Vistas de página en total

miércoles, 1 de abril de 2015

La Pascua no es algo ajeno a lo que estemos viviendo o que está sucediendo en nuestro mundo sino forma parte de nuestra vida

La Pascua no es algo ajeno a lo que estemos viviendo o que está sucediendo en nuestro mundo sino forma parte de nuestra vida

Isaías 50,4-9ª; Sal 68; Mateo 26, 14-25
Fuerte contraste entre los discípulos de Jesús que podría mostrar también el contraste en nuestra postura o en nuestra manera de ir a celebrar la Pascua. Mientras uno, Judas Iscariote, andaba buscando ocasión propicia para entregarlo, desde que se había presentado a los sumos sacerdotes proponiéndoles ‘¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?’, por otra parte aunque andaban desconcertados ante las palabras de Jesús de que uno entre ellos lo iba a entregar, sin embargo Pedro se adelantará valientemente para decirle  ‘Señor, daré mi vida por ti’. Por otra parte andaban preocupados porque no sabían donde iban a prepararle la cena de Pascua. ‘¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?’, le preguntan.
Pero Jesús tenia otros planes, porque ni le iban a arrebatar la vida, sino que El la entregaría libremente, como libremente había subido a Jerusalén para aquella Pascua, y porque además ya había pensado donde celebrar la cena pascual en Jerusalén. Envía a sus discípulos a alguien bien conocido, aunque el evangelista lo llame con el nombre genérico de fulano, porque allí en su casa quiere celebrar la cena pascual. Ha llegado su momento. ‘Decidle: El Maestro dice: Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos’. En aquella casa encontrarán el lugar apropiado de manera que luego se va a convertir en punto de encuentro para muchos momentos después de la resurrección y para el principio de la vida de la Iglesia. Aquel lugar se llamará para siempre ‘el cenáculo’.
Contrastes y posturas, decíamos al principio, que reflejan también nuestras posturas o nuestra manera de celebrar la Pascua. No entramos aquí ni en los que se toman esos días como unas vacaciones, o en los que se quedan en unas manifestaciones religioso-artísticas muy externas ante las que son meros espectadores. Pensamos en quienes queremos darle un más hondo sentido. Con entusiasmo quizá también hemos comenzado esta semana de Pasión y el fervor de nuestro corazón hará muchas propuestas de seguir y de estar con Jesús como Pedro; pero también nos puede suceder que no nos estemos entregando con nosotros con Jesús sino que entreguemos a Jesús desde nuestro pecado, o nuestra frialdad, o nuestros intereses o manera de ver las cosas, no llegando a vivir de verdad la pascua.
Pero, ¿por qué no escuchamos la Palabra de Jesús que a nosotros también nos dice: ‘Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa…’ en tu vida, en tu corazón?
¿Cómo tenemos que celebrar la Pascua? No es lo que tenemos que preparar. No son cosas sino nosotros mismos. No es algo hecho desde fuera, sino algo que tenemos que vivir en lo más profundo de nosotros mismos en lo que es nuestra vida concreta y en este momento concreto que estamos viviendo. Cada uno sabe su situación, sus problemas, sus sufrimientos o sus angustias, lo que está sucediendo en si mismo o lo que está sucediendo en su entorno, en su familia, en sus amigos, o en ese mundo concreto en el que vivimos.
La Pascua del Señor no es ajena a todo eso que estemos viviendo o que está sucediendo en nuestro mundo. Eso hemos de vivirlo como Pascua, porque en esa situación concreta en que nos encontremos hemos de saber ver el paso salvador del Señor por nuestra vida. Todo lo que nos sucede está en orden a nuestra salvación; todo es gracia y es presencia del Señor, aunque haya momentos dolorosos en nosotros. Detengámonos un poquito y abramos los ojos de la fe para ver la presencia del Señor. Aunque sea duro lo que no esté pasando sintamos que el Señor tiene para nosotros una palabra de vida, de aliento, de esperanza, de gracia.
Es el momento de la gracia del Señor que nos manifiesta todo su amor. Celebremos, pues, con hondo sentido la Pascua que el Señor quiere realizar en nuestra propia vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario