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sábado, 11 de mayo de 2024

Jesús está desparramando toda la ternura de su corazón con nosotros. ¿Cómo no amarle y querer en verdad seguir su camino?

 


Jesús está desparramando toda la ternura de su corazón con nosotros. ¿Cómo no amarle y querer en verdad seguir su camino?

Hechos de los apóstoles 18, 23-28; Salmo 46; Juan 16, 23b-28

Si vamos a intentar conseguir algo con el aval de alguien que consideramos importante e influyente, justo es que no nos presentemos con esos avales mientras por detrás la hacemos la guerra, o estamos en contra en sus proyectos, por ejemplo, de quien es nuestro avalista. Si vamos con ese respaldo, pero también con la sinceridad y la rectitud de nuestra vida en consonancia con tal persona, seguro que conseguiremos todo lo que deseamos.

Hoy Jesús en el evangelio se pone como avalista nuestro en las peticiones que hagamos a Dios. Incluso insiste en que tengamos la confianza, que vayamos sin miedo, porque siendo sus discípulos el Padre nos va a conceder todo cuanto le pidamos. Incluso nos dice que no será necesario siquiera que El pida por nosotros. Es muy importante lo que nos está diciendo Jesús, es importante que lo tengamos en cuenta, es importante que ganemos esa confianza y seguridad, de que Dios siempre nos escucha. Pero lo tenemos que hacer en nombre de Jesús.

¿Qué significa eso de que lo hagamos en nombre de Jesús? Es fácil decir yo vengo en nombre de… y ponemos por así decirlo por testigo a esa persona de quienes somos y de lo que es nuestra vida. Pero, ¿en verdad estaremos siendo consecuentes con esa representación que nos atribuimos? ‘El que me ama guardará mi palabra’, le hemos escuchado decir a Jesús en estos días. Amar, guardar su palabra. O sea, que no son solo palabras que nosotros digamos, son palabras que nosotros realizamos en nuestra vida, que las palabras de Jesús son en verdad la norma de nuestra vida, el actuar de nuestra vida, nuestra manera de vivir.  De lo contrario parece que estaríamos tirando piedras sobre nuestro propio tejado.

Es importante la rectitud con que vivamos nuestra vida, es importante la congruencia de lo que decimos creer y lo que luego realmente hacemos en nuestra vida. Por eso es importante lo de que guardamos su palabra, que vamos realizando en nosotros lo que es la enseñanza de Jesús, que vamos haciendo vida en nosotros los valores que nos enseña Jesús en el evangelio, que aquello que decimos en el padrenuestro de ‘hagase su voluntad así en la tierra como en el cielo’, es que es lo que nosotros queremos hacer, la voluntad de Dios. Es la forma cómo podemos decir que nosotros amamos a Dios. Y hacer la voluntad de Dios es entrar en toda esa dinámica del amor que nos enseña el evangelio.

Estamos ya en la víspera de la Ascensión, que mañana celebraremos, y vemos ahí el cumplimiento de las palabras de Jesús. ‘Salí del Padre y he venido al mundo, otra vez dejo el mundo y me voy al Padre’. Pero nos ha dejado un grande descubrimiento, que Dios es nuestro Padre, que Dios nos ama. Y si Jesús vuelve al Padre con El nosotros también seremos llevados de vuelta al Padre. Ya nos decía que va a prepararnos sitio porque donde está El quiere que estemos nosotros también. Es hermosa la ternura con que nos está hablando Jesús.  ‘El Padre mismo os quiere, porque vosotros me queréis y creéis que yo salí de Dios’.

¿Queremos algo más? Jesús está desparramando su corazón con nosotros. ¿Cómo no amarle y querer en verdad seguir su camino?

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