En el
hoy de nuestra vida y nuestra historia, con sus luces y sombras, hemos de
descubrir la presencia del Dios que hace historia de salvación para nosotros
Génesis 49, 1-2. 8-10; Salmo 71; Mateo 1,
1-17
Todos tenemos nuestra historia. Y si tuviéramos
ahora que comenzar a contar nuestra historia de entrada seguramente nos
quedaríamos con la duda de cómo comenzar, como hacernos el planteamiento de esa
nuestra historia que queremos contar. Mirando hacia atrás podríamos comenzar
contando nuestros orígenes, nuestros antepasados, aquellos que con la historia
de su vida fueron poniendo el fundamento de lo que es nuestra historia. Ahí
donde estamos enraizados, y podemos pensar en personajes como podemos pensar en
lugares, podemos pensar en acontecimientos o como podemos quedarnos en hechos
concretos que casi como anécdotas vienen a redondear la historia que queremos
contar.
¿Sólo ahí, en esas cosas del pasado,
nos vamos a quedar a la hora de contar nuestra historia? No son solo hechos o
personajes lo que queremos recordar, porque nuestra historia está construida a
partir de vivencias, vivencias de nosotros mismos o de quien han ido antes que
nosotros; vivencias que nos van a trasmitir un pensamiento, una manera de
comprender la vida, algo que va a dejar traslucir lo más profundo de nuestro
yo. Es la razón o motivo de nuestra historia, lo que además la va a definir,
donde vamos a encontrar su profundidad, lo que va a ser la base de un futuro
porque esa es una historia inacabada e inacabable, porque la seguimos construyendo,
porque la seguimos escribiendo, porque va a ser la vida que nos defina.
Hoy, en este día en que con intensidad
nos adentramos en la preparación de la próxima navidad, la Iglesia en la
Palabra de Dios que nos ofrece nos habla de esa historia de Jesús. ‘Libro del
origen de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán…’ se nos dice en este
comienzo del evangelio de san Mateo. Se nos presenta el libro de la historia de
Jesús, el Cristo, el hijo de David, el hijo de Abrahán, se nos dice.
No es simplemente la relación de unos
personajes, es algo más lo que se nos quiere presentar. Es hablarnos de una
historia que está enraizada en un pueblo, el pueblo de Israel, por eso se nos
dirá el Hijo de David, el Hijo de Abrahán. Y cuando se nos van desgranando esos
diversos nombres de la historia de Israel se nos está describiendo una historia
de salvación. Es la historia de un pueblo que se siente amado y elegido de
Dios, lo cual nos está describiendo y definiendo el verdadero sentido de la
historia y de la vida de Jesús.
Se nos está describiendo el camino de
Dios que se acerca al hombre y se va haciendo presente en su historia. Pero no
será ya solo el pasado sino que será mirar el presente. Y es entonces la
historia de la presencia de Dios en el hoy de nuestra historia. Como
aparecieron en el relato de Mateo diversos personajes con sus luces y con sus
sombras así Dios quiere seguir haciendo presente en nuestra historia que también
tiene sus luces y sus sombras.
Pero ahí está Dios, ahí se hará
presente Jesús como lo vemos en el evangelio en todas las circunstancias de su
historia pero también de los personajes que irán apareciendo en el entorno de Jesús,
como se quiere seguir haciendo presente en nuestra vida, en lo que somos y
vivimos también con nuestras luces y con nuestras sombras.
Porque es historia de salvación en el
hoy de nuestra vida, donde vamos a sentir ese amor de Dios, su misericordia y
su compasión, en tantas sombras que seguimos viendo en nuestro mundo, en
nuestra historia de hoy; miremos sin miedo el panorama que nos rodea con tantas
cosas que no es necesario ahora volver a relatar aquí pero que sabemos que ahí
están y donde Dios hoy quiere hacerse presente. Por ese hombre y ese mundo
Jesús quiere transformarlo, hacer un hombre nuevo y un mundo nuevo. Y nosotros
tenemos que dejarnos hacer por ese hacer de Dios, para que sea en verdad
historia de salvación para nosotros y nuestro mundo hoy.
¿Será ahí cómo vamos a afrontar estos
últimos pasos del Adviento para llegar a una auténtica navidad donde en el hoy
de nuestra vida y nuestra historia descubramos la presencia del Dios que es
nuestra salvación?
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