos queda en pasión que se descontrola, que se busca a si mismo, que hace distinciones y separaciones, al que le vamos cargando tantas cosas que no son amor de entrega y de generosidad, de altruismo del verdadero para no buscarnos a nosotros mismos sino saber buscar el bien de los demás y darnos por ello, que al final parece que no estamos hablando de lo mismo.

Es el amor que abre el corazón para tener siempre un lugar para el otro, para todo ‘el otro’, sea quien sea; es el amor que siempre nos pone en camino de búsqueda y de encuentro, que salva diferencias porque las respeta, pero que nos hace sentirnos unidos a pesar incluso de esas diferencias; es el amor que quita los filtros de colores para que no solo busquemos el color que nos agrada, sino que seamos capaces de crear un hermoso arco iris compuesto por todos en que cada uno tiene su importancia y su valor; es el amor que crea unidad, porque nos acerca, nos hace encontrarnos y caminar juntos, buscarnos porque sin el otro nada somos ni nada podemos hacer, nos hace disfrutar de la armonía.

De eso nos está hablando Jesús en estas palabras finales de la cena pascual en su oración sacerdotal al Padre pidiendo que nos dé ese don de saber caminar en la unidad y en el amor. Será la mejor señal de que hemos entendido lo que es el amor de Dios, de haber entendido lo que verdaderamente es la salvación que nos ofrece porque nos da la posibilidad de vivir mejor y más felices; ‘que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado’.

Esa unidad que nos tengamos entre nosotros será la mejor señal de que vivimos unidos en Dios. ¿Y no es ese el camino para vivir en paz? Recordemos a nuestro nuevo Papa, León XIV que en sus primeras palabras pedía la paz para el mundo, pero pedía también la unidad en la Iglesia; una unidad que es garantía de paz, una unidad que es verdadero camino en el amor para conseguir la paz.

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