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miércoles, 12 de octubre de 2022

Esta fiesta del Pilar es el regalo que desde nuestra fe queremos hacer a toda la humanidad, ese pilar de María que es anuncio de Evangelio

 


Esta fiesta del Pilar es el regalo que desde nuestra fe queremos hacer a toda la humanidad, ese pilar de María que es anuncio de Evangelio

1Crónicas 15, 3-4. 15-16; 16, 1-2; Sal 26; Lucas 11, 27-28

‘Me felicitarán todas las generaciones, porque el poderoso ha hecho obras grandes en mi’, había proclamado proféticamente María en el cántico en la visita a su prima Isabel en la montaña. Ya Isabel la había llamado dichosa por su fe, porque había creído y todo lo anunciado para ella tendría su realización.

Hoy contemplamos ya en el evangelio que será una mujer anónima la que entre la multitud proclame en un cántico de alabanza a la que es la madre del Señor. ‘Dichosos los pechos que te amamantaron y el vientre que te llevó’, proclamaría aquella mujer dando comienzo a ese cántico ininterrumpido de alabanzas a María que se prolongaría por todas las generaciones y a través de todos los tiempos.

Hoy estamos celebrando una de esas fiestas a María que tiene tradición de siglos y nos manifiesta también tradiciones milenarias que nos hablan de la presencia de Maria en la evangelización de nuestra tierra. Será algo que de una forma o de otra se repetirá a lo largo de la historia. Hoy las tradiciones nos hablan de esa presencia milagrosa de María junto al apóstol Santiago en los momentos de la primera evangelización de nuestra tierra.

No es necesario que queramos reducirlo a hechos históricos, sino que hemos de saber contemplar la historia de una tradición, pero que es la historia del amor del pueblo cristiano a María y de la presencia que siempre María ha tenido haciéndose presente en la vida y en la historia de la Iglesia y que nos ha servido de ariete y de estímulo en la tarea de la evangelización.

Las tradiciones de tantos lugares que nos hablan de una presencia milagrosa de la Virgen en el encuentro con su sagrada imagen de ello nos están hablando, siendo de alguna manera siempre María la primera misionera que de formas extraordinarias y milagrosas se hace presente en esos caminos de evangelización. Esas apariciones de la Virgen, como el pueblo cristiano en su sencillez quiere expresarlo, no viene a ser otra cosa que un signo de esa tarea de evangelización, de anuncio del Evangelio.

Y María, la que estuvo presente en aquella iglesia naciente, en el cenáculo, en la espera de la venida del Espíritu Santo, así se manifiesta, así está presente en la Iglesia, así nos ayuda en esa tarea de la evangelización. Muchas veces esa imagen de la Virgen sigue siendo el único eslabón entre la religiosidad del pueblo llano y sencillo con el Señor nuestro Dios. Por María siempre podremos ir hasta Jesús, porque María siempre nos señalará el camino de Jesús, el camino del Evangelio cuando a nosotros nos diga también que hagamos lo que El nos dice.

Hoy celebramos a la Virgen del Pilar, tan enraizada en la devoción del pueblo cristiano español y posteriormente de aquellas naciones y países, sobre todo de América, donde España tuvo la misión especial de llevar el Evangelio. La Virgen del Pilar, cuya imagen vemos sobre un pilar, sobre un pedestal bien anclado en la tierra, y de ahí su nombre, viene a ser así ese pilar que nos ayuda a mantenernos firmes y fortalecidos en la fe.

Pilar bien anclado en nuestra tierra como lo es esa devoción a María, pero bien anclado sobre todo en el evangelio de Jesús que nos pretende mostrar. Llega así ese torrente de vida y de gracia a través de María, significada de esa manera en ese pilar, para alimentar nuestra fe, para fortalecernos en nuestra fe, para no dejarnos vencen por tantos embates contra nuestra fe que hoy, como en todos los tiempos, estamos recibiendo.

Necesitamos esa fortaleza de nuestra fe para seguirla proclamando con valentía en medio de nuestro mundo. Con María del Pilar así nos sentimos fortalecidos; nos arracimamos en torno a su pilar para mantenernos unidos; salimos al mundo con ese estandarte de ese pilar de María que siempre veremos coronado de la Cruz de Cristo. Como en algún momento de la historia se reveló, con ese signo vencerás.

Hoy nosotros, en esta fiesta del Pilar, nos unimos a todas esas generaciones que a través de la historia han cantado alabanzas en honor de María, seguiremos proclamándola dichosa y bienaventurada porque reconocemos la obras grandes que en ella realizó el Señor y por ella sigue realizando para toda la humanidad. Es el regalo que con nuestra fe queremos hacer también a toda la humanidad, ese pilar de María que es anuncio de Evangelio.

 

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