Vistas de página en total

jueves, 18 de diciembre de 2025

En medio de las turbulencias por las que pasamos por la vida hoy se nos anuncia el nacimiento de quien viene como Salvador y nos trae la paz

 


En medio de las turbulencias por las que pasamos por la vida hoy se nos anuncia el nacimiento de quien viene como Salvador y nos trae la paz

Jeremías 23, 5-8; Salmo 71; Mateo 1, 18-24

Algunas veces hay que pasar por momentos oscuros para llegar a saber bien lo que significa la luz; después de la tormenta disfrutaremos mejor de lo que es la tranquilidad y la paz. Podrían parecer afirmaciones contradictorias o difíciles de entender. Pero creo que tenemos la experiencia de que desde los momentos más dificultosos o tormentosos, y ya no me refiero a la meteorología, han podido surgir cosas maravillosas y extraordinarias para la vida.

Me hago de entrada esta reflexión ante los textos de la Palabra de Dios que hoy nos ofrece la liturgia. Por una parte eran difíciles los momentos que vivía el pueblo judío en los tiempos de la cautividad de Babilonia tras los momentos tumultuosos que habían tenido en su historia que le habían llevado a la destrucción de Jerusalén y a la cautividad, y es cuando el profeta anuncia unos tiempos nuevos de liberación con la aparición de un vástago de David que será el monarca que dará la salvación a Judá e Israel; palabras escuchadas con el sentido profético que mantienen la esperanza en un Mesías liberador que Dios les concederá. Lo escuchamos nosotros hoy como referencia a Jesús nuestro Salvador en la próxima celebración de su nacimiento en la Navidad.

Pero si nos fijamos en el evangelio veremos una situación semejante; son grandes las turbulencias que pasan por el espíritu de san José ante el conocimiento del embarazo de María; cosas que le llenan de dudas, cosas que le cuesta comprender, pero José es un creyente de una fe profunda y se deja conducir por Dios; aunque no lo entiende algo le está pidiendo Dios; sabrá discernir en aquellos sueños la voz de Dios que le pide aceptar aquel misterio que se está obrando ante sus ojos; ha de poner el nombre de Jesús a aquel niño que va a nacer, lo que significa aceptar una paternidad aunque él no lo haya engendrado, pero son los caminos de Dios, porque aquel niño llamado Jesús va a ser la salvación para todos los hombres.

Recuerda el evangelista lo anunciado por los profetas, porque siempre de todo hemos de saber hacer una lectura de fe. ‘Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que habla dicho el Señor por medio del profeta: Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Emmanuel, que significa Dios-con-nosotros’.

Es el anuncio que a nosotros también nos llena de esperanza y que dará un sentido luminoso a las próximas celebraciones de la Navidad. No luminoso porque adornemos nuestras casas y nuestras calles con muchas luces de colores. Lo de luminoso es como nosotros hemos de sentirlo en nuestra vida; nuestra vida con sus problemas y sus luchas, son sus turbulencias y sus preocupaciones porque son muchas las cosas que nos quitan la paz o nos pueden llenar de dudas en nuestro interior, muchas penitas quizás llevamos en el alma aunque a veces nos cueste reconocerlas, nuestra vida en la situación en que vive hoy nuestra sociedad donde ponemos esperanzas en cosas pero nos olvidamos de una esperanza llena de trascendencia.

Por eso tenemos que darle un verdadero sentido a nuestra navidad, no quedarnos en lo superficial o las luces de colores con todas esas connotaciones sociales en que hemos envuelto estas celebraciones. Para esas preocupaciones, para esas turbulencias de nuestra vida en Jesús encontramos una esperanza de algo nuevo y distinto, de una paz profunda que podamos vivir en nuestro interior a pesar de todos los pesares; para esas dudas e inquietudes que tenemos en nuestro interior encontraremos una respuesta en quien viene a nosotros como Palabra de Salvación.

Como José tenemos que saber discernir para entre todas esas voces que nos chillan a nuestro alrededor escuchemos serenamente esa Palabra de Dios que nos llena de paz, que nos hace sentir nuevos, que pone una esperanza en nuestra vida y nos abre nuevos caminos. Algunas veces no sabemos ni como son ni lo que vamos a encontrar, pero Dios nos tiene reservado algo; tenemos que aprender a entrar en su sintonía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario