Cuando Natanael se acercó a Jesús empujado por el ardor de
Felipe aún llevaba en su interior las sombras oscuras de la duda pero que en el
encuentro se disiparon
Apocalipsis 21, 9b-14; Sal 144; Juan 1,
45-51
Las noticias no corren
sino que vuelan; algo así solemos decir porque sabemos cómo las noticias de
aquellos acontecimientos que pasan corren de boca en boca y se van trasmitiendo
de unos a otros. Aunque hoy digamos que tenemos los grandes medios de
comunicación que nos permiten estar al tanto de cuanto sucede al minuto aunque
pase al otro lado del mundo, sin embargo siendo camino eficaz de comunicación
ese boca a boca que vamos trasmitiendo en nuestro encuentro con los demás.
Las noticias no son
noticias, podríamos decir, mientras están estáticas en aquel lugar donde hayan
acaecido los hechos sino que han de entrar en esa dinámica de trasmisión desde
el encuentro, por el medio que sea, de los unos con los otros. En esa
trasmisión cercana surge el comentario que enriquece, aunque también puede
dañar, la noticia, pero es importante el hecho también de que lo realizamos en
ese encuentro que provocamos con los demás. Una dinámica que no podemos dejar
en el olvido en su sentido más profundo desde ese enriquecimiento personal que
vamos teniendo con nuestros encuentros.
Así se trasmitió la
buena noticia del evangelio tal como vemos hoy también en el texto sagrado.
Felipe se había encontrado Jesús quien le había invitado a seguirlo, pero
aquello que fue para él motivo de gozo grande pronto se convirtió en noticia que
había que trasmitir. Por eso tan pronto se encuentra con su amigo ese es el
comentario que trasmite, esa es la buena noticia que lleva al amigo Natanael,
pero que a pesar de las reticencias que pone quien ha recibido la noticia
culminará cuando Felipe termine convenciendo a su amigo de que hay que ir al
encuentro con Jesús. ‘Ven y verás’, le dice cuando después de decirle
que han encontrado a Aquel de quien hablan las Escrituras y que es Jesús de
Nazaret, Natanael con aquellas rivalidades propias de pueblos vecino dirá que
de Nazaret no puede salir nada bueno.
Se van sucediendo los
encuentros y la trasmisión de las noticias que tendrá su culminación cuando
Natanael llegue a los pies de Jesús que alaba y reconoce en él a un israelita
de verdad. Por entremedio ha habido otro encuentro desconocido porque mientras
Natanael estaba debajo de la higuera Jesús le estará viendo y serán ahora en la
comunicación del hecho motivo de la fe que se despierte en Natanael.
Comunicación,
trasmisión de noticias, encuentros que se suceden serán las cosas que nos
tendrán que hacer pensar en esta fiesta del Apóstol san Bartolomé. No podremos
tener noticia de la Buena Nueva de la Salvación si no hay quien nos trasmita
esa noticia; pero la transmisión de esa noticia no podrán ser solamente frías
palabras sino el testimonio y convencimiento de quien antes se ha encontrado
también con esa Buena Nueva de Salvación.
Esto nos tiene que
hacer pensar en esa misión que como cristianos todos tenemos. Todos estamos
llamados a ser mensajeros del evangelio, evangelizadores con nuestras palabras
convincentes porque han de nacer siempre de aquello que hemos convertido en
vida nuestra, y convincentes con el testimonio que hemos de dar de aquello en
lo que creemos y estamos plenamente convencidos.
Pero necesitamos
nosotros haber tenido ese encuentro vivo y profundo con Jesús, a pesar de las
reticencias que llevemos en el corazón o las oscuridades que nos acompañan en
la vida. Cuando Natanael se acercó por primera vez a Jesús empujado por el ardor
de Felipe aun llevaba en su interior las sombras oscuras de la duda que se
vinieron a disipar totalmente en ese encuentro.
Aunque tengamos
sombras en nuestro interior - ¿y quien no las tiene en sus dudas, pero también
en las debilidades que se nos acumulan en la vida? – no temamos dejarnos
convencer para acercarnos a Jesús; dejémonos conducir por esos Ángeles buenos
de quienes nos hablan o nos presentan el testimonio de sus vidas y que nos
plantean interrogantes en nuestro interior; en Cristo nuestro interior se va a
ver iluminado y las sombras comenzarán a disiparse y así podremos llegar a
escuchar hondamente en nosotros esa noticia de la Buena Nueva de la Salvación.
El testimonio de
Natanael, de san Bartolomé, a eso nos está impulsando. También a nosotros se
nos está diciendo ‘Ven y verás’. Como nosotros también tenemos que
decirle al mundo que nos rodea ‘ven y verás’ para llevarlo hasta Jesús y
así se disipen todas las sombras oscuras de la duda y la debilidad.
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