Cristo
cuenta con nosotros, en nuestras manos pone el evangelio, no podemos dejar que
se apague esa luz que tanto necesita nuestra historia
Hechos de los apóstoles 13, 46-49; Sal 116;
Lucas 10, 1-9
Un día llegó
a nosotros un amigo con mucho entusiasmo y nos contó sus proyectos; estaba
ilusionado, sabía que aquello podía salir adelante, que resultarían muchas
cosas buenas; tenía grandes sueños sobre el resultado. Pero en su entusiasmo de
pronto nos dice que quiere contar con nosotros, que quiere contar conmigo, que
yo tengo parte en ese proyecto para sacarlo adelante y que soy importante para
él y por eso quiere contar conmigo. Tras la primera sorpresa de lo que eran los
sueños de los proyectos de nuestro amigo, viene una segunda sorpresa cuando nos
dice que quiere contar conmigo y que yo voy a ser parte importante en eso que
quiere emprender. ¿Cuál es nuestra reacción? Tenemos que pensarlo pero tal como
nos lo presenta en nosotros se ha creado también una ilusión y una
esperanza. ¿Pondremos manos a la obra?
Pues eso es
lo que nos estás diciendo Jesús, que quiere contar con nosotros, que quiere
contar contigo, conmigo, con tantos que están a nuestro lado y que podemos y
tenemos que ser parte importante ese maravilloso proyecto que está anunciando,
el Reino de Dios. Es lo que escuchamos hoy en el evangelio que Jesús hace con
aquellos discípulos más cercanos a El pero que no quiere que simplemente estén
allí y nada más. Los llama, y los llama por su nombre y los envía a comenzar a
realizar ese proyecto del Reino de Dios.
Hoy
escuchamos este evangelio no simplemente quien aprende o constata aquellas
cosas que Jesús hacía con sus discípulos, como si todo fuera un pasado, una
parte de una historia recorrida y que no tiene que ver con nosotros. El
evangelio sí tiene que ver con nosotros, el anuncio de esa Buena Noticia tiene
que ver con nosotros, porque con nosotros Jesús quiere contar, está contando.
Hoy
escuchamos este evangelio en un día que puede pasar desapercibido para muchos
de nuestra sociedad entretenidos en eso de la fiesta del amor y todas esas
cosas que hoy escuchamos y nos bombardean por todos lados en este sociedad
consumista, porque muchas veces más que
enaltecer el amor parece que lo que se están mirando son las ganancias de caja
de muchos interesados que están detrás de estas campañas.
Hoy es un día
importante para los cristianos de Europa porque celebramos a san Cirilo y san
Metodio, patronos de Europa. Dos grandes evangelizados en gran parte de Europa
en su tiempo, sobre todo en las regiones más orientales de Europa, pero cuya
fiesta tiene mucha importancia para los cristianos de Europa porque es una
llamada a esa re-evangelización de nuestra tierra que tanto se nos ha
descristianizado.
Por eso en la
línea del Evangelio que hoy se nos proclama tenemos que decir que Cristo quiere
contar con nosotros. En nuestras manos tenemos el evangelio, pero una noticia
no es para guardarla en un archivo, sino que una noticia es para comunicarla.
Es lo que tenemos que hacer con el Evangelio, es lo que Cristo está poniendo
nuestras manos, es la llamada que tenemos que sentir en el corazón.
¿O acaso no
nos importa la descristianización de nuestra sociedad? ¿Es que pensamos que el
Evangelio no tiene nada que decir al hombre y a la mujer de hoy, de nuestra
Europa? Nuestra historia, nuestra cultura, nuestro arte, y hasta ahora nuestra
manera de vivir ha estado marcada por la señal del evangelio, por la
cristianización que generaciones anteriores a la nuestra a través de los siglos
se afanaron en realizar. Siempre la luz tiene peligro de apagarse si la azotan
vientos que la ponen en peligro, y es lo que nos puede estar pasando en el
mundo de hoy.
No podemos dejar que se apague esa luz del Evangelio. Nos empapamos de esa luz, pero queremos trasmitir esa luz, queremos contagiar de esa luz, queremos que se mantenga encendida esa luz en nuestro mundo de hoy. La necesitamos frente a tantas tinieblas. En nuestras manos está el seguir encendiendo esa luz. Con nosotros Cristo quiere contar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario