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lunes, 5 de agosto de 2024

‘Dadle vosotros de comer’, nos está diciendo Jesús también, aunque no tengamos ni siquiera esos cinco panes y dos peces

 


‘Dadle vosotros de comer’, nos está diciendo Jesús también, aunque no tengamos ni siquiera esos cinco panes y dos peces

Jeremías 28,1-17; Salmo 118; Mateo 14,13-21

Se suele decir que cuidado que el árbol no te impida ver el bosque; claro que no es habitual que peguemos nuestra nariz al tronco o a las ramas del árbol si lo que deseamos es ver el conjunto del bosque en su totalidad. Pero es que algo así nos pasa a veces en la vida, tenemos o nos dan una visión distorsionada de las cosas, de lo que sucede, de manera que no terminamos de ver lo que es la realidad; por mucha objetividad que se busque en fin de cuentas las noticias que nos llegan vienen filtradas por quienes nos las trasmiten, y muchas veces pesa mucho esa manera de pensar, esa ideología incluso, en lo que se nos trasmite. Desde las posturas que tomemos ante lo que sucede, insistiremos o resaltaremos más aquello que nos conviene para nuestra visión, ya sea desde un lado o de otro.

Con la problemática que vivimos en estos momentos de la cantidad de inmigrantes que de forma ilegal llegan a nuestra tierra, a nuestras costas hemos de decir en nuestra tierra canaria, hay el peligro de perder la objetividad. Esto días por las redes sociales me llegaba un video donde se veía lo que parecían ser unos inmigrantes en medio de unas peleas y violencias que todo lo destrozaban; quien me lo enviaba cargaba las tintas en que eso era lo que estaba sucediendo con la invasión, así hablaba, de esos inmigrantes.

Casualmente en estos mismos días en la prensa salía un hermoso artículo que hablaba de los jóvenes inmigrantes a los que se les daba una oportunidad y llegaban incluso a unos estudios superiores, mientras comentaba también un educador lo positivo que había sido la presencia de un grupo de estos muchachos en la clase de un colegio en la que la convivencia entre unos y otros hizo mucho bien y madurar de forma extraordinaria a los que eran de nuestra tierra.

¿Son todos violentos y vienen a quitar oportunidades a los hijos de esta tierra, o es una riqueza cultural y de vida el intercambio que se produce, además del bien que hacemos a quienes les damos esa oportunidad? Cuidado que el árbol no nos deje ver la riqueza completa del bosque.

¿Qué tiene que ver esto con el comentario al evangelio que siempre pretendemos hacer en este blog? Creo que mucho. Hoy volvemos a encontrarnos un episodio con el que repetidas veces nos hemos encontrado en estos días pasados. Jesús ha querido retirarse a un lugar apartado con el grupo de los discípulos, además después de la circunstancias de la muerte de Juan Bautista a manos de Herodes, pero cuando llega a aquel lugar se encuentra con una multitud esperando. Ya hemos comentado todo cuanto sucedió en aquellos momentos.

Pero creo que el evangelio nos está enseñando también a tener una mirada nueva, una mirada distinta hacia toda aquella gente que se ha reunido allí en búsqueda de Jesús. Los discípulos ven una multitud cansada y hambrienta que además no dispone en aquellos lugares donde encontrar alimento. Pero ¿estará Jesús viendo algo más? En episodios paralelos de otros evangelistas Jesús hablara de quienes están desorientados y abandonados como ovejas sin pastor. Y ahora cuando los discípulos le dicen a Jesús que los despida para que se busquen por si mismos donde encontrar comida – era solo la visión que ellos tenían – Jesús les dice sin embargo que no los despedirá, sino que sean ellos los que les den de comer. ‘Dadles vosotros de comer’, les dice.

Aunque pudiera parece que solo esa comida material era lo importante en aquel gesto que va a realizar Jesús algo nuevo tendrá que despertarse en el corazón de todos. Allí solo tenían cinco panes y dos peces, nos dirá el evangelista. Y es lo que Jesús les pide. Quiere contar con esos pocos panes y peces. Unos pocos panes y peces que van a servir para que se alimente toda una multitud; unos pocos panes y peces que seguramente despertaría buenos sentimientos en todos aquellos que se vieron favorecidos por aquella comida. ¿Qué se despierta en nuestro corazón cuando en un momento determinado y cuando menos lo esperábamos nos sentimos ayudados, sentimos que se nos tendía una mano para algo nuevo y distinto?

‘Dadle vosotros de comer’, nos está diciendo Jesús a nosotros también, aunque no tengamos ni siquiera esos cinco panes, aunque sintamos pesar sobre nosotros la pobreza, aunque muchas veces nos sintamos tan incapaces que no sabemos cómo salir adelante, pero siempre hay algo que podemos hacer, siempre habrá una presencia, una mirada, una sonrisa, una palabra amable, una mano tendida, un oído atento para escuchar, un silencio que llena de calor el momento, una mirada nueva por nuestra parte para ver las cosas de otra manera, para descubrir también muchas cosas positivas.

¿Qué nos está pidiendo realmente el mundo que nos rodea? Es cierto que son necesarias grandes soluciones para los problemas que envuelven hoy nuestro mundo, pero es cierto también que muchas están esperando ese gesto sencillo con el que se van a sentir valorados y se sentirán con fuerza para emprender de nuevo el camino.

‘Dadle vosotros de comer’, nos dice Jesús ¿y qué vamos a hacer?


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