Jesús nos da la sabiduría mas divina porque nos descubre la verdad del hombre y la libertad más grandiosa porque nos libera del mal y del pecado
Daniel
3, 14-20. 91-92. 95; Salmo: Dn. 3, 52. 53. 54. 55. 56; Juan 8, 31-42
Jesús nos habla hoy de verdad y de libertad, como al mismo tiempo nos
hace reconocer nuestras esclavitudes y nuestras oscuridades. Creo que nos
pueden hacer pensar mucho estas palabras de Jesús.
Verdad, libertad… todos hablan de ellos, todos tienen su opinión,
todos quieren expresar su verdad muchas veces de manera subjetiva; no queremos
absolutos, queremos hacerlo todo muy relativo, a nuestra conveniencia, a
nuestra particular visión, en búsqueda de nuestras satisfacciones. Incluso nos
hacemos nuestras muy particulares interpretaciones de las palabras de Jesús;
como se suele decir queremos arrimar el ascua a nuestra sardina, porque nuestra
verdad es la única que queremos que prevalezca.
Y en el mismo sentido cuando hablamos de libertad; en nombre de la
libertad nos queremos permitir todo, pero claro todo lo que nos favorezca
personalmente; en el choque con la libertad del otro, primero esta nuestra
propia libertad y ya lo de respetar la libertad del otro lo relativizamos a
nuestra conveniencia. ¿Será libertad o será libertinaje? Tendríamos que
analizar mucho la manera de entenderlo, la manera de respetar a los demás,
porque en nombre de nuestra libertad, de nuestra opinión o de nuestras ideas no
tenemos por que molestar ni ofender a nadie. Es que es la verdad, decimos, y
que le duela al que le duela, y no nos importa herir, incluso dañar.
Jesús nos invita a que le escuchemos, a que atendamos a sus palabras y
seremos sus discípulos y nos dice que conoceremos la verdad y la verdad nos hará
libres. Es que escuchando a Jesús conoceremos la verdad plena, nos da su
Espíritu para llenarnos de esa sabiduría divina que nos haga conocer la verdad.
¿Quién nos puede revelar mejor la verdad del hombre que Aquel que nos ha
creado? Así como el artista es el que mejor nos puede explicar el sentido de su
obra, como el artesano aquella obra que ha realizado, así nuestro Creador. Y
Jesús es la revelación de Dios, la Palabra que nos descubre la verdad de Dios y
la verdad del hombre que Dios ha creado. Es en Jesús donde vamos a encontrar el
sentido verdadero de nuestra existencia.
Y conociendo esa verdad de Dios que nos revela la verdad del hombre
alcanzaremos, si, la libertad. Conocemos así el camino que nos lleva a la
plenitud de nuestro ser; sabemos entonces cuales son aquellas cosas que pueden
mermar esa plenitud de vida, que nos pueden entonces esclavizar. Con Jesús,
escuchando sus palabras, siguiendo su camino, alcanzaremos esa libertad
verdadera. ¿No nos había dicho allá en la sinagoga de Nazaret que venia con el
Espíritu del Señor para dar a los oprimidos la libertad?
Escuchemos, si, y desde lo mas hondo del corazón estas palabras que
hoy nos dice Jesús: ‘Si os
mantenéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la
verdad, y la verdad os hará libres’. El nos da la sabiduría más divina y la libertad más grandiosa.
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