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lunes, 17 de marzo de 2025

Seamos capaces de envolvernos y empaparnos de esas nuevas actitudes para que el amor sea en verdad nuestra identidad con todas sus consecuencias

 


Seamos capaces de envolvernos y empaparnos de esas nuevas actitudes para que el amor sea en verdad nuestra identidad con todas sus consecuencias

Daniel 9, 4b-10; Salmo 78; Lucas 6, 36-38

El marco de vida que nos rodea podemos decir, y valga la redundancia de palabras, enmarca el sentido o el valor de nuestra vida; el mundo en medio del cual hemos crecido va a marcar las diferencias de nuestra vida; y cuando digo el mundo, digo principalmente la familia que nos ha educado, que nos ha trasmitido unos valores, que nos ha enseñado a vivir desde lo que en la propia familia se vive va marcando nuestra manera de ser, va trazando esa senda de valores por la que va a transcurrir nuestra vida, nos da nuestra propia idiosincrasia.

Decimos la familia, pero decimos también el ambiente en el desarrollamos nuestra vida, esa sociedad en la que vivimos, ese lugar de nuestros estudios o nuestra formación que no solo académica, los valores de esa sociedad en la que estamos y así mil influencias más que vamos recibiendo y de alguna manera van modelando nuestra vida. Es importante esto para conocernos, es importante para nuestro verdadero crecimiento y maduración, es importante también que nos conozcamos para ver aquello que podemos retocar o podemos mejorar.

Pero vayamos al grano. Nos llamamos cristianos, como cristianos hemos crecido bajo la influencia de una familia donde fuimos educados en esa fe y estilo de vida, podemos hablar de nuestra pertenencia a la Iglesia y de una sociedad que nos rodea que en parte se dice cristiana, fundamentada en principio en los valores del evangelio; en el camino y desarrollo de nuestra fe estamos envueltos también por una serie de experiencias religiosas, que también forman parte de esa cultura cristiana.

Y cuando hemos querido hacer más explícita nuestra fe nos hemos ido alimentando en muchas cosas que se nos han ofrecido para esa vivencia del evangelio y sus valores. Nos decimos además creyentes en un Dios que es Padre y que es amor que con ojos de fe seremos conscientes cómo de mil maneras nos regala. Algo tendría entonces que manifestarse en nuestra vida, en nuestra manera de ser y de actuar, en un estilo y en un sentido de vida.

Ahora estamos haciendo este camino cuaresmal como preparación a la vivencia y celebración de la Pascua y cada día vamos recibiendo el regalo de la Palabra de Dios, de la Palabra de Jesús que desde el evangelio nos va alimentando. Podríamos decir que hoy nos está señalando ese marco en el que tiene que moverse nuestra vida, nuestras relaciones con los demás, la respuesta que tenemos que ir dando.

Se nos están dando los rasgos más características de nuestra identidad cristiana. Y todo partiendo de algo muy fundamental, creemos en Dios que es Padre misericordioso y compasivo que continuamente nos está regalando su amor. Es la fuente de la que bebemos, es lo que tiene no solo que envolver sino empapar totalmente nuestra vida. Es lo que va marcar las diferencias de nuestra vida en relación al mundo que nos rodea, lo que en verdad tiene que identificarnos. El amor, fraterno, generoso y universal, que se hace comprensión y que se hace perdón.

Así nos dice hoy Jesús en el evangelio. ‘Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso’. Y cuando empapamos nuestra vida de esa misericordia de Dios que se hace misericordia en nosotros, no caben los juicios ni las condenas, no cabe otra cosa que la generosidad y el darnos y gastarnos por los demás, no puede haber mejor sentimiento en nuestro corazón que la compasión con las debilidades de los demás, porque nosotros estamos sintiendo esa compasión de Dios con nosotros, el perdón será el mejor sello que una los corazones por muchas que sean las heridas y las rupturas. Y cuando vamos actuando así, nos sentiremos cada vez más llenos de amor porque se volverá sobre nosotros como un torrente inmenso que todo lo inunda de nueva vida.

Muchas pueden ser las influencias que recibamos de un lado y de otro, pero algo tiene que ser primordial en nuestra vida que nos da verdadera identidad. ¿Seremos capaces de envolvernos y empaparnos de esas nuevas actitudes para que el amor sea en verdad nuestra identidad?

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