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miércoles, 29 de mayo de 2024

No nos podemos inventar nuestros caminos como tantas veces intentamos, no tenemos que hacer otra cosa que seguir las huellas de Jesús porque es el guía de nuestro camino

 


No nos podemos inventar nuestros caminos como tantas veces intentamos, no tenemos que hacer otra cosa que seguir las huellas de Jesús porque es el guía de nuestro camino

1Pedro 1, 18-25; Salmo 147; Marcos 10, 32-45

Cuando hacemos un nuevo camino necesitamos quien vaya delante de nosotros, quien nos guíe para no errar en el camino, para encontrar la verdadera senda; eso nos dará seguridad, eso a pesar de las dificultades del camino hará que no caminemos con miedo, que no nos falte la paz. No podemos hacer el camino por nuestra cuenta, adelantarnos a quien está haciendo de guía, pretender hacer por nosotros mismos nuestras propias sendas abandonando la ruta que nos ha trazado quien de verdad conoce el camino y sabe dónde está la meta o el fin de ese camino. Es cierto que algunos son atrevidos en los caminos de la vida y quieren hacerlo por sí mismos, pero hemos de estar seguros de cuáles son nuestras metas para no trazarnos ni metas ni sendas que no nos llevan a ninguna parte, sino que al contrario nos llenan de confusión.

Jesús va delante de nosotros, como nos dice hoy el evangelio. Nos está hablando de que subían a Jerusalén; era importante aquella subida por los anuncios que ya Jesús les iba haciendo, aunque a ellos les daba miedo y no terminaban de entender. Jesús no se detiene en el camino porque sabe bien a las claras cual es la meta de aquella subida, su Pascua. Por eso les anuncia cuanto va a suceder en Jerusalén, aunque ellos, repito, no terminan de entender.

Tanto es así que no entendían que si en otra ocasión fue Pedro el que trataba de quitarle la idea a Jesús de su cabeza, encontrándose incluso con el rechazo de Jesús, ahora serán los hermanos Zebedeos los que vengan con sus aspiraciones. Motivará el recelo de los demás discípulos, como si ellos fueran a quitarles los puestos, como tantas veces nos sucede en la vida. Andamos tantas veces a la zancadilla, que cuando vemos a alguien que nos parece que no va con buenas intenciones ya andamos con nuestros recelos y desconfianzas. Así andaba el resto de los discípulos hacia los hermanos Zebedeos.

Y es que ellos no pedían cualquier cosa. Estaban adelantándose a pedir primeros puestos. Alguien tendría el poder en sus manos cuando llegara el nuevo reino que anunciaba Jesús, según lo que ellos entendían, por eso era necesario irse garantizando algún lugar de influencia; no en vano ellos eran medio parientes de Jesús. Ya conocemos el episodio y no es necesario entrar en más detalles.

Pero, ¿cuál es el camino que les está ofreciendo Jesús, El que es el guía de aquel camino? Jesús volverá a insistir en el espíritu de servicio y desprendimiento, Jesús seguirá pidiendo la generosidad del corazón para alejarse de todo lo que fueran ambiciones malsanas, Jesús seguirá diciéndonos que es el amor la única vestidura que hemos de tener la preocupación de vestir. Aunque no lo entiendan. El va por delante y su camino es el del amor, su camino es hacia la entrega, la senda que va realizando es el ir a entregar la vida, porque nadie se la arrebata sino que El la entrega libremente.

Y ese tiene que ser nuestro camino. No nos podemos inventar nuestros caminos como tantas veces intentamos;  no podemos andar con componendas ni figuraciones; de nada nos vale la vanidad y la apariencia. Lo importante es lo que seamos capaces de dar de corazón. No tenemos que hacer otra cosa que seguir las huellas de Jesús.

Como hoy nos dice Jesús, ‘Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos’.

¿Seremos capaces al fin de decidirnos a dar el paso de vivir esas actitudes nuevas que Jesús nos está pidiendo? ‘El Hijo del Hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos’. ¿En qué lo vamos a manifestar? ¿Qué seremos capaces de hacer por los demás para que encuentren también ese camino de vida nueva?


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