Vistas de página en total

martes, 30 de mayo de 2017

Crezcamos en el conocimiento de Dios, crezcamos en el amor de Jesús, ahondemos en la vida eterna que Jesús nos ofrece, vivamos la vida nueva del Reino

Crezcamos en el conocimiento de Dios, crezcamos en el amor de Jesús, ahondemos en la vida eterna que Jesús nos ofrece, vivamos la vida nueva del Reino

Hechos 20, 17-27; Sal 67; Juan 17, 1-11a
En otro momento del evangelio hemos escuchado: ‘Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único, para que todo el que cree en El tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenarlo, sino para que el mundo se salve por medio de El’.
Ahora nos dice Jesús que ha llegado la hora, la hora de la gloria de Dios que se manifiesta en Jesús porque todo lo que ha realizado no ha sido otra cosa sino la gloria de Dios. Envió Dios al mundo a su Hijo para nuestra salvación, para que podamos alcanzar la vida eterna. Y ¿Qué es esa vida eterna? ‘Esta es la vida eterna, que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo’. Conocer a Dios, reconocer en Jesús el enviado de Dios, el Hijo único de Dios, por quien nos viene la salvación.
Es la obra que ha realizado Jesús. Ha venido hasta nosotros como revelación de Dios porque a Dios nadie le conoció jamás sino el Hijo que ha estado junto al Padre desde toda la eternidad. Y El nos viene a revelar el misterio de Dios, nos viene a dar a conocer el nombre de Dios. ‘He manifestado tu Nombre a los hombres que me diste en medio del mundo’.
Es Jesús el que nos ha enseñado a llamar Padre a Dios. Nos lo revela como Padre, a El se dirige como al Padre, lo vemos a lo largo del todo el evangelio; nos va dando a conocer ese rostro de Dios que es un Padre misericordioso y compasivo, recordemos las parábolas, por ejemplo; nos enseña a que seamos como Dios nuestro Padre es compasivo y misericordioso; y finalmente cuando nos enseña como tenemos que dirigirnos a Dios en nuestra oración nos enseña a llamarlo Padre, ‘cuando oréis decid: Padre nuestro del cielo…’
Cuando conocemos a Dios, como Jesús nos enseña, y comenzamos a reconocer que Jesús es su enviado, el Hijo único que ha venido a darnos la vida eterna, estamos entrando en los caminos de la salvación. Y es que conocer es vivir. No se trata de un conocimiento solo en la cabeza, de ideas que podríamos decir; es algo mucho mas hondo que transforma nuestra vida, que nos hace vivir de una manera nueva y distinta. Es todo el mensaje del evangelio de Jesús que trasplantamos a nuestra vida. ‘Ahora han conocido que todo lo que me diste procede de ti, porque yo les he comunicado las palabras que tú me diste y ellos han recibido’.
Este es el principio de la oración sacerdotal de Jesús. Así llamamos a este final del relato de la cena pascual que nos trasmite el evangelio de Juan en esta despedida de Jesús que termina con esta oración al Padre. Y Jesús ora por los suyos, ‘estos que me diste y que son tuyos’; y Jesús ora por sus discípulos, por nosotros, que estamos en el mundo donde hemos de vivir ese conocimiento de Dios, esa vida eterna, esa salvación de Dios que además nosotros también hemos de trasmitir a los demás. ‘Ya no voy a estar en el mundo, pero ellos están en el mundo, mientras yo voy a ti’, dice Jesús en su oración.
Crezcamos en ese conocimiento de Dios, crezcamos en ese amor de Jesús, ahondemos en esa vida eterna que Jesús nos ofrece, sintamos esa presencia de Jesús con nosotros que estamos en el mundo porque nos da la fuerza de su Espíritu.

No hay comentarios:

Publicar un comentario