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viernes, 12 de julio de 2019

Los valores del evangelio no los podemos dejar de testimoniar aunque su luz moleste a los que prefieren andar entre sombras y tinieblas




Los valores del evangelio no los podemos dejar de testimoniar aunque su luz moleste a los que prefieren andar entre sombras y tinieblas

Génesis 46,1-7.28-30; Sal 36;  Mateo 10,16-23
Cada uno vamos por la vida con nuestros valores y principios tratando de ser mejores nosotros mismos, pero también de poner nuestro grano de arena para que nuestro mundo sea mejor. Porque creemos en nuestros valores no nos apartamos de ellos, sino más bien tratamos de transmitirlos a los que están a nuestro lado, aunque no siempre es tarea fácil.
Lo normal sería un diálogo amigable donde queremos ofrecer lo mejor de nosotros mismos, al tiempo que queremos descubrir también lo bueno que hay en los demás, aunque nuestros principios o el sentido de la vida sea muchas veces diverso, sin embargo en lugar de ello parece que hay una confrontación que en ocasiones se vuelve hasta violenta.
En caminos de intolerancia incluso quieren impedirnos lo que nosotros queremos vivir y no solo se cierran sino que se enfrentan a lo que nosotros queremos transmitir. Es el diálogo de sordos que muchas veces se vuelve hasta violento en palabras y hasta en gestos que contemplamos en tantos aspectos de nuestra sociedad.
No somos capaces de construir juntos, sino que más bien siempre queremos destruir lo de los que consideramos nuestros contrincantes. Es triste muchas veces el espectáculo que muestra sociedad en lo social y en lo político algo que vivimos muy intensamente en nuestra tierra. Parece que en lugar de constructores estemos llamados a ser siempre destructores de lo que hacen los demás. Parece como si molestara que alguien que no sea de los suyos pueda hacer algo bueno.
Y esto nos pasa en los caminos de la vivencia de nuestra fe. Llamamos sociedad plural pero solo quieren imponer sus ideas y molesta para muchos la fe de los que nos llamamos creyentes y cristianos. Pero esto es algo que a nosotros los cristianos no nos tendría que hacer perder el sueño. Jesús nos lo anunció y también nos prometió la fuerza que necesitamos para afrontar esas situaciones que se convierten en tantos momentos en persecución como ha sido a lo largo de la historia, pero que también se viven en estos tiempos.
‘Mirad que os mando como ovejas entre lobos; por eso, sed sagaces como serpientes y sencillos como palomas’, nos dice Jesús. Y nos habla de tribunales y de persecuciones, pero que en todo momento tenemos que seguir dando nuestro testimonio, pero nuestro testimonio tiene que ser siempre desde la paz. La paz que tenemos que llevar a los demás, a ese mundo que tanto lo necesita, pero la paz que no nos puede faltar en nuestro interior, por difíciles que se puedan poner las cosas. Por eso nos dice que no nos preocupemos de lo que hemos de decir en nuestra defensa, porque tenemos un Defensor, el Espíritu de la Verdad que está con nosotros y pondrá palabras de sabiduría en nuestros labios, y paz en nuestro corazón.
Nos vamos a encontrar a quien no le gusta nuestro mensaje o el testimonio que queremos dar con nuestra vida, y buscarán de todos modos acallarnos de la forma que sea. Es la intolerancia que se quiere imponer en nuestro mundo cuando tanto se habla de un mundo plural, pero donde no se respeta lo que puedan opinar los demás porque es distinto. Siempre la verdad es molesta, siempre el testimonio del bien hace escozor en los que tienen otros caminos en la vida. No nos debe extrañar, no hemos de perder el ánimo, con nosotros está el Señor y hemos de seguir dando ese testimonio.
Es un testimonio de luz el que nosotros queremos dar, y la luz a los que prefieren estar en tinieblas les molesta, porque les hace ver sus malas obras y las deja patentes también ante los demás. Mantengamos encendida nuestra luz que no es otra que la luz de Jesús y su evangelio que queremos llevar a nuestro mundo.

1 comentario:

  1. Gracias por tus palabras de conforto y mucha dedicacion a Reino de Dios levando palabras de amor y paz y conforto.

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