martes, 5 de noviembre de 2024

Bienaventurado el que coma en el Reino de Dios… el banquete está preparado… Jesús nos invita esperando nuestra respuesta

 



Bienaventurado el que coma en el Reino de Dios… el banquete está preparado… Jesús nos invita esperando nuestra respuesta

Filipenses 2, 5-11; Salmo 21; Lucas 14, 15-24;

Había una persona que había tenido noticia que un pariente iba a celebrar la boda de su hija, hasta ahora no lo habían invitado aunque él tenía unos grandes deseos de ir a esa boda, a ese banquete; finalmente le llegó la invitación, se preparó como pudo para no quedar mal ante sus parientes y se dispuso a ir a la boda y correspondiente banquete; una gran fiesta y una comida preparado, como se suele decir, por todo lo alto, pero cuando fueron sirviendo las distintas viandas preparadas para el caso nuestro amigo se llevó un chasco; la comida era muy refinada, pero él no estaba acostumbrado a ese estilo y prácticamente casi no comió nada; al final salió protestando porque según él lo que habían servido no valía para nada y él prácticamente se había quedado con las ganas. Eran otros sus gustos y apetencias, aquello fue como un fracaso para las ilusiones que había tenido.

Es un hecho real lo que cuento, de alguien que yo he conocido que me ha venido a la memoria al escuchar hoy el evangelio. Jesús estaba invitado en casa de unos fariseos, y alguien se expresó públicamente qué bueno sería sentarse a la mesa del Reino de Dios. ¿Una referencia a lo que Jesús anunciaba de la inminencia del Reino de Dios? ¿Hasta donde llevarían en verdad esos deseos que ahora manifestaba?

Jesús les viene a decir que muchas pueden las manifestaciones y deseos que se tengan del Reino de Dios, como un banquete al que estamos invitados, pero que nos puede suceder que cuando llegue ese momento nosotros no estemos por la labor de participar en ese banquete. Y para eso les propone una parábola que todos bien conocemos.

El Rey que prepara el banquete de bodas de su hijo para el que tiene muchos invitados y a la hora del banquete manda llamar a los invitados. ‘El banquete está preparado’. Pero otros eran los intereses de aquellos invitados porque todos comenzaron a dar sus disculpas para no asistir. No quería probar bocado de aquel banquete. Tenían otras apetencias u otros gustos. Serían ahora otros los invitados.

¿Qué nos está queriendo decir Jesús? ¿Cuáles son realmente nuestros intereses concretos en relación a lo que Jesús nos ofrece? Muchas veces hasta nos manifestamos muy religiosos; no faltamos a una fiesta como no faltamos a un entierro, nos hemos preocupado muy mucho de bautizar a nuestros hijos, y que no pase mucho tiempo después del nacimiento y lo hemos celebrado también por todo lo alto, nos preocupamos de que nuestros niños hagan la primera comunión y ya haremos todos los esfuerzos para celebrarlo a lo grande, pero ¿llegaremos a pasar de ahí a algo más en nuestra vida para decir que somos cristianos? Bueno, no hay nadie que lo sea más que yo, nos atrevemos a decir, pero veamos realmente por donde anda nuestra vida.

¿Cuáles son en verdad los valores que nosotros tenemos o los valores con los que tratamos de educar a nuestros hijos? ¿Dónde está o hasta donde llega nuestra participación en la vida de la comunidad cristiana? ¿Solo porque venimos a la fiesta y a la procesión o un día vamos a un santuario de nuestra devoción y por eso nos creemos más cristianos que nadie? ¿Llegaremos a tener entre nosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús, como nos decía el apóstol Pablo?

Como aquellos invitados a la boda que prefirieron otras cosas, que se marcharon a sus cosas, o que no les gustaba lo que allí se les ofrece, como le sucedía al amigo del que hablaba al principio que no le gustaba las viandas del banquete. No terminamos de saborear de verdad lo que es el Reino de Dios del que nos habla Jesús, no terminamos de saborear el evangelio, la Palabra de Dios y nos buscamos otras cosas con las que pretendemos llenar nuestra vida.

Bienaventurado el que coma en el Reino de Dios… el banquete está preparado… Jesús nos está invitando, ¿Cuál es nuestra respuesta?

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