Aprendamos
a reaccionar con una actitud creyente ante las incertidumbres de la vida, ante
las dudas que se nos presentan y que nos inquietan angustian
Jeremías 23,5-8; Sal
71; Mateo 1,18-24
Un hombre justo pero un hombre de fe. Así tenemos que decir de san
José, cuya figura se nos presenta hoy en el evangelio ya en la cercanía del
nacimiento de Jesús. José dudaba, había cosas que no comprendía y se convertían
como en un misterio en su corazón que al mismo tiempo por la duda se llenaba de
dolor.
Nos sucede también a nosotros. En la vida en ocasiones se nos
presentan hechos o acontecimientos que un poco nos descolocan en el camino que
estamos siguiendo en la vida; cosas imprevisibles a las que nos cuesta dar
respuesta. Nos angustiamos ante el futuro que se nos presenta, sufrimos en
nuestro interior en nuestro desconcierto, nos vemos desorientados porque la
duda nos llena de sospechas, nos duelen cosas que suceden a personas cercanas a
nosotros en que también nos vemos implicados, no lo esperábamos.
Sentimos la tentación de tirar la toalla, como suele decirse, romper
con todo para olvidar lo que nos sucede, sentimos desesperación en nuestra
impotencia, nos hacemos preguntas en nuestro interior para las que no
encontramos respuesta. Alguna vez en la vida pasamos por situaciones así o
somos testigos de cómo eso le puede pasar a personas que están a nuestro lado.
¿Qué hacer?
Nos estamos mirando en esas situaciones por las que podemos pasar y lo
hacemos partiendo de la duda por la que vemos en el evangelio que esta pasando José.
Estaba desposado con María ‘y
antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo’. Era lo que no comprendía
José, y podemos imaginar todo el dolor humano que rompería su corazón, todo lo
que veníamos reflexionando de lo que sucede en nuestro interior ante las dudas
e incertidumbres que se nos presentan en la vida que igual sucedía en el
corazón de José.
Pero ya nos dice el
evangelista que José era un hombre justo. Una hermosa alabanza que nos habla de
la madurez humana de aquel hombre. El evangelio es muy escueto para hablarnos
de José, pero cada vez que lo hace es para hablarnos de los problemas que se le
iban presentando, pero también de cómo iba afrontándolos. Era un hombre justo
que no quería hacer daño, aunque sufriera mucho por dentro. Ya sabemos como
suelen ser nuestras reacciones tantas veces.
Pero José era un hombre
abierto a Dios, un verdadero creyente para saber escuchar en su corazón lo que
Dios quería manifestarle y lo que le iba pidiendo. Era importante el lugar de José
en la historia de la salvación. Importante fue el Sí de María en Nazaret ante
el anuncio del ángel, pero estamos bien qué importante es este Sí de José ante
todo lo que está sucediendo donde él sabe descubrir los designios de Dios.
El evangelio nos habla con
el lenguaje de la Escritura y de su tiempo para decirnos como Dios se le
manifiesta en sueños. Imaginemos nosotros como queramos la forma, pero él ha
sentido la voz de Dios en su corazón. Un ángel, nos dice el evangelista, se le
manifestó en sueño para explicarle el sentido de todo. Lo que sucede en María
es obra de Dios, es obra del Espíritu divino. El debe aceptar aquel misterio
divino que se está realizando ante sus ojos porque de allí nos viene la salvación.
‘La criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú
le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados’.
Y nos recuerda el
evangelista, lo recuerda José lo anunciado en la Escritura, ‘lo que había
dicho el Señor por el Profeta: Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo
y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa Dios-con-nosotros’. Y José,
el hombre justo y el hombre de fe, dice Sí.
¿No tendríamos nosotros también
ante la incertidumbre de lo que se nos presenta en la vida, ante esas preguntas
sin respuesta que sentimos tantas veces, ante esas dudas que se nos presentan y
que nos inquietan y hasta angustian, tratar de responder desde una actitud
creyente? ¿Somos en verdad esas personas de fe que intentan descifrar la voz de
Dios en los acontecimientos que nos suceden?
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