Constancia y perseverancia en medio de las luchas y dificultades porque somos hombres de fe
Hebreos, 10, 32-39; Sal. 36; Mc. 4, 26-34
‘Os hace falta
constancia para cumplir la voluntad de Dios y alcanzar la promesa… somos
hombres de fe para salvar el alma’.
Son las recomendaciones que hace el autor de la carta a los Hebreos a los
cristianos de su tiempo. ¿Nos hará también a nosotros hoy? ¿No lo
necesitaremos?
Recuerda los momentos difíciles del principio - ‘soportasteis múltiples combates y
sufrimientos’, les dice - y les recuerda también aquellos otros momentos
hermosos en que se sintieron solidarios con los que sufrían. ‘Compartisteis el sufrimiento de los
encarcelados, aceptasteis con alegría que os confiscaran los bienes, sabiendo
que teníais bienes mejores, y permanentes’.
Ahora es necesario mantenerse fuertes, porque la
fortaleza la tenemos siempre en el Señor. al que trata de ser fiel no le
faltarán dificultades, bien desde quienes están en contra que siempre tratarán
de atraernos al mal, lo cual se convierte en un combate fuerte, bien desde
nuestras propias debilidades donde sufrimos la tentación de múltiples maneras.
Pero el Señor nos dice hoy ‘no renunciéis
a vuestra valentía que tendrá una gran recompensa’.
Y es que en esos momentos difíciles tenemos que sacar a
flote nuestra fe; no podemos dejar que se nos apague la fe; ‘somos hombres de fe para salvar el alma’,
nos dice. Es la lucha de la vida de cada día; es la lucha y el trabajo que
realizamos por el evangelio, por el Reino de Dios. Es nuestra tarea que no
siempre es fácil y que se ve envuelta en muchas dificultades que nos ponen a
prueba.
Muchas veces quizá no se ve el fruto de la tarea que
realizamos; son momentos quizá de silencio o de oscuridad. La semilla para que
pueda germinar ha de desaparecer, por así decirlo, porque ha de ser enterrada y
allá en el silencio de la tierra, como nos dice la parábola del evangelio,
aunque parezca que está perdida, sin embargo está realizando el proceso de la
germinación para que surja esa nueva planta, esa nueva vida. Quizá haya muchos
momentos en nuestra vida así, de silencio, de ocultamiento, de pasar incluso
desapercibidos, pero tenemos la esperanza del fruto que un día el Señor hará
surgir.
Es bueno recordar lo que hoy nos está diciendo la carta
a los Hebreos y esas palabras con las que hemos comenzado esta breve reflexión.
‘Os hace falta constancia…’ Que no
nos falte nunca esa constancia manteniéndonos firmes en nuestra fe, porque
nuestro apoyo lo tenemos en el Señor.
Como rezábamos hoy con el salmista ‘el Señor es quien salva a los justos, él es su alcázar en el peligro;
el Señor los protege y los libra, los libra de los malvados y los salva, porque
se acogen a El’.
‘Un poquito de tiempo
todavía y el que viene llegará sin retraso; y mi justo vivirá de la fe…’ Palabras de consuelo y de
esperanza; palabras que nos fortalecen en nuestro espíritu.
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