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miércoles, 12 de abril de 2017

Seamos conscientes del misterio grande que vamos a celebrar sintiendo esa presencia maravillosa del Señor en nosotros tal como El quiere llegar a nuestra vida

Seamos conscientes del misterio grande que vamos a celebrar sintiendo esa presencia maravillosa del Señor en nosotros tal como El quiere llegar a nuestra vida

Isaías 50,4-9ª; Sal 68; Mateo 26, 14-25
‘¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?... Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua…’ Es la pregunta que también nos hacemos en este miércoles santo, vísperas ya de comenzar a celebrar el triduo pascual.
‘¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?’ ¿Cómo tenemos que prepararnos para la celebración de la Pascua? Una pregunta importante para hacernos y para que actuemos no dejándonos arrastrar por el ambiente que nos rodea. ¿Dónde vas a ir en Semana Santa? ¿Qué vas a hacer en Semana Santa? Es una pregunta socorrida que hemos escuchado a muchos en estos días; incluso en los medios de comunicación, en las redes sociales tan en boga hoy son comentarios, anuncios, publicidad que se repite. Pase una buena semana santa en… y nos dan oportunidad de muchas cosas, de muchos lugares a visitar, de muchas cosas en las que podemos pasar unas vacaciones. Ojala se sepa encontrar también en medio de esas jornadas de descanso tiempo para una reflexión mas profunda sobre la vida.
Respetamos el pensamiento y el actuar de muchos, de la sociedad en la que estamos inmersos y esa es la realidad. Pero también en un ambiente religioso y eclesial se nos pueden ofrecer muchas posibilidades. Y nos hablan de semanas santas famosas, de interés turístico incluso a nivel nacional o internacional. Y se nos ofrecen imágenes de todo tipo desde un ámbito religioso y costumbrista. Es una tradición que no se puede perder, es una frase que también escuchamos y quizás nos podemos quedar en eso, una tradición.
Dios puede llegar y llega a muchos corazones también a través de esos medios y signos externos, pero es cierto que tendríamos que estar muy atentos a ese paso de Dios por nuestras vidas a través quizás de esas imágenes que tendrían que ser una verdadera catequesis, un verdadero kerigma como anuncio de una verdad de salvación. No siempre, sin embargo, sintonizamos debidamente y nos quedamos en lo externo y a la larga se nos puede quedar en algo superficial, como una semilla caída sobre un terreno duro y repisado o sobre abrojos o zarzales que impiden que pueda dar verdadero fruto.
Por eso la pregunta sigue estando presente. ‘¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?’ ¿Cómo tenemos que prepararnos para la celebración de la Pascua? también en nuestros templos en estos días hay un ajetreo tremendo de preparación de cosas para que todo salga bien, para que todo este en su punto, para que las celebraciones sean hermosas, para que nuestro monumento al Santísimo en el Jueves Santo sea el mas hermoso. ¿Son solo esos los preparativos que hemos de hacer? Porque entretenidos en todas esas cosas puede pasar el Señor por nuestro lado y no nos demos cuenta, se nos pase desapercibido y al final no haya pascua en nosotros.
Es ahí, pues, donde hemos de detenernos. Los preparativos no se nos pueden quedar en cosas externas. Todo eso nos ha de ayudar, pero es algo más profundo en lo que hemos de detenernos. Es ahí en el fondo del corazón donde hemos de preparar el lugar para la cena de Pascua, es nuestro corazón el que hemos de preparar.
Seamos conscientes del misterio grande que vamos a celebrar. Pensemos en ello. Sintamos esa presencia maravillosa del Señor en nosotros, en nuestro corazón, en tantas cosas o personas a través de las cuales quiere llegar a nuestra vida. Es importante que llegue el Señor a nuestra vida para que nos purifique, para que nos revitalice, para que haga surgir con toda fuerza de nuevo el amor en nosotros, para que aprendamos a caminar sus caminos, para que sepamos también abrirnos mejor a los demás. Así habrá verdadera pascua en nosotros.

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