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lunes, 17 de diciembre de 2018

Tenemos que plantearnos que va a significar la navidad que vamos a celebrar en el hoy de mi vida y de mi historia para no desaprovechar este momento de gracia


Tenemos que plantearnos que va a significar la navidad que vamos a celebrar en el hoy de mi vida y de mi historia para no desaprovechar este momento de gracia

Génesis 49,1-2.8-10; Sal 71; Mateo 1,1-17

Somos hijos de nuestra historia, solemos decir. Tenemos unas raíces en la familia en la que hemos nacido que de alguna manera marca nuestra existencia, porque en ella hemos ido abriéndonos a la vida y de ella recibimos valores, principios, educación, vida en una palabra. Pero también marca nuestra existencia el entorno en el que vivimos, la gente con la que convivimos que son como compañeros de camino en nuestro devenir por la vida; amigos, vecinos, compañeros de trabajo, gente con la que convivimos de la que recibimos y también en la que vamos dejando nuestra huella; es ese entorno social en el que se desarrolla nuestra vida.
Pero en ese entorno social está la historia de nuestro pueblo, aquellos aconteceres de la vida que se fueron haciendo historia pero que de alguna manera van trazando o han trazado un camino para nuestra sociedad, para lo que ahora somos, para lo que son nuestras costumbres y también nuestras normas de vida; esa historia que marca el carácter de un pueblo, porque aunque ahora vivimos más abiertos a lo universal porque hoy la comunicación es mas fácil, sin embargo la cercanía de lo que hemos sido como pueblo o como sociedad ha ido dejando también una huella en nosotros.
Por eso habíamos comenzado diciendo que somos hijos de nuestra historia. Cuidamos lo que hemos recibido que se convierten en raíces de nuestra vida pero luego vamos desarrollando nuestras propias ramas y dando nuestros propios frutos que dejaremos a las generaciones que nos siguen en herencia.
Empezamos la última semana de nuestro camino de preparación para la fiesta de la Navidad, del nacimiento de nuestro Salvador. Y hoy el evangelio quiere situarnos a Jesús en lo que es la historia de su pueblo. El evangelista nos presenta la genealogía de Jesús. El Hijo de Dios que se hace hombre, lo  hace en la historia de un pueblo concreto y en el seno de una familia. Es la historia del pueblo de Israel que es la historia de la Salvación de Dios, de la presencia de Dios en medio de los hombres que ahora se va a hacer más visible en el Emmanuel, el Dios con nosotros.
Dios viene a nuestra historia, quiere caminar en nuestra historia, quiere ser en verdad Emmanuel, Dios con nosotros. En la historia, es cierto, miramos al pasado, pero la historia se hace presente en el hoy de nuestro caminar. Y es lo que ahora queremos celebrar en el  nacimiento de Jesús, que vivimos en nuestra historia, que vivimos en el entorno en que vivimos nuestra vida concreta. Ahí, en nosotros, en nuestra vida, en nuestro mundo concreto hoy Dios quiere hacerse presente y es lo que tenemos que prepararnos para vivir.
La navidad no es solo recuerdo, porque nuestras celebraciones tienen que ser el celebrar el hoy de Dios en nuestra vida y en nuestra historia. Por eso un verdadero sentido de la navidad que vivimos y celebramos tiene que llevarnos a preguntarnos en qué se va a manifestar ahora y hoy esa salvación que Jesús nos trae en nuestra vida concreta. Salvación es liberación, salvación es arrancarnos de algo que no consideramos bueno para comenzar a vivir algo nuevo, distinto y mejor. Así pues, ¿en qué se va a manifestar hoy, en este paso de 2018 a 2019 esa salvación de Dios en mi vida y en mi mundo concreto? ¿De qué manera esta navidad va a marcar mi historia y la del mundo en que vivimos?
Tenemos que plantearnos que va a significar la navidad que vamos a celebrar en el hoy de mi vida y de mi historia. No desaprovechemos este momento de gracia.

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