Hechos, 13, 46-49
Sal. 116
Lc. 10, 1-9
‘El Señor me ha enviado a anunciar la Buena Noticia a los pobres y a los cautivos la libertad’. Es la antífona de la aclamación del aleluya antes del Evangelio en la fiesta de este día. Un texto tomado de la profecía de Isaías que Jesús proclamó al principio de su vida pública en Nazaret.
Al mismo tiempo hemos repetido como responsorio del salmo: ‘Id al mundo entero y proclamad el Evangelio’. Jesús ha sido enviado por el Padre para la proclamación de la Buena Noticia a los pobres y ahora Jesús nos envío por todo el mundo para seguir haciendo ese mismo anuncio de salvación. Recordaríamos lo que en otro lugar del Evangelio Jesús nos dice: ‘Como el Padre me ha enviado, así os envío yo’.
Precisamente en el texto del evangelio hoy proclamado Jesús ‘designó otros setenta y dos, y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir El’. Había escogido a los Doce Apóstoles. Ahora designa otros setenta y dos entre los discípulos y también los envía a hacer el anuncio del Reino de Dios. ‘Decid: está cerca de vosotros el Reino de Dios’. Es el anuncio del Reino de Dios llevando la paz y llevando el amor. ‘Cuando entréis en una casa decid primero: Paz a esta casa….comed lo que os pongan y curad a los enfermos que haya…’
Van con la misma misión de Jesús. Y van realizando la misma obra de Jesús. ‘No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias, y no os detengáis a saludar a nadie por el camino’. Han de anunciar el evangelio a los pobres y pobres han de ir ellos también. Como Jesús. Nació pobre en un establo de Belén. Pobre como vivió. Cuando uno dice que quiere seguirle adonde quiera que vaya Jesús le dice: ‘Las aves del cielo tienen nido, las zorras madriguera, pero el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar su cabeza’.
No le conocemos a Jesús una casa donde vivir. Una vez iniciada su vida pública a lo más podemos pensar que la casa de Pedro en Cafarnaún sería su alojamiento cuando estaba en Galilea, de resto los caminos y los lugares por donde iba. En Jerusalén sabemos que en alguna ocasión fue a casa de sus amigos de Betania, a la casa de Marta, María y Lázaro, pero probablemente si Judas sabía que encontraría a Jesús en Getsemaní, sería porque al pie del monte de los Olivos no sólo sería su lugar escogido para orar, sino también para pasar la noche en aquellas ocasiones.
Ahora sus discípulos han de ir con esa misma pobreza a hacer el anuncio del Evangelio. Sin nada en el bolsillo, sin medios humanos, porque sólo en la Providencia de Dios habían de confiar. Cuanto tendríamos que aprender para que seamos en verdad una Iglesia pobre que sólo se confía en el Señor. Algunas veces parecería que no somos capaces de hacer el anuncio del evangelio si no disponemos de recursos y apoyos humanos. Es cierto que utilizaremos los medios humanos a nuestro alcance, pero de algo tenemos que estar seguros y es que ahí no está la fuerza del Evangelio.
Hay un detalle. Nos dice: ‘No os detengáis a saludar a nadie por el camino’. Pudiera parecer un contrasentido si lo que se ha de llevar es el mensaje de la paz, el no saludar a nadie. Pero tiene su significado. Los orientales son muy dados a los largos e interminables saludos, con un lenguaje muy lleno de imágenes y hasta poético deseando los mas hermosos parabienes para todos. Ahí se les iba el tiempo. Jesús no quiere que se entretengan por el camino sino que vayan a hacer el anuncio del Reino de Dios. No nos podemos quedar en lo innecesario o lo superfluo sino ir a lo verdaderamente importante.
Se nos está describiendo aquí lo que es la misión de la Iglesia y lo que es la acción de los pastores dentro de la Iglesia. Cómo entonces una comunidad cristiana ha de comprender y de apoyar y ayudar dicha acción. Siempre ha de estar al lado de sus pastores. Y para eso algo importante es la oración. Oración para que haya pastores santos y entregados. Oración por las vocaciones sacerdotales o a la vida religiosa. Jesús nos lo ha dicho también hoy: ‘La mies es mucho y los operarios son pocos: rogad, pues, al dueño de la mies que mande operarios a su mies’.
En nuestra diócesis dentro de nuestro plan pastoral este año es el de la acción especial con la juventud y por las vocaciones. Así diversas iniciativas que se están llevando a cabo en distintos lugares para la oración y la promoción de las vocaciones. Nos queda rezar pues, para que ‘el dueño de la mies mande operarios a su mies’.
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