Ascendamos con el Señor al cielo mirando a la tierra y realizando la ascensión en nosotros y en ese mundo al que somos enviados
Hechos, 1, 1-11; Sal. 46; Efesios 1, 17-23; Marcos 16, 15-20
‘Dicho esto, lo vieron
levantarse hasta que una nube se lo quitó de la vista... miraban fijos al
cielo, viéndole irse, y se les presentaron dos hombres vestidos de blanco…’ Así con toda sencillez, pero si
observamos bien con palabras cargadas de sentido apocalíptico, nos narra Lucas
el misterio de la Ascensión que hoy estamos celebrando.
‘Miraban con los ojos
fijos al cielo viéndolo irse’
nos narra el autor sagrado; pero en el mismo momento ‘se les presentaron aquellos dos hombres vestidos de blanco’ que
les hacen mirar hacia la tierra, poner los ojos bien en la tierra que pisan
porque es el mundo que también hemos de hacer ascender, hacer participar del
misterio de la Ascensión. ‘Galileos, ¿qué
hacéis ahí plantados mirando al cielo?’
Si lo unimos al relato que nos hace Marcos, al que hoy
hemos escuchado en el final de su evangelio, nos daremos cuenta plenamente de
su sentido. Mirar al suelo, si, mirar la tierra que pisamos, mirar el mundo en
el que vivimos, mirar a los hombres nuestros hermanos que nos rodean porque a
ellos tenemos que ir a hacer un anuncio también de Ascensión. ‘Id al mundo entero y proclamad el Evangelio
a toda la creación’. A ese mundo, a esa tierra, a esa sociedad, a esos
hombres tenemos que anunciarles la Buena Noticia, una Buena Noticia de
Salvación,
La Ascensión del Señor que hoy estamos celebrando es la
culminación de la Pascua. Es el Señor. Dios lo ha glorificado resucitándolo de
entre los muertos. ‘Subió al cielo y está
sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso’, confesamos en el Credo.
Es algo fundamental de nuestra fe y algo que se ha de manifestar en lo que es
nuestra vida cristiana. Una vida de Ascensión, para nosotros y para nuestro
mundo.
Por eso en la Ascensión recibimos una misión. ‘Id al mundo entero y proclamad el Evangelio
a toda la creación’. ¿Cómo hemos de hacer ese anuncio? ¿Cómo vamos a
realizar nuestra propia Ascensión y la Ascensión de nuestro mundo? Porque
recibir y anunciar esa Buena Noticia de Salvación es para que vivamos esa
salvación, esa gracia del Señor.
Jesús nos da unos signos. Unas señales en las que nos
quedamos muchas veces en la literalidad de las palabras buscando milagros que
no son precisamente los que el Señor quiere realizar en nuestra vida. ‘A los que crean, les acompañaran estos
signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán
serpientes en sus manos, y si beben un veneno mortal, no les hará daño.
Impondrán las manos a los enfermos y quedarán sanos’. Y a continuación nos
dice el evangelista que ‘Ellos fueron y
proclamaron el Evangelio por todas partes, y el Señor actuaba con ellos y confirmaba
la Palabra con los signos que los acompañaban’. ¿Qué significarán esas
palabras de Jesús? Reflexionemos.
¿Qué es realmente lo viene a realizar Jesús en nosotros
y en nuestro mundo con su salvación? La salvación viene a arrancarnos del mal
no dejando que nada ni nadie sea señor de nuestra vida. Con la salvación de
Jesús se viene a vencer el mal y al espíritu del mal. Nos ofrece el Señor su
perdón, pero eso significa cómo arranca de nosotros el mal, el pecado. ‘Echarán demonios en mi nombre’, en el
nombre del Señor tenemos la victoria sobre el mal porque Jesús viene a traernos
el perdón para nuestros pecados. Es lo que tenemos que hacer, en nosotros y en
los demás. Es la Buena Noticia para nosotros y la Buena Noticia que tenemos que
anunciar.
A un mundo roto y dividido nosotros anunciamos caminos
de amor y de comunión. En la medida en que vamos logrando esa comunión entre
todos porque nos amemos más, porque sepamos aceptarnos, porque desterremos los
odios y las envidias, porque rompamos las cadenas de la insolidaridad creando
la espiral del amor, estaremos levantando a nuestro mundo, estaremos poniéndolo
en caminos de ascensión.
Nada ha de separarnos. La confusión de las lenguas en
Babel fue la señal de esa ruptura de la comunión de la humanidad; el ser capaces
de entendernos porque hablemos el lenguaje donde todos nos entendamos - hablarán lenguas nuevas - es el signo de
la nueva comunión que ha de haber entre nosotros.
El espíritu del maligno, la tentación del mal estará acechándonos
por todas partes. Cuanta injusticia,
cuanta mentira, cuanta corrupción nos rodea y nos tienta por todas partes. Pero
si estamos vigilantes para no dejarnos emponzoñar por ese mal que envenena
nuestros corazones estaremos dando señal de que con Cristo podemos vencer la
tentación, superar ese mal, hacer un mundo más justo y mejor. Como nos dice
Jesús ‘y si beben un veneno mortal, no
les hará daño’. Con Jesús tenemos la mejor medicina que es su gracia para
que el mal no corrompa nuestros corazones. Es un camino de ascensión para
nosotros y para nuestro mundo.
Sí, tenemos que ir logrando esa ascensión para nuestro
mundo, ese mundo que nos rodea lleno de dolor y de sufrimientos de todo tipo.
Ahí tenemos que ser bálsamo que alivie, medicina que cure a tantos corazones
doloridos, pero también a tantos cuerpos atormentados por el dolor. Misioneros
de la compasión y de la misericordia tenemos que ser en medio de nuestro mundo
lleno de dolor. Allí donde pongamos consuelo con nuestra palabra, nuestra
presencia, nuestra sonrisa, nuestra mano tendida estaremos haciendo ascensión.
Es la tarea que nos confía el Señor.
‘Impondrán las manos a los enfermos y quedarán sanos’, que nos decía el
Señor.
Celebramos la Ascensión; ascendamos con el Señor al
cielo, pero miremos a la tierra y vayamos realizando esa ascensión en nuestros
hermanos, ese mundo al que somos enviados. Es la gran fiesta de la Ascensión
que tenemos que celebrar. Es la gran fiesta de la Ascensión que tenemos que
anunciar. ¡Cuánto tenemos que hacer! No nos quedamos plantados mirando al
cielo. Miramos, sí, al cielo, pero caminamos con los pies en la tierra haciendo
ascensión para nuestro mundo.
¿Notará el mundo que nos rodea ese anuncio del
evangelio acompañado por esos signos que nos permite realizar el Señor?
¿Estaremos siendo en verdad signos de Ascensión?
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