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martes, 14 de abril de 2009

Jesús nos llama por nuestro nombre

Hechos, 2, 36-41
Sal. 32
Jn. 20, 11-18

Necesitamos oír la Palabra de Jesús que nos llama por nuestro nombre. Como María Magdalena hoy en el evangelio.
La Palabra que escuchamos no puede quedarse en una palabra fría y ritual, ni en una palabra teórica, sino que tiene que ser siempre una palabra viva que llegue a nuestra vida. En sí misma eso es siempre la Palabra que el Señor nos dirige; por eso es tan importante la actitud con que nosotros la acogemos, los oídos, podríamos decir, con que la escuchemos. No vamos a ella como quien simplemente va a aprender cosas, ni podemos ponernos en la distancia con una cierta actitud de reserva ante lo que nos vayamos a encontrar, ni como quien ya se la sabe y la conoce y nada nuevo nos va a decir.
Tenemos que sentirla como una Palabra que el Señor nos dirige en nuestra vida concreta personal y comunitariamente recibida. Se dirige a cada uno personalmente en su vida pero también es la Palabra que Dios dice al pueblo creyente. Algunos, cuando se sienten interpelados por la Palabra, porque quizá el comentario o reflexión del sacerdote no toca de manera directa, piensan ‘eso lo está diciendo por mí’. Pero es que siempre tendríamos que decir eso mismo ‘el Señor lo dice por mí’.
Lo vemos hoy en María Magdalena en el texto proclamado en el Evangelio. Allí está llorosa, llena de dudas y desconsuelos, buscando dónde está el cuerpo de Jesús. Eso la ha confundido de manera que no llega en principio a reconocer la presencia de Jesús, confundiéndolo con el encargado del huerto. Pero, cuando escucha su nombre en labios de Jesús, lo reconoce. ‘María’, le dice Jesús. ‘Rabboni (Maestro)’ exclama ella tirándose a su pies.
La veremos ir luego gozosa a contar a los discípulos su encuentro con Jesús. ‘He visto al Señor y me ha dicho esto’, les cuenta. Si vida cambia al escuchar esa Palabra directa de Jesús que llega a su corazón. Lo que decíamos al principio: necesitamos oír la Palabra de Jesús que nos llama por nuestro nombre.
Lo mismo es lo que sucede en lo que hemos escuchado en los Hechos de los Apóstoles. El texto es continuación literal del escuchado ayer, porque vamos a seguir haciendo una lectura continuada a través de todo el tiempo pascual. Pedro les ha hablado de Jesús: ‘Escuchadme, israelitas: os hablo de Jesús Nazareno, el hombre que Dios acreditó ante vosotros…’ Y hoy le hemos escuchado concluir. ‘Todo Israel esté cierto de que el mismo Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y Mesías’.
Fue una palabra que llegó a lo hondo de aquellos que le escuchaban. ‘Estas palabras les traspasaron el corazón y preguntaron a Pedro y a los demás discípulos: ¿Qué tenemos que hacer hermanos?’ Y ya conocemos la respuesta de Pedro: ‘convertíos y bautizaos todos en nombre de Jesucristo, para que se os perdonen los pecados, y recibiréis el Espíritu Santo…’
Convertirse, creer en Jesús. Aceptar que Jesús es el Mesías de Dios, el Hijo de Dios que se ha entregado a la muerte para salvarnos, que es el Señor que vive y está en medio de nosotros.
Convertirnos, creer en El y unirnos a El. Por eso, recibir el Bautismo, que es esa participación en el misterio de Cristo que nos une a El, que es participar en su muerte y su resurrección.
Es la Palabra viva que llega a nuestro corazón y nos da vida. Nos da vida porque nos hace partícipes de la vida de Dios. Nos une a Jesús. Una Palabra que se dirige a cada uno y nos llama por nuestro nombre, porque para nosotros, para mi, es esa salvación que Jesús nos ha ganado. Escuchémosle.

3 comentarios:

  1. jesus nos llama a cada uno de nosotros cuando estamos en catequesis en casa jugando estemos en donde estemos

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  2. ¡Hola¡ me llamo María y tengo 16 años me ha gustado mucho esta reflexión sobre como Jesús nos llama de distintas maneras en la vida.No todos estamos llamados a ser lo mismo, algunos son sacerdotes, otros músicos, ingenieros y otros como en mi caso a ser catequistas..jaja pero todo cristiano que se precie de serlo debe tener en cuenta que la Palabra de Dios siempre va a estar ahí ya seamos una cosa u otra.
    Me reitero , me ha encantado, de hecho este viernes voy a hacer un comentario sobre este texto con mis chicos de catequesis.
    Me pasaré más a menudo por este blog,
    ¡un saludo!

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  3. Gracias, Maria,por tu comentario, y doy gracias a Dios que te haya servido para tu vida y te pueda valer también para ayudar a otros. Es lo que queremos con este servicio de la semilla de cada día.

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