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viernes, 30 de enero de 2015

Constancia y perseverancia en medio de las luchas y dificultades porque somos hombres de fe

Constancia y perseverancia en medio de las luchas y dificultades porque somos hombres de fe

Hebreos, 10, 32-39; Sal. 36; Mc. 4, 26-34
‘Os hace falta constancia para cumplir la voluntad de Dios y alcanzar la promesa… somos hombres de fe para salvar el alma’. Son las recomendaciones que hace el autor de la carta a los Hebreos a los cristianos de su tiempo. ¿Nos hará también a nosotros hoy? ¿No lo necesitaremos?
Recuerda los momentos difíciles del principio - ‘soportasteis múltiples combates y sufrimientos’, les dice - y les recuerda también aquellos otros momentos hermosos en que se sintieron solidarios con los que sufrían. ‘Compartisteis el sufrimiento de los encarcelados, aceptasteis con alegría que os confiscaran los bienes, sabiendo que teníais bienes mejores, y permanentes’.
Ahora es necesario mantenerse fuertes, porque la fortaleza la tenemos siempre en el Señor. al que trata de ser fiel no le faltarán dificultades, bien desde quienes están en contra que siempre tratarán de atraernos al mal, lo cual se convierte en un combate fuerte, bien desde nuestras propias debilidades donde sufrimos la tentación de múltiples maneras. Pero el Señor nos dice hoy ‘no renunciéis a vuestra valentía que tendrá una gran recompensa’.
Y es que en esos momentos difíciles tenemos que sacar a flote nuestra fe; no podemos dejar que se nos apague la fe; ‘somos hombres de fe para salvar el alma’, nos dice. Es la lucha de la vida de cada día; es la lucha y el trabajo que realizamos por el evangelio, por el Reino de Dios. Es nuestra tarea que no siempre es fácil y que se ve envuelta en muchas dificultades que nos ponen a prueba.
Muchas veces quizá no se ve el fruto de la tarea que realizamos; son momentos quizá de silencio o de oscuridad. La semilla para que pueda germinar ha de desaparecer, por así decirlo, porque ha de ser enterrada y allá en el silencio de la tierra, como nos dice la parábola del evangelio, aunque parezca que está perdida, sin embargo está realizando el proceso de la germinación para que surja esa nueva planta, esa nueva vida. Quizá haya muchos momentos en nuestra vida así, de silencio, de ocultamiento, de pasar incluso desapercibidos, pero tenemos la esperanza del fruto que un día el Señor hará surgir.
Es bueno recordar lo que hoy nos está diciendo la carta a los Hebreos y esas palabras con las que hemos comenzado esta breve reflexión. ‘Os hace falta constancia…’ Que no nos falte nunca esa constancia manteniéndonos firmes en nuestra fe, porque nuestro apoyo lo tenemos en el Señor.
Como rezábamos hoy con el salmista ‘el Señor es quien salva a los justos, él es su alcázar en el peligro; el Señor los protege y los libra, los libra de los malvados y los salva, porque se acogen a El’.
‘Un poquito de tiempo todavía y el que viene llegará sin retraso; y mi justo vivirá de la fe…’ Palabras de consuelo y de esperanza; palabras que nos fortalecen en nuestro espíritu.


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