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lunes, 4 de julio de 2022

Dejémonos tomar de la mano de Jesús para levantarnos de nuestras posturas de muerte y aprender a ofrecer nuestra mano generosa en abrazo de amistad para todos

 


Dejémonos tomar de la mano de Jesús para levantarnos de nuestras posturas de muerte y aprender a ofrecer nuestra mano generosa en abrazo de amistad para todos

Oseas 2, 16. 17b-18. 21-22; Sal 144; Mateo 9, 18-26

Una mano tendida puede tener diversos significados; puede ser la mano que con violencia viene en mi contra para hacerme daño, o puede ser la mano pacífica que viene en sones de paz con su saludo; puede ser la mano desconfiada y que está a la defensiva, ocultando negruras interiores, o puede ser la mano dadivosa en el compartir y en el dar generosamente.

A manera de anécdota puedo decir que mi perrito es muy sensible ante la mano que se le acerca; si viene de un desconocido desconfía y se pone en guardia para la defensa o para el ataque, pero si es una mano que se deja caer pacíficamente la lame como señal de amistad dándole permiso, por decirlo así, para que le acaricie. ¿Desconfiamos nosotros también y nos ponemos a la defensiva ante una mano que se nos acerca? ¿Ofrecemos generosamente nuestra mano como signo de amistad y de paz y como señal de la vida que queremos también compartir?

En el evangelio de hoy aparece repetidamente la señal de la mano. ‘Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, impón tu mano sobre ella y vivirá’, le suplica aquel jefe de los judíos que acude a Jesús desde la desesperación y la angustia de su niña que está en las ultimas. Al final, cuando llegue Jesús a la casa de Jairo, mientras aparta a las plañideras y todos lo que hacían llanto diciendo que la niña no está muerta sino dormida, la tomará de la mano y se la dará a sus padres llena de vida.

Pero en medio aparece otro personaje mientras van de camino. Será una mujer la que tenderá su mano para tocar al menos la orla del manto de Jesús también desde la angustia de su enfermedad que la volvía impura y que con su gesto podía hacer incluso impuro a Jesús, por dejarse tocar por una mujer que sufre de fuertes hemorragias.

Es la mano de la súplica llena de esperanza que se salta todas las barreras porque quiere llegar hasta donde está la vida, donde pueda encontrar la salud y la salvación. ‘Tu fe te ha salvado’, le dice Jesús cuando rebuscando entre la multitud que lo apretujaba quien lo había tocado aquella mujer se atreverá a decir que ha sido ella quien ha tocado el borde de su manto para encontrar la salvación.

Ahí está la mano tendida de Jesús que nos trae vida y salvación, que nos libera de todas las impurezas y ataduras, que nos resucita y nos levanta de todos nuestros sueños oscuros para que podamos tener nueva vida, nos pone en camino de vida y de salvación.

Mucho tendríamos que aprender de este evangelio para el signo de nuestras manos, para el actuar de nuestras manos como señal de lo que hacemos y somos con nuestra vida. muchas veces nuestras manos han marchado ensombrecidas por sueños de muerte y de violencia; muchas veces nuestras manos han sido puños cerrados que no quieren dejar escapar nada de lo que pueden contener; muchas veces nuestras manos se han convertido en barreras que separan y apartan, que aíslan, que ponen a un lado, que discriminan porque no se quien juntar con las de otro color o las de otra raza; muchas veces nuestras manos se ocultan porque encierran negruras impuras de los malos deseos y son muestras de la ambición que todo lo quiere acaparar, llevan escondidas los cuchillos de la traición y de la violencia, no quieren ofrecerse limpias como signos de paz.

Que nuestras manos sean siempre de bendición y de vida, de consuelo para los que sufren y paño que limpie las lágrimas de los que lloran, muestren la cercanía de nuestro corazón y el valor que le damos a todo el que está a nuestro lado o se acerca a nosotros, están siempre abiertas y limpias de toda malicia, y sean cauces generosos de nuestro compartir, se cogerse de la manos de los demás para sentir y expresar la comunión que entre todos queremos construir, y se extiendan ampliamente para acoger a todos en un abrazo de paz.

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