Santos Arcángeles, Miguel, Rafael y Gabriel que nos hacen sentir esa presencia de Dios en nuestra vida trayéndonos un mensaje de salud y salvación
Daniel 7,9-10.13-14; Sal 137; Juan 1,47-51
Hoy celebramos la fiesta de los santos Arcángeles san Miguel, san Rafael y san Gabriel. Los mayores tenemos este día como si fuera únicamente de san Miguel, porque antes de la reforma del calendario romano después del Concilio Vaticano II, san Rafael se celebraba el 24 de octubre y san Gabriel la víspera de la Anunciación del Señor, el 14 de Marzo.
El Catecismo que estudiamos de niños nos decía que los ángeles son espíritus puros que están en la presencia del Señor alabándole siempre. Hoy precisamente en el evangelio Jesús nos habla de los ángeles que están en la presencia del Señor en el comentario que hace a Natanael que se siente admirado por la presencia de Dios en un momento determinado de su vida y le lleva a aquella hermosa confesión de fe en Jesús. ‘Has de ver cosas mayores, le dice… En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre’.
En la liturgia, recogiendo el sentir del Apocalipsis y de algunos libros del Antiguo Testamento se nos habla de los coros de los Ángeles y de los Arcángeles, los coros celestiales que alaban y cantan la gloria del Señor. Dentro de pocos días celebraremos a los Santos Ángeles Custodios como esos Ángeles que Dios ha puesto a nuestro lado para inspirarnos el camino del bien y preservarnos de todo malo; ya hablaremos de ello.
Hoy celebramos a los Santos Arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel, a quienes vemos en la Biblia con una muy concreta misión, como incluso el significado del mismo nombre indica. Mensajeros de Dios que nos traen la buena noticia o que nos acompañan en el camino de la vida para preservarnos del mal.
En concreto es habitual contemplar en nuestras iglesias o templos la imagen del Arcángel San Miguel en el cuadro de Ánimas del Purgatorio. Es la imagen que quizás los mayores mas recordamos como un intercesor o mediador para después de la purificación del purgatorio conducirnos a la presencia y gloria del Señor. Es por eso por lo que aparece casi siempre con esa imagen de la balanza en sus manos, signo de la justicia de Dios. Es el arcángel del que nos habla la Biblia algo así como capitán de las milicias y ejércitos celestiales – aunque la imagen aparezca un tanto guerrera – frente a la rebelión de Lucifer, el llamado ángel de la luz.
Del Arcángel Rafael conocemos la historia de Tobías, donde él mismo se presenta como un ángel que está en la presencia de Dios y presentando las súplicas y las oraciones de los fieles. Se le verá como compañero de camino del joven Tobías y el que le inspirará tanto para elegir mujer, como para encontrar el remedio que curara la ceguera del anciano Tobías. Es algo así como medicina de Dios en la interpretación de los santos padres de la Iglesia nos han hecho a través de los tiempos.
Y del Arcángel Gabriel nos habla el evangelio, como del ángel que viene de parte de Dios para anunciarle al anciano Zacarías el nacimiento de un hijo y de cuál sería su misión, como luego quien vendrá hasta la doncella de Nazaret para anunciarle que iba a ser la madre del Señor. Mensajero de la Buena Noticia, primer mensajero del Evangelio que viene de parte de Dios para hacer el anuncio a María.
Brevemente hemos hecho una referencia a los tres arcángeles que en este día celebramos pero que viene a ayudarnos a la comprensión del significado de los ángeles en nuestra vida. Como decíamos, espíritus puros que están en la presencia de Dios, enviados y mensajeros de Dios que nos acompañan en el camino de nuestra vida para hacernos sentir la presencia del Señor. Recordemos como en el Antiguo Testamento normalmente cuando se habla de la presencia de Dios junto a los grandes patriarcas, los jueces de Israel e incluso a los profetas, se habla de cómo se manifestó el ángel del Señor que era una forma de hablar de la presencia de Dios.
Esa presencia de Dios que nosotros podemos sentir en nuestra vida cuando sentimos la inspiración para el bien o para alejarnos del mal. El ángel del Señor que nos acompaña, que nos inspira, que nos hace presente la gracia y la fuerza del Señor para liberarnos del mal. Ojalá sepamos dejarnos conducir esa inspiración buena que tantas veces sentimos en nuestro corazón y que casi no nos damos cuenta de donde nos viene, quien nos inspiró aquella cosa buena, quién se puso junto a nosotros como un escudo protector frente a ese mal o peligro que nos acechaba.
Pensemos, sí, en los Ángeles del Señor, en sus santos Arcángeles que hoy celebramos, en su protección que nos hacen presente y nos hacen sentir la presencia de Dios en nuestra vida y como decimos con los salmos delante de los ángeles, juntos con los coros de los ángeles cantemos para el Señor.
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