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miércoles, 13 de septiembre de 2023

Dejémonos envolver por la generosidad del espíritu, por la apertura del corazón en que tengan cabida los que pasan por nuestro lado con esas mismas situaciones difíciles de la vida

 


Dejémonos envolver por la generosidad del espíritu, por la apertura del corazón en que tengan cabida los que pasan por nuestro lado con esas mismas situaciones difíciles de la vida

Colosenses 3, 1-11; Sal 144; Lucas 6, 20-26

Todos queremos ser dichosos. ¿Quién no quiere ser feliz? Y soñamos, y nos llenamos de ambiciones y deseos, y buscamos cosas o buscamos caminos cuanto más fáciles sean mejor, pero parece que no llegamos a realizar nuestros sueños, a alcanzar esas ambiciones y deseos, y no sé si al final nos sentiremos mejor o nos sentiremos peor.

Pero quizá tendríamos que pensar en cómo queremos ser dichosos, cuales son nuestros sueños y nuestras aspiraciones; porque ya estamos diciendo que buscamos cosas o buscamos caminos fáciles.  Tendríamos, pues, que pensar en qué ponemos esos deseos de ser dichosos. Porque nos miramos y nos vemos con tantas carencias y limitaciones y podríamos pensar si acaso así podríamos alcanzar esa dicha que deseamos. Porque, claro, cuando pensamos en cosas, estamos pensando en posesiones y desde nuestra pobreza quizás pensamos que nada podremos alcanzar y que entonces no podremos ser felices. Vemos nuestras limitaciones y nos sentimos incapaces de alcanzar algo bueno. Idealizamos mucho nuestros sueños y pronto esos sueños volarán o se difuminarán, quedando el humo del recuerdo de los sueños pero también la insatisfacción dentro del corazón.  ¿Qué hacemos entonces? 

¿Qué pensaría aquella gente aquella mañana en las llanuras de Galilea cuando Jesús al bajar del monte se pone a hablarles como siempre y lo primero que dice que los pobres serían dichosos porque de ellos era el Reino de los cielos? ¿Pasarían por su cabeza todos aquellos sueños que llevaban dentro de sí, pero también la frustración de no ver realizados sus sueños? ¿Cómo podía decirles ahora Jesús que los pobres serán dichosos si siguen permaneciendo en su pobreza porque a la vista no tienen caminos que les puedan sacar de aquella pobreza?

Pero jesús les está diciendo que serían dichosos porque para ellos es el Reino de los cielos; y lo mismo les dice a los que sufren y a los que lloran, a los que son perseguidos porque buscan el bien y la justicia y desean lo mejor para el mundo en el que viven, y para todos aquellos que se ven envueltos en tantos sufrimientos y limitaciones. ¿Cómo entender las palabras de Jesús?

Podrían sentir desconcierto porque les era difícil entender lo que jesús les quería decir; pero podrían también comenzar a renacer las esperanzas en sus corazones porque parece que lo que jesús quería decirles es que tuvieran esperanza y confiaran en su palabra, aunque ahora de entrada les cueste entenderlo. Porque Jesús mantiene su palabra, y les dirá que los ricos y los que se sienten satisfechos y parece que la vida siempre les es fácil no serán dichosos.

Sí, es un grito, un anuncio, una invitación a la esperanza. Desde que había comenzado a predicar venía anunciando que llegaba el Reino de Dios y que había que darle una vuelta al corazón para creer esa buena noticia que se les estaba anunciando y para que en verdad el Reino de Dios se hiciera presente entre ellos. Y ahora les anuncia ese Reino de Dios a los pobres,  a los que lloran y a los que sufren, y a los que son perseguidos y a todos los que sienten inquietud en el corazón. 

No lo van a entender y por supuesto no lo podrán vivir aquellos que se sienten satisfechos en sus riquezas y los que en la vida parece que todo les va bien siempre. Aunque parecen satisfechos los que mucho tienen cada día querrán tener más y todo se convertirá en una carrera que nunca tiene bien porque siempre queremos más. Lo pueden entender los que viviendo en sus carencias y en su pobreza sin embargo van a saber ser felices en lo pequeño, ser felices en lo que son en su misma vida, ser felices porque desde la propia realidad de sus carencias y sentirse necesitados quizás de los demás, sin embargo sabrán tener un corazón comprensivo y misericordioso con los demás, con los que los rodean.

Jesus les está diciendo que algo nuevo comienza para ellos, pero que sin embargo todo va a depender en cierto modo de las actitudes que tengan en su corazón. No es porque sean pobres o porque sufran, es por la buena actitud que tienen en el corazón porque lo que se van a sentir verdaderamente dichosos y felices. es la apertura a la vida que siempre ha de reinar en nuestros corazones, que significa también actitudes nuevas hacia los demás. 

¿Llegaremos a entender lo que Jesús nos está anunciando y proponiendo? ¿Tendremos deseos de verdad de vivir esos valores nuevos que se nos ofrecen con el Reino de Dios?  ¿Iremos por la búsqueda de cosas o estaremos dispuestos a dejarnos envolver por esa generosidad del espíritu, por ese corazón abierto en el que tengan cabida cuantos vamos encontrando por el camino, por esa misericordia y comprensión para, incluso con nuestra pobreza o con nuestros sufrimientos, saber estar al lado de los que pasan también por esas situaciones difíciles de la vida?


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