La visita de María a su prima Isabel nos enseña a abrir puertas para iniciar nuevos caminos que hacemos juntos creando un mundo nuevo de fraternidad
Sofonías
3, 14-18; Sal.: Is 12, 2-3. 4bcd. 5-6; Lucas 1, 39-56
Visitamos a la familia, vamos al encuentro con los amigos y nos
sentimos a gusto cuando somos bien recibidos en su casa, vamos a visitar a los
enfermos o nos acercamos a aquellos que sabemos que puedan estar pasándolo mal,
pero también buscamos el encuentro en los momentos de fiesta y compartimos nuestra
alegría ya sea desde nuestra buena convivencia o cuando sacamos adelante
nuestros proyectos o los proyectos que puedan ser comunes a nuestra comunidad.
La visita que es algo más que abrir las puertas físicas de nuestra
casa, porque es querer encontrarnos desde lo más profundo ofreciendo algo de
nuestra propia intimidad; es por una parte salir de uno mismo para ir al
encuentro del otro que abre las puertas de su ser para que podamos llegar a él;
cuando abrimos las puertas de nuestra casa estamos abriendo las puertas de
nuestro ser como tendría que ser todo verdadero encuentro.
Estamos traspasando unas fronteras porque eliminamos barreras y todo
aquello que pueda encerrarnos en nosotros mismos. Cuando somos capaces de
traspasar esos limites naturales vamos creando amistad, fraternidad y estamos
poniendo bases de un mundo nuevo y mejor.
Me viene toda esta reflexión a mi mente cuando hoy en la liturgia de
este último día de mayo se nos invita a contemplar y celebrar la visita de
María a su prima Isabel. María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, nos
dice el evangelio. Era la visita a su prima Isabel; era la visita a alguien que
sabia que podía necesitarla, pues el ángel le había dicho que Isabel ya estaba
de seis meses, la mujer que consideraban estéril por su edad; eran los impulsos
del amor que le hacia ir al encuentro con el otro; era un salirse de si misma, partió
de Nazaret en la lejana Galilea, cuando era ella la que podría también estar
necesitando ayuda en su incipiente maternidad.
Cuanto nos enseña este camino que emprende María. El Espíritu del
Señor que la había fecundado para hacer que de ella naciera el Hijo de Dios,
inundaba toda su vida llenándola de amor para estar siempre dispuesta al
servicio, abierta a Dios para ir a donde Dios la llevara.
Siente María que Dios ha transformado su corazón, porque ella se sentía
pequeña y humilde y Dios le estaba pidiendo cosas grandes. Canta María
agradecida a Dios que e ha fijado en su pequeñez, pero es que esta descubriendo
que comienzan cosas nuevas, que va a comenzar un mundo nuevo si en verdad nos
dejamos conducir por el Espíritu de Dios
María es una mujer creyente, merece la alabanza de su prima – ‘dichosa
tu que has creído porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá’ – y por eso
María vislumbra esas cosas grandes que Dios esta comenzando a realizar cuando
se ha fijado en su pequeñez. Vislumbra ella los signos nuevos del reino de Dios
y por eso canta agradecida al Señor. Se manifiesta la misericordia del Señor que ‘hace proezas con su brazo: dispersa a los
soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los
humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide
vacíos’.
Son los signos de un mundo
nuevo, un mundo de misericordia y un mundo de justicia, un mundo que se
transforma y un mundo donde han de aparecer actitudes nuevas de solidaridad y
de justicia. Por eso a este cántico de María lo llamamos también canto de
liberación. Aquella liberación nueva que Jesús anunciara en la sinagoga de
Nazaret con las palabras del profeta. Viene el que está lleno del Espíritu del
Señor para traer la libertad a los oprimidos, para ofrecernos el año de gracia
del Señor.
Decíamos antes cuantos nos
enseña esta visita de María para también ir al encuentro con los demás. Decíamos
que era un salirnos de nosotros mismos para aprender a compartir con el otro
ofreciendo el regalo de la amistad, signo y señal de ese mundo nuevo que
tenemos que aprender a construir. Rompamos barreras, abramos caminos, estemos
siempre dispuestos al servicio para el bien común, ofrezcamos amistad,
aprendamos a ser hermanos que caminamos juntos, estaremos creando un mundo
nuevo y mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario