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jueves, 6 de julio de 2017

Busquemos a Jesús queriendo sentir su perdón que renueva nuestra vida y encontremos gracia por luchar por todo lo bueno y con su amor podamos ir al encuentro con los demás

Busquemos a Jesús queriendo sentir su perdón que renueva nuestra vida y encontremos gracia por luchar por todo lo bueno y con su amor podamos ir al encuentro con los demás

Génesis 22, 1-9; Sal 114; Mateo 9,1-8
‘Le presentaron un paralítico, acostado en su camilla’. Jesús había llegado de nuevo a su ciudad y aun no le dejaban ni llegar a casa. El evangelista Mateo sitúa este episodio en plena calle. Le traen un paralítico, en su camilla. Quieren que le cure, que pueda andar.
¿Qué buscan en Jesús? ¿Qué buscamos nosotros? En aquel caso tenemos claro que lo que buscan es la curación, la salud. Corría la noticia por todas partes no solo de que había aparecido un profeta en Galilea que anunciaba el Reino de Dios y cuyas palabras sembraban esperanza en sus corazones, sino como es natural en las gentes que están acosadas por todo tipo de sufrimientos que aquel profeta hacia muchos milagros y curaba a los enfermos, dando vista a los ciegos, limpiando de su lepra a los leprosos, curando a los paralíticos, expulsando los demonios de los endemoniados. Le traen a Jesús aquel paralítico para que lo cure.
Pero nos preguntábamos también qué buscamos nosotros en Jesús, qué buscamos en la religión, en nuestra relación con Dios. Cada uno allá en su interior sabe lo que busca y no es cuestión de hacer juicios. Pero cada uno de nosotros sabemos cuando nuestra oración es más fervorosa en nuestras peticiones. Puede ser clave para darnos cuenta de qué es lo primordial para nosotros en nuestra relación con Dios. ¿Los problemas que nos van apareciendo en la vida? ¿Nuestro dolor y sufrimiento en las enfermedades o limitaciones físicas que podamos tener? Seguramente no nos quedamos ahí y tendremos el deseo de ser mejores, o acaso sintamos preocupación por los que están cercanos a nosotros y lleguemos a ver sus sufrimientos y recemos por ellos. Pero ¿nos quedaremos solo en esas cosas? Pudiera sucedernos.
Jesús busca más en el corazón del hombre; quiere ofrecernos mucho más. En su amor por nosotros quiere también alejar de nuestra vida todo sufrimiento y todo lo que pudiera limitarnos en algún sentido. Pero Jesús quiere que seamos conscientes de cual es el mal más profundo que puede haber dentro de nosotros y nos produce peores limitaciones.
Nuestra invalidez no es solo que nuestros miembros no puedan sostenernos y de ellos podamos valernos para realizar las cosas normales de nuestra existencia. Hay muchas otras cosas que nos invalidan desde lo más profundo cuando dejamos meter el mal, el desamor, el odio quizás en nuestro interior. La falta de amor nos inmoviliza mucho más que unas limitaciones físicas de nuestros miembros porque nos hace incapaces de poder ir al encuentro con los demás.
Estamos muy aferrados en multitud de ocasiones a la camilla de nuestro yo, de nuestra insolidaridad, del orgullo y del amor propio, de los recelos y las desconfianzas y vamos poniendo barreras en nuestro entorno, cosas y actitudes que nos distancian de los demás, que crean rupturas en nuestras relaciones y nos sucede incluso con aquellos que pudieran ser mas cercanos como son nuestra propia familia. Cuantas familias rotas cuando nos invalidamos con nuestros orgullos, nuestra insolidaridad, nuestros egoísmos, nuestros pensar solo en nosotros mismos.
Jesús lo primero que le dice a aquel hombre que le traen en su camilla es ‘perdonados son tus pecados’. Los que le rodean no lo entienden. Pero es el mejor regalo que Jesús puede ofrecernos, y El puede en verdad ofrecérnoslo porque para eso ha venido, para derramar su sangre para el perdón de nuestros pecados. El quiere una vida nueva en nosotros que esté inundada de amor. Por eso lo primero que hará es arrancar el pecado de nuestro corazón con su perdón, para que podemos ser en verdad ese hombre nuevo del amor.
Busquemos a Jesús queriendo sentir su perdón que renueva nuestra vida. Busquemos a Jesús para que encontremos gracia por luchar por todo lo bueno. Busquemos a Jesús y con El y su amor vayamos al encuentro con los demás.

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