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martes, 28 de diciembre de 2021

Despierta y levántate para descubrir quienes son los santos inocentes de hoy ante los que no podemos quedarnos insensibles cerrando los oídos a sus gritos

 


Despierta y levántate para descubrir quienes son los santos inocentes de hoy ante los que no podemos quedarnos insensibles cerrando los oídos a sus gritos

Juan 1, 5 – 2, 2; Sal 123; Mateo 2, 13-18

Hay ocasiones en que aunque nos vaya mal preferimos seguir como estamos antes que el esfuerzo de despertar y levantarnos para tratar de encontrar un camino mejor. Muchas veces vamos de pasivos en la vida, nos da pereza tener que esforzarnos para cambiar y fácilmente caemos en una rutina que nos adormece. Solo los que son capaces de mirar alto distinto y con mayor altura, solo los capaces de esforzarse por levantarse y cambiar podrán lograr algo. Y en muchas cosas de la vida nos pasa; tratamos de hacer nuestros arreglos, nuestros apaños, pero no ponemos toda la voluntad que necesitamos para tratar de ver algo distinto. En cierto modo necesitamos ser soñadores, porque aunque sea en sueños podemos vislumbrar que las cosas pueden ser distintas, que se pueden hacer de otra manera, y seremos capaces de levantarnos para ponernos en camino.

En este día en que la liturgia conmemora a los santos inocentes de Belén, que por otra parte popularmente tratamos de llenar de humor con nuestras inocentadas, a pesar del drama que significa lo que conmemoramos, necesitamos adentrarnos un poco más en el evangelio, que como siempre quiere abrirnos nuevos caminos.

El texto ha partido del episodio de los magos de Oriente que porque fueron capaces de levantar la mirada a lo alto descubrieron una nueva estrella que les iba a conducir a Belén. Fue un levantar la mirada a lo alto y escuchar una voz en su interior que los hacía ponerse en camino porque lo que estaban contemplando tenía un significado hondo aunque ellos quizá en principio no fueran capaces de ver todo su alcance. Pero habían levantado la mirada a lo alto para soñar con algo nuevo y distinto.

Pero el episodio se centrará luego en el sueño de José que le hace levantarse también y marchar con el Niño y su madre a Egipto. ¿Eran sueños? Era algo más que sueños que puedan llenarnos de pesadillas en la noche. En el sueño vislumbraba algo distinto y era capaz de escuchar la voz de Dios que en un ángel se le manifestaba. Alguien podría hablar de supersticiones y fantochadas, pero hay unos hechos que se cumplieron y la vida del Niño pudo salvarse aunque fuera tras un arduo camino de huida a Egipto. José era un hombre creyente y estaba dispuesto a escuchar la voz de Dios aunque llegara a él a través de sueños.

Mucho nos están enseñando estos episodios. ‘Levántate…’ le decía la voz del ángel a José, como un día una voz semejante había hecho levantarse a aquellos magos de Oriente para ponerse en camino.

‘Levántate…’ podemos estar sintiendo que se nos dice también, levántate y sueña con algo distinto, levántate y sé capaz de descubrir nuevos caminos, levántate y descubre el mundo de sombras que puede haber a tu alrededor, levántate y mira la crueldad del sufrimiento de muchos en tu entorno… no podemos quedarnos adormecidos, no podemos quedarnos insensibles ante las violencias de nuestro mundo que sufren niños, que sufren mayores, que sufren las mujeres, no podemos cruzarnos de brazos ante tantas soledades de personas mayores o de tantos que no tienen una voz que los defienda, una mano amiga que les ayude a caminar, un corazón ardiente que les llene de nuevo de ilusión y de esperanza.

Son los santos inocentes del mundo de hoy. Tratemos de descubrirlos porque ahí a nuestro lado están. Nosotros no podemos refugiarnos en la huida, nosotros tenemos que ponernos manos a la obra para que las cosas cambien. Escuchamos el llanto y los gritos ¿y vamos a cerrar nuestros oídos?

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