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miércoles, 11 de enero de 2023

En camino para la vida, con la mano tendida para levantar de todo lo que sea muerte, enraizado en el amor del Padre y buscando otros lugares donde llevar ese mensaje de vida

 


En camino para la vida, con la mano tendida para levantar de todo lo que sea muerte, enraizado en el amor del Padre y buscando otros lugares donde llevar ese mensaje de vida

Hebreos 2,14-18; Sal 104; Marcos 1,29-39

En camino para la vida. Ojalá fueran así siempre nuestros caminos; pero los llenamos de muerte tantas veces, o por lo menos, no sanamos; caminamos pero vamos a lo nuestro, caminamos y no terminamos de ver lo que hay alrededor, vamos pensando solo en nosotros mismos, nuestros intereses o preocupaciones, pero podemos perder la sensibilidad de captar lo que realmente pasa en nuestro entorno; o algunas veces, aunque nos quejemos del olor a podrido, del olor a muerte que pudiera haber en nuestro entorno, no hacemos nada por quitarlo. Y nuestro camino tendría que ser para la vida.

Es lo que contemplamos hoy en Jesús en el evangelio. Cuando ahora hemos retomado el tiempo ordinario, hemos comenzado escuchando el principio del evangelio de san Marcos, en estos días entre la semana. Y nos está hablando de esos primeros pasos de Jesús en Galilea anunciando la llegada del Reino de Dios. Y lo vemos en camino. Estuvo el sábado en la sinagoga y cuando salio de allí lo llevaron a casa de Simón y Andrés; va a ser como el centro del que partan los caminos que Jesús ha de ir realizando. Un camino siempre para la vida. Es lo que anuncia, pero es lo que se va realizando con su presencia.


Le dicen que la suegra de Simón está enferma, y allí le vemos tendiendo su mano para levantarla. Tender la mano para levantar y para poner en camino será algo que le veremos hacer repetidamente. Sanar es levantar, sanar es poner en camino, sanar es hacer recuperar la vida, la dignidad, la grandeza de la persona, es mucho más que curar de una enfermedad o de una limitación, es liberar de lo que nos ata, es poner vida en la persona. Ya había curado al hombre poseído por el espíritu inmundo allá en la sinagoga – lo había liberado de aquella posesión del maligno - y ahora tiende su mano de nuevo para sanar. Y aquella mujer se levantó y se puso a servirles.

Serán muchos los que se agolpen a la puerta al caer de la tarde. Era sábado y hasta la caída del sol no estaba permitido hacer muchas cosas por el descanso sabático, por eso será al caer de la tarde, cuando ya ha terminado el sábado, cuando se agolpen a su puerta con enfermos de todo tipo. Y allí está Jesús para la vida. a población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar’.

Pero Jesús quiere seguir estando en camino. Si su mano estaba siempre tendida para levantar, su corazón estaba enraizado en el amor del Padre; por eso se ha levantado de madrugada para irse al descampado a orar. Allí lo encuentran quienes están comenzando ya a ser sus discípulos para decirle que la gente lo anda buscando. Ya buscan a Jesús y se interesan por las cosas de Jesús. Pero El quiere ir más allá. ‘Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido’.

Escuchamos hoy este evangelio quienes nos decimos también sus discípulos. También en El hemos puesto nuestra esperanza; también a El lo buscamos porque queremos llenarnos de su vida; como aquella gente que se agolpaba a la puerta, queremos también tomar esa mano que Jesús nos ofrece para levantarnos, para llenarnos de vida; como aquellos primeros discípulos que ya comienzan a interesarse por las cosas de Jesús nosotros también vamos en su búsqueda y ojalá sepamos llegar a ese lugar de silencio donde también nos encontremos con Jesús; que sepamos estar con El para aprender a enraizar nuestro corazón en el amor del Padre, como lo hacia Jesús. Necesitamos ese lugar descampado, ese lugar de silencio, ese lugar donde nos apartemos un poco de ese ajetreo de las cosas de cada día, para poder llenarnos de Dios.

Entonces aprenderemos también que tenemos que ir a otra parte porque a otros también tenemos que llevar ese mensaje de vida, que sepamos nosotros también ponernos en camino de vida para ir tendiendo la mano. Muchos son los que están esperando, no los defraudemos.

 

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