Dedicación
de la Basílica de santa María la Mayor y celebración de la Virgen de las Nieves
nos recuerdan la presencia de la Madre que nos protege y camina a nuestro lado
Seguramente ya nos hemos acostumbrado y
casi ya no es noticia que publiquen los informativos a que el Papa Francisco
cada vez que va a realizar un viaje apostólico o regresa de él, o cuando va a
haber un acontecimiento de especial significado, acuda a la Basílica de Santa
María, la Mayor, para postrarse ante un Icono de la Virgen que se venera en
dicho lugar con la advocación de Salus populi romani (Salud del pueblo romano).
Hago referencia a ello porque de alguna
manera así se ha conocido un poco más esta Basílica Mayor de Roma, que es el
gran y primer templo dedicado a María en toda la cristiandad. La tradición y la
historia nos hablan del Papa Liberio como promotor de esta basílica cuya
situación en el Monte Esquilino (una de las siete colinas de Roma) se debió a
unos sueños en los que se le señalaba que el lugar que apareciera cubierto de
nieve en la mañana siguiente era el designado para la edificación de este
templo en honor de la Virgen. Lo curioso o milagroso, como queramos verlo, es
que se trata del cinco de agosto que en Roma habitualmente se sufren fuertes y
agobiantes calores, pero que apareció cubierto de nieve como hemos dicho.
Este es el origen de esta basílica que
posteriormente ha sido engrandecida y enriquecida con toda la belleza del arte
para contemplar hoy toda su grandiosidad. Es una de las cuatro basílicas
llamadas mayores o papales como queramos decir junto con la catedral de san
Juan de Letrán, san Pablo extramuros y san Pedro del Vaticano. El palacio apostólico
edificado junto a la basílica fue incluso en algunos momentos de la historia
residencia de los Papas. Hoy precisamente celebramos la Dedicación o
consagración de esta basílica romana.
Quizás por ese hecho extraordinario y
que pudiera parecer incluso anecdótico de la aparición de la nieve para señalar
el emplazamiento de esa futura Basílica
ha surgido la advocación de Nuestra Señora de las Nieves, que se celebra
en muchos lugares precisamente en este día 5 de agosto. En nuestras islas son
varios los templos dedicados a la Virgen con esta advocación pero es de
destacar de manera especial la Isla de la Palma que la tiene como patrona y la
celebra con gran devoción.
Allí a pocos kilómetros de la capital de la Isla, camino del monte se levanta este Santuario Insular dedicado a su patrona la Virgen de las Nieves. Ya a los pocos años de la conquista de la Isla el adelantado concedió los terrenos donde había de edificarse este templo en honor de la Virgen de las Nieves, lo que viene a expresar como esta devoción a la Virgen en esta Advocación de las Nieves está presente en nuestras islas, en concreto en la isla de la Palma, desde los albores de la conquista y de la cristianización de las Islas.
He querido dedicar esta página de la
semilla de cada día a estos dos aspectos que hemos mencionado, la Basílica de
santa María la Mayor de Roma y la Virgen de las Nieves que celebramos en este
cinco de agosto queriendo así resaltar ese amor y esa devoción a María que
mantenemos desde lo hondo de nuestro corazón.
María siempre presente en el caminar
del cristiano; María la madre que nos protege y camina a nuestro lado; María a
quien siempre acudimos para sentir ese aliento de la madre en nuestro caminar y
en nuestras luchas. Que ese resplandor de la santidad de María, como el brillo
y el resplandor de la blancura de la nieve, nos envuelva, nos llene de luz, y
haga resaltar así también el amor de nuestros corazones.
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