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jueves, 27 de agosto de 2015

La vida es una responsabilidad que nos lleva a realizarnos desde nuestras propias capacidades y en bien de cuanto nos rodea

La vida es una responsabilidad que nos lleva a realizarnos desde nuestras propias capacidades y en bien de cuanto nos rodea

1Tes. 3, 7-13; Sal 89; Mateo 24, 42-51

La vida es una responsabilidad. No se trata simplemente, como se suele decir, ir echando día para atrás, como si viviéramos solamente de una forma llamaríamos vegetativa en la que nos contentáramos con respirar, comer o simplemente existir. Ya solamente el hecho de existir nos plantea unas responsabilidades, porque tendríamos que cubrir unas necesidades básicas para subsistir, un alimento, un abrigo con el que cubrirnos del frío o del calor, un lugar propio donde habitar; todo eso ya nos estaría planteando responsabilidades.
No me vale decir, es mi vida y hago con ella lo que quiero. Es tu vida, pero vives en un mundo, rodeado de otros seres, de otras personas y tú y el espacio en que vives ya no es solo tuyo, sino que entramos en una relación con los demás y con ese mundo. Y eso entrañaría no solo unos derechos para ti sino también unas obligaciones en relación a esa vida, a ese mundo y entorno en el que vives, y en tu relación con los demás.
Pero vivir no es solo subsistir, es algo más. La vida tiene un sentido y un valor. Y tenemos también una función y responsabilidad en ese mundo en el que vivimos. La vida no ha surgido de la nada, sino que te ha sido dada, y pensamos en quien es capaz de sacarla de la nada, el Creador que te dio la vida, que puso la vida humana en este mundo en el que vivimos. La responsabilidad de la vida adquiere una trascendencia; se trasciende hacia los demás, pero se trasciende en ámbitos eternos cuando nos hace volvernos a nuestro creador. Es la respuesta y la visión del creyente de la que arranca nuestra propia visión como cristianos.
Podríamos seguir ahondando mucho más en este pensamiento si queremos meramente desde un sentido humano y terreno, pero queremos dar un paso más para descubrir el sentido de Cristo en ese nuestro vivir, que seguramente nos llevaría a más largas reflexiones de las que en unas líneas podemos aquí y ahora reflejar.
Recordemos algunas parábolas de Jesús como la de los talentos, y pensemos en nuestra vida como ese talento que Dios ha puesto en nuestras manos. Ya en la primera página de la Biblia tras la creación Dios pone en manos del hombre toda aquel mundo que había salido de sus manos; y al hombre da un poder y una responsabilidad, porque ha de continuar con esa obra creadora de Dios con esos mismos dones que Dios le ha dado. ‘Creced, multiplicaos, llenad la tierra…’ le dice Dios al ser humano.
Luego podríamos pensar en la misión que Jesús nos confía de construir el Reino de Dios, para lo que nos manda por el mundo para anunciarlo y construirlo. Y hoy nos dirá en el evangelio que estemos atentos, preparados y vigilantes porque volverá el Señor. Es una referencia a los últimos tiempos, pero puede ser también una referencia al final de nuestra vida terrena, tras la cual hemos de presentarnos ante el Creador para rendir cuentas de esa vida que Dios había puesto en nuestras manos. Esa vigilancia, esa atención que hemos de prestar nos está hablando de esa responsabilidad de nuestra vida en esa trascendencia profunda que también queremos darle. Nos trascendemos no solo hacia los demás - lo que ya es muy importante -, sino que nuestra vida se trasciende hacia Dios con sones de eternidad.
Muchas cosas ahora podríamos preguntarnos sobre la responsabilidad con que vivimos nuestra vida; no tiene sentido en el ser humano una vida ociosa que se convertiría en una vida sin sentido. Una responsabilidad de desarrollar la propia vida en si mismo, en esos valores, esas cualidades, esas capacidades de las que estamos dotados, lo que llamamos una realización de nosotros mismos; pero una responsabilidad de cara a los demás y a esa sociedad en la que vivimos donde vamos realizándonos cuando ponemos lo que somos y valemos en bien de los demás y de ese mundo en el que vivimos.  Y podríamos hablar también de nuestra responsabilidad con la naturaleza en ese entorno del mundo en el que vivimos, pero es un tema más amplio.

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