sábado, 4 de octubre de 2025

Reconocer lo que Dios va realizando en nosotros aunque nos consideremos pequeños y pecadores y abrir los ojos para ver las maravillas de Dios en los demás

 


Reconocer lo que Dios va realizando en nosotros aunque nos consideremos pequeños y pecadores y abrir los ojos para ver las maravillas de Dios en los demás

Baruc 4, 5-12. 27-29; Salmo 68; Lucas 10, 17-24

Quizás nos encomendaron una tarea que casi nos parecía una misión imposible, no nos creíamos capaces de llevarla a cabo, por la novedad de lo que se nos encomendaba, por lo poco acostumbrados que estábamos a situaciones así, porque quizás nos veíamos pequeños e incapaces de realizarla; pero a la vuelta de esa experiencia nos sentíamos contentos, porque vimos que fuimos capaces, que las cosas salieron mejor de lo que habíamos imaginado, pero es que además a la vuelta quien nos había confiado aquella misión se alegraba con nosotros por el éxito logrado, nos valoraba y felicitaba por lo que habíamos hecho. Seguramente que nos sentiremos llenos de orgullo y satisfechos en nuestro interior, porque la experiencia había sido para nosotros maravillosa.

He querido comenzar mi reflexión de hoy con esta experiencia, y ojalá fuéramos más valientes para emprender tantas cosas que son necesarias aunque las veamos difíciles, pero también ojalá sepamos valorar lo que nos pueda parecer insignificante pero que sin embargo ha llenado de satisfacción a quien lo ha realizado, demasiadas veces nos falta esa visión optimista y esa valoración que hagamos de las cosas sencillas, digo que he querido traer esta experiencia, porque en el texto del evangelio que hoy se nos propone es lo que realmente estamos viendo.

Los discípulos que habían sido enviados a hacer un preanuncio del Reino de Dios allí por donde había de ir luego Jesús, regresan contentos porque han visto como la semilla ha ido prendiendo en aquellos corazones y eran muchos los signos que lo manifestaban. Hablan de curaciones y de expulsión de demonios, pero sabemos que es como un signo de lo que se iba realizando en aquellos corazones.

Pero se encuentran con la acogida de Jesús, la valoración que hace de la obra realizada. ‘Veía a Satanás caer como un rayo del cielo…’ les dice. Pero lo importante es que ‘vuestros nombres están inscritos en el cielo’. Palabras ciertamente de valoración que hace Jesús de lo que han realizado sus discípulos; pero aun más, da gracias al Padre por las maravillas que Jesús ve realizándose a través de los pequeños y de los sencillos.

Es una acción de gracias al Padre, es cierto, que se revela a los pequeños y los sencillos, pero podemos decir también que es una acción de gracias porque en aquellos que se consideraban pequeños, sus discípulos, incapaces quizás de poder hacer ese anuncio del Reino de Dios, se están realizando las obras maravillosas del Señor. ‘El Señor hizo en mi obras grandes’, que diría María, que es también lo que de alguna manera Jesús les está invitando a reconocer a aquellos sus discípulos, a través de ellos también Dios realiza obras grandes.

Nos dice mucho para nuestra vida este texto del evangelio. Reconocer lo que Dios va realizando en nosotros aunque nos consideremos pequeños y pecadores; nos motiva a descubrir esas maravillas de Dios en nosotros, nos motiva a ser humildes pero también agradecidos porque Dios así se manifiesta en nosotros. Pero también nos abre los ojos para ver esas maravillas de Dios en los demás; cuántos signos de la presencia y del actuar de Dios hemos de saber descubrir en los demás; con ellos nosotros nos alegramos, con ellos y por ellos nosotros también damos gracias, de ellos también nosotros aprendemos. Son los signos y señales claras de que el Reino de Dios se está realizando en nosotros, de lo que además tenemos que contagiar a nuestro mundo.

En ese mundo nuestro tan lleno de recelos y de envidias, con tantas desconfianzas y también con tantas descalificaciones a lo que hacen los demás, nosotros tenemos que ser signos de algo nuevo, dar las señales de que vivimos en verdad el sentido del Reino de Dios.  ¿Aprenderemos de una vez por todas a saber valorar a los demás?

No hay comentarios:

Publicar un comentario