Vistas de página en total

1,366,128

sábado, 5 de abril de 2025

Del camino cuaresmal que estamos haciendo tendríamos que salir más fortalecidos, demos pues el paso adelante que se nos está pidiendo en el hoy de nuestro mundo

 


Del camino cuaresmal que estamos haciendo tendríamos que salir más fortalecidos, demos pues el paso adelante que se nos está pidiendo en el hoy de nuestro mundo

Jeremías 11, 18-20; Sal. 7; Juan, 7, 40-53

Cuántas veces andamos de confundidos en la vida. Vemos a alguien y aquella cara nos suena, por nuestra mente pasan como en una película una cantidad grande de situaciones donde podíamos localizar a aquella persona; pensamos en un lugar o en otro, en una situación determinada, pero nos parece que allí no fue, hacemos quizás nuestros comentarios entre los más cercanos a nosotros que quizás andan en la misma confusión pero no damos el paso de acércanos a aquella persona para situarlo mejor, para preguntar porque nos da corte que vaya a decirnos como es que no nos acordamos de él y nos quedamos con nuestras incertidumbres por nuestra indecisión, por nuestra cobardía, porque podrían pensar de nosotros alguna cosa, y no llegamos a saber.

Pero no son solo esas situaciones humanas de nuestras relaciones de unos y otros, que también tienen su importancia porque puede significar un respeto que le debamos a esa persona y a la que en nuestras confusiones al final no tratamos bien; es en cosas más hondas donde andamos en esas confusiones; serán los planteamientos hondos del sentido de la vida, donde andamos de acá para allá, será a la hora de tomar decisiones que puedan ser importantes en nuestras relaciones con los demás; será a la hora de nuestra vivencia de Iglesia en lo que andamos perturbados porque hay cosas que no entendemos, hay cosas que nos dicen, hay influencias que recibimos desde muchos medios que querrán hacernos entrar en la duda y confusión como un camino de apartarnos de esos caminos, será en el camino de nuestra fe donde no terminamos de aclararnos, pero tampoco es que busquemos mucho o acudamos donde podemos encontrar la luz.

Hay muchas cosas que tenemos que ordenar en nuestra vida; llegan momentos en que tenemos que tomar decisiones valientes aunque tengamos que ir a la contra de cómo se camina a nuestro alrededor; tenemos que aclararnos y saber donde estamos, cual es el testimonio que tenemos dar, y buscar la manera de fortalecernos interiormente para afrontar los problemas que nos va presentando la vida.

Hoy escuchamos en el evangelio que alrededor de Jesús hay mucha confusión. confusión sobre su origen y lo que es su misión, confusión porque la gente se ve influida por aquellas corrientes de los que quieren quitarse de en medio a Jesús; unos lo escuchan y se quedan admirados porque como dirán ‘nadie ha hablado con El’, los signos y milagros que realiza llaman la atención, aunque no siempre sabrán leer entre esos renglones de la vida lo que es el actuar de Dios; saben que quieren prenderle e incluso mandan guardias con ese cometido que sin embargo no serán capaces de cumplir las ordenes que les dan, algunos salen a favor de Jesús aunque sea solo de una forma tímida pero sin dar el paso al frente; acaso irán a ver a Jesús de noche, cuando los demás no los vean.

¿No nos sucederá de alguna manera a nosotros también en este mundo tan revuelto de ideas y de cosas que también nos llenan de confusión? Creo que tenemos que tomarnos más en serio nuestra fe y nuestra manera de actuar; el mundo necesita testigos de la verdad y no siempre nosotros sabemos dar ese testimonio. Nuestras rodillas están vacilantes y vamos renqueando demasiado por los caminos de la vida. Tratemos de fortalecernos con el Espíritu del Señor. Es el camino cuaresmal que estamos haciendo del que tendríamos que salir más fortalecidos. ¿Cuándo daremos el paso adelante que se nos está pidiendo en la hora de nuestro mundo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario