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lunes, 20 de abril de 2015

Descubrir los caminos de Dios, estar atentos a esas señales que nos pone para que encontremos ese verdadero camino

Descubrir los caminos de Dios, estar atentos a esas señales que nos pone para que encontremos ese verdadero camino

Hechos, 6, 8-15; Sal 118; Juan 6,22-29
‘Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús’. ¿Por qué buscaban a Jesús? ¿Por qué buscamos a Jesús? Es en lo que Jesús quiere hacerlos reflexionar. Nosotros también tenemos que pensárnoslo.
Nos preocupa lo más inmediato, lo que nos está sucediendo ahora o lo que tememos que de inmediato nos pueda suceder por la situación en que nos encontremos, por lo que intuimos que puede pasar, por los temores que llevamos en el alma. Es normal y humano, podríamos decir. Pero bien sabemos que a la vida tenemos que darle hondura, a la vida tenemos que darle un sentido más profundo, que tendríamos que buscar lo que nos diera mayor plenitud y que quizá eso inmediato que nos suceda pueda ser un signo, pueda ser una señal o una prueba de lo que verdaderamente tendríamos que buscar. Eso en los problemas de cada día, eso en aquellas opciones fundamentales que tenemos que hacer de cara a nuestro futuro, a lo que es buscar la verdadera felicidad.
Os lo aseguro, me buscáis, no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros’. El signo estaba en el mismo pan que habían comido, pero no habían visto el signo, sino que se habían quedado en satisfacer aquella necesidad primera que era comer. El pan multiplicado milagrosamente era el signo, pero solo se habían quedado en el pan. Por eso les dirá Jesús que busquen lo que les de una satisfacción más honda que saciar el estomago en un momento determinado aunque eso sea también importante, que busquen lo que les pueda dar una mayor plenitud.
‘Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre’. ¿Por qué buscamos a Jesús? ¿En verdad deseamos esa vida eterna? Pero es que tenemos que creer en Jesús, creer que en verdad en El podemos alcanzar esa plenitud de vida eterna; que en El podemos encontrar la felicidad verdadera y que dure para siempre. Ese es el trabajo que Dios quiere les dice Jesús; ‘la obra que Dios quiere es ésta: que creáis en el que él ha enviado’.
Buscamos a Jesús, buscamos a Dios no porque nos vaya a resolver ese problema que tenemos tan inmediato. Sí, es cierto, Dios nos ayuda y acudimos a El desde nuestros problemas, nuestras necesidades. El nos enseña a que le pidamos y le pidamos con confianza. En el padrenuestro pedimos el pan nuestro de cada día, pero nos ha enseñado a pedir algo más. Buscar su Reino, buscar su voluntad, vivir apartados del mal, luchar contra todo lo malo sabiendo que El está con nosotros en esa lucha.
Eso inmediato que nos sucede y donde podemos ver también como El nos atiende y nos ayuda tendrá que ser un signo para descubrir algo más, algo mucho más hondo que en Jesús nos dará plenitud y verdadera felicidad para nuestra vida. No nos quedemos en lo que nos sucede, o que nos dé el pan de cada día, sino veamos el signo, como nos está enseñando hoy en el evangelio.
Descubrir los caminos de Dios, estar atentos a esas señales que pone en nuestra vida para que encontremos ese verdadero camino. Aunque algunas veces dudemos o incluso nos pueda resultar dura esa búsqueda vayamos tras Jesús para encontrar esa plenitud total para nuestra vida, lo que es la voluntad de Dios para nosotros.

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