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lunes, 24 de agosto de 2015

No con reserva sino con profunda reflexión abramos nuestro corazón al mensaje de vida y salvación que llega a nuestra vida

No con reserva sino con profunda reflexión abramos nuestro corazón al mensaje de vida y salvación que llega a nuestra vida

Apocalipsis 21,9b-14; Sal 144; Juan 1,45-51
Alguna vez quizá nos vimos forzados a una situación en la que en principio no queríamos vernos involucrados, pero por no querer contradecir a un amigo al final aceptamos; en esos primeros momentos nos ponemos en una actitud como de reserva a ver por donde van las cosas o cómo se resuelven, poniéndonos como en distancia ante las personas con las que nos encontramos o el momento que necesariamente tenemos que vivir. Quizá luego las cosas cambias, hubo algo que nos llamó la atención e hizo que nuestra  actitud y postura fuera otra totalmente distinta.
Algo así es como yo veo a Natanael en aquel su primer encuentro con Jesús. Felipe le había forzado a ir a conocerle, pero en él estaban sus reservas, siendo además como era de Caná, un pueblo vecino a Nazaret y que en esas rivalidades pueblerinas quizá no se llevaban muy bien. ‘¿De Nazaret puede salir algo bueno?’, había sido la réplica que había hecho ante su invitación, pero al final dejándose llevar por la insistencia de Felipe y de su amistad se había ido a ver a aquel profeta que le anunciaban de Nazaret.
Pronto las cosas cambiaron ante la acogida y la alabanza de Jesús, diciéndole además que lo conocía desde alguna situación que solo Natanael conocía y termina haciendo una hermosa confesión de fe en Jesús. ‘Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel’, había exclamado.
La liturgia nos presenta este texto del evangelio cuando estamos hoy celebrando la fiesta del apóstol san Bartolomé, haciendo coincidir en una misma persona a Bartolomé y a Natanael. Es la fiesta de uno de los apóstoles, aquellos que fueron escogidos por Jesús con una muy especial intención, pues iban a ser como las columnas sobre la que se iba a edificar la Iglesia que Jesús constituía. Hoy el texto del Apocalipsis que hemos escuchado nos hablaba de la Iglesia. ‘La muralla tenía doce basamentos que llevaban doce nombres: los nombres de los apóstoles del Cordero’.
Aquellos discípulos que por distintos caminos se habían ido congregando en torno a Jesús - hoy estamos viendo esa manera particular de llegarle noticia de Jesús a Natanael a través de su amigo Felipe - fueron luego escogidos y llamados por su hombre por Jesús para constituirlos sus enviados, sus apóstoles, que con la fuerza del Espíritu habían de llegar a los confines del mundo anunciando el Evangelio. Las tradiciones nos hablan de cómo Bartolomé anunciaría el evangelio por todo oriente medio llegando incluso hasta la India. Nos hablarán también de su martirio, con el que se convirtió en especial testigo - mártir - de Cristo derramando su sangre por el Evangelio que predicaba.
En muchos aspectos podríamos concretar el mensaje que recibimos en esta fiesta. Seamos como Felipe portavoces del conocimiento de Jesús, llevando su anuncio a quienes estén a nuestro lado, aunque no lo entiendan o en los que podamos encontrar rechazo. Rechazo y reserva encontró en Natanael y le vemos luego hacer una hermosa confesión de fe en Jesús tras su encuentro con El.
Pero también pensemos cómo de tantas maneras puede llegar el anuncio del evangelio a nuestra vida. Siempre estamos necesitados de ser evangelizados. Que nuestra actitud no sea la de la reserva o ponernos a la distancia como si ese anuncio no fuera con nosotros. Tengamos apertura de corazón para escuchar la voz del Señor que de tantas maneras llega a nuestra vida. No con reserva, pero sí con profunda reflexión acojamos el mensaje que nos llena de vida.

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