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miércoles, 19 de junio de 2024

Autenticidad, sencillez, interiorización, liberación de ataduras para encontrarnos más con nosotros mismos y con los demás, para encontrarnos más con Dios

 


Autenticidad, sencillez, interiorización, liberación de ataduras para encontrarnos más con nosotros mismos y con los demás, para encontrarnos más con Dios

2 Reyes 2, 1. 6-14; Salmo 30; Mateo 6, 1-6. 16-18

Todavía hay quien va buscando el reconocimiento y el aplauso, quien va buscando, como se suele decir pero como en realidad sucede, la foto. ¿Nos gustan los aplausos? Nos sentimos halagados es cierto y se aviva nuestro orgullo y nuestro amor propio; pero también es cierto que nos sentimos turbados, al menos quienes queremos ir por la vida con humildad y sencillez. Bien sabemos que para todos no es así.

Pero hoy de lo que queremos hablar es de la sencillez y autenticidad con que hemos de ir por la vida, como nos pide Jesús. No es que ocultemos lo bueno que realicemos, porque ya en otro momento dirá que los hombres vean vuestras buenas obras para que den gloria al Padre del cielo. Una cosa es que queramos y busquemos nuestra gloria, y otra que a partir de nuestras buenas obras sean muchos los que reconozcan la obra de Dios y den gloria al Padre del cielo.

Jesús se centra hoy en tres pilares de la religiosidad y de la espiritualidad judía, como son la oración, el ayuno y la limosna. Y cuando nos ofrece sus pautas Jesús para la vivencia por nuestra parte de esa religiosidad está teniendo en cuenta lo que con cierta normalidad se contemplaba en su entorno. Jesús denuncia en muchas ocasiones las actitudes hipócritas y de vanagloria que tenían los fariseos, aquel grupo que se consideraba fiel cumplidor de la ley de Moisés en sus prácticas muy estrictas, pero que sin embargo están envueltos de vanidad y de la búsqueda de la apariencia exterior sin darle verdadera autenticidad a sus vidas.

Es lo que nos pide Jesús. Sencillez y humildad lejos de la vanidad y la apariencia, autenticidad para que aquello que realicemos lo hagamos desde el corazón, verdadera espiritualidad porque lo que se busca es la gloria de Dios viviendo en profundidad nuestro encuentro con El por medio de la oración. Lo bueno que realicemos tiene que surgir de lo más intimo y secreto del corazón.

Por eso nos dirá que no sepa la mano izquierda lo que hace la derecha; por eso nos pide esa interiorización en nuestra oración porque lo que buscamos es el encuentro íntimo y profundo con Dios; por eso nos pide hacer desaparecer esas señales externas que quieran manifestar nuestra penitencia y nuestro sacrificio.

Recordamos cómo alabará la actitud humilde del publicano cuando subió al templo para la oración que humilde se sentía pequeño y pecador ante Dios, frente a quien hacía gala ostentosamente de sus cumplimientos casi como una exigencia con la que se presentaba ante Dios. Vete a tu cuarto interior, nos dice Jesús, que no es tanto escondernos cuando hacer verdadero silencio en torno nuestro para poder escuchar la voz de Dios que es lo que verdaderamente importa. Cuando estamos con nuestras galas de lo que hacemos estaremos como distraídos con esas vanidades y no podremos escuchar la voz de Dios en nuestro corazón.

El ayuno no es tanto lo que le podamos restar de alimento a nuestro estómago cuanto todas aquellas cosas de las que debemos desprendernos para poder tener un corazón libre para amar de verdad según el corazón de Cristo. Ayunemos de orgullos y de vanidades, ayunemos de nuestro amor propio y de nuestros deseos de reconocimientos y recompensas, pero ayunemos también de tantas cosas que nos entretienen y nos distraen que se convierten en ataduras de las que tan difícil nos es liberarnos; pensemos en tantas cosas que tenemos a mano continuamente y estamos utilizando a cada momento, pero que si nos faltaran nos parece que ya no seríamos nadie, que nos parece que no podríamos vivir sin ellas.

Piensa, por ejemplo, en ese aparatito que ahora mismo tienes en tus manos para leer esta reflexión, ¿qué serías sin tu móvil, sin tu tablet, sin esos medios que nos unen a las redes sociales? ¿No habría que hacer ayuno de ellas para entrar más en contacto con los que tienes a tu lado?

Autenticidad, sencillez, interiorización, liberación de ataduras para encontrarnos más con nosotros mismos y con los demás, para encontrarnos más con Dios.

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