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martes, 19 de febrero de 2019

Necesitamos nosotros esa buena levadura, ese pan de vida, esa agua viva, ese vino nuevo que bien sabemos que solo en Jesús podemos encontrar


Necesitamos nosotros esa buena levadura, ese pan de vida, esa agua viva, ese vino nuevo que bien sabemos que solo en Jesús podemos encontrar

Génesis 6,5-8; 7,1-5.10; Sal 28;  Marcos 8,14-21

Atravesaban el lago en la barca y en las provisiones se habían descuidado y no llevaban más que un pan. Suele pasar, salimos en alguna ocasión con prisa porque queremos acudir a algún sitio, teníamos que proveernos de muchas cosas que teníamos que llevar y algo se nos quedó atrás. Como solemos decir en ocasiones, lo que más falta hacia eso fue lo que se quedo olvidado en casa.
En la costumbre habitual de la época una de las cosas que no podían faltar a un caminante era llevar suficiente pan en la alforja por las diversas situaciones en que se pudiera encontrar. Recordamos como se habían pasado varios días con Jesús y las provisiones se habían acabado y allá estaban en descampado sin tener que comer y solo lo que aquel muchacho pudo ofrecer de lo que le quedaba aún en la alforja.
Ahora, por las razones que fuera, solo llevaban un pan en la barca y, como dirían en otra ocasión, que era eso para todos los que iban en la barca. Pero es que Jesús les dejó caer una frase que a ellos les costó interpretar y casi lo vieron como un reproche por no llevar suficiente pan, aunque era algo más lo que Jesús quería decirles. ‘Tened cuidado con la levadura de los fariseos y con la de Herodes’.
No era la falta de pan sino la levadura que se utilizara para hacer el pan. Ya sabemos cuáles son las propiedades de la levadura y como es necesaria en la elaboración del pan y cuantas cosas podamos preparar con la harina. Hablar de levadura era hablar de fermentación y era hablar por así decirlo de sabor. La levadura que hace fermentar la masa y hará que esa masa puesta al horno tenga las propiedades del pan. ¿Puede haber una levadura que estropee el pan o que le pueda dar otro sabor? Por ahí quizá iba Jesús con aquella recomendación.
Frente al sentido nuevo de vida que Jesús iba proponiéndoles en el anuncio del Reino de Dios, los fariseos se oponían y con sus reglamentos y con sus normas proponían un sentido distinto de la relación con Dios y de la vida misma. Ya en estas primeras páginas del evangelio de Marcos que vamos escuchando va apareciendo la oposición que los fariseos hacen a Jesús; están al acecho por si Jesús se salta la ley de Moisés en el ayuno o el descanso sabático, critican el que Jesús no les exija a sus discípulos y a los que le siguen aquellas estrictas y escrupulosas normas que habían ido imponiendo ellos en su interpretación de la ley y los profetas, tenían otra visión de lo que había de ser la función del Mesías esperado.
Con sus maneras de presentarse los puros y los cumplidores trataban de influenciar al pueblo, aunque en su falsedad e hipocresía eran más bien como les diría Jesús sepulcros blanqueados por fuera pero llenos de podredumbre por dentro por sus malas intenciones y deseos. Eran una levadura distinta del sentido nuevo de libertad y de amor que Jesús les enseñaba. Por eso Jesús les dirá que se anden con cuidado con la levadura de los fariseos no fueran ellos a verse también influenciados por esa religiosidad tan farisaica.
Necesitaban conservar la buena levadura que Jesús iba ofreciéndoles; necesitaban que nunca les faltara el verdadero pan que les alimentara y les diera vida, ya en algún momento les hablara de ese pan de vida que Jesús les ofrece y que es él mismo. Necesitaban que nunca se les apague la verdadera luz que ha de iluminar sus vidas y las alcuzas han de estar siempre llenas del aceite que las mantenga encendidas. Necesitaban el agua viva que calma para siempre la sed para que no busquemos nunca agua en pozos agrietados y resecos, sino que siempre tengamos esa agua viva que nos da vida, esa agua viva que se va a convertir en vino nuevo que nos llena el corazón de la alegría de la fe.
He venido diciendo necesitaban en referencia a lo que Jesús les ofrecía a los discípulos, pero más bien tendríamos decir que necesitamos nosotros esa buena levadura, ese pan de vida, esa agua viva, ese vino nuevo y que bien sabemos donde lo vamos a encontrar porque solo es Jesús el que nos lo puede dar.

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